Uso de Zotero en Documento

1.- INTRODUCCION.

 A medida que las empresas han ido conformando cadenas de suministro para enfrentarse a la competencia del mercado, la evaluación y selección de adecuados proveedores se ha convertido en un factor clave para el logro de su éxito[1], [2] además de ser un requisito indispensable para la certificación de las empresas según diferentes normativas (p.ej. ISO9001 e ISO/TS 16949). Sin embargo, la puesta en práctica de dichos procesos, se enfrenta a diferentes dificultades. En primer lugar, la de encontrar métodos de evaluación robustos y efectivos que simultáneamente sean sencillos de aplicar en las pequeñas y medianas empresas (pymes). Por otra parte, a la falta de consenso respecto a la terminología empleada para referirse a la “evaluación” y “selección” de proveedores o a la definición y cuantificación de las variables implicadas en tales procesos. También se ha identificado la dificultad de evaluación simultánea de proveedores nuevos e históricos y la de gestionar adecuadamente la imprecisión inherente a la medición de algunos de los factores determinantes en la evaluación. Por último, la naturaleza de las decisiones a tomar con respecto a la valoración y selección de proveedores es compleja, deficientemente estructurada [3] y la estimación de sus factores subyacentes está habitualmente afectada de elevadas dosis de incertidumbre y subjetividad [4]. Todas estas dificultades configuran el vacío a cubrir por este trabajo de investigación. Por ello, este estudio plantea dos objetivos principales. De una parte, proponer un modelo de evaluación de proveedores que permita superar todos los inconvenientes apuntados y que sirva de apoyo metodológico para cubrir potenciales requisitos normativos de evaluación (p.ej. ISO9001). De otra parte, para que el modelo sea robusto y a la vez de sencilla aplicación práctica en las pymes, analizar la idoneidad de utilizar un sistema de inferencia borroso (SIF) como método de valoración del modelo, frente a otros métodos tradicionales como los de ponderación de factores. El artículo se estructura en cinco apartados. Tras esta introducción, en el apartado 2 se realiza un análisis de la literatura más reciente respecto a las variables y métodos más frecuentemente empleados en la evaluación y selección de proveedores. En el apartado 3 se define el modelo identificando sus variables constituyentes. El apartado 4 describe dos métodos alternativos de valoración: uno de ponderación de factores y otro basado en un SIF, mostrando los resultados obtenidos en ambos casos mediante ejemplificaciones y validando empíricamente la efectividad obtenida con el SIF. Por último se exponen las conclusiones del estudio.

2.- REVISION DE LA LITERATURA.

 La estructura de los procesos de compra adoptados en este trabajo, parte de la propuesta de Dickson, quien propugnaba dos fases diferenciadas para la evaluación y selección de proveedores. La primera fase (evaluación a priori), para proveedores nuevos, determina su capacidad para satisfacer los requisitos de compra impuestos por la empresa compradora. El resultado de esta evaluación determinará, en caso favorable, la decisión de homologar al proveedor y su inclusión en la lista de proveedores homologados con los que poder mantener futuras relaciones comerciales. En la segunda fase (evaluación a posteriori), para proveedores históricos, se complementa la valoración previa, con la extraída de su comportamiento en las compras efectuadas a la empresa en el pasado. La propuesta de un modelo para la evaluación de proveedores debe tener en consideración un conjunto de variables probadamente influyentes en su valoración de naturaleza tanto cuantitativa como cualitativa [5]. Tras un exhaustivo análisis de la literatura más relevante y reciente respecto a diferentes modelos propuestos sobre el tema [6]–[9], se ha constatado que las variables más frecuentemente citadas con propósito evaluador son: La tenencia de un sistema de calidad certificado, el comportamiento de las entregas, el buen servicio y la flexibilidad en la respuesta del proveedor, así como diferentes factores de carácter estructural del proveedor (p.ej. capacidad de fabricación, gestión, tecnología e I+D+i). Por su parte, el precio de las ofertas sólo suele tenerse en cuenta con propósitos de selección ante un proceso de compra. Respecto a las metodologías empleadas, se han propuesto múltiples enfoques de toma de decisión multicriterio para la evaluación y selección de proveedores. De acuerdo con la revisión de la literatura más reciente sobre el tema [9], los métodos usados con mayor intensidad han sido: el análisis envolvente de datos (DEA) seguido de métodos de programación matemática por objetivos (GP), el procedimiento analítico jerárquico (AHP), el razonamiento basado en casos (CBR), el proceso de red analítico (ANP), la teoría de conjuntos borrosos, las técnicas de rating multiatributo simples (SMART) y los algoritmos evolutivos (GA). Y todos ellos, utilizados tanto de manera individual como de forma híbrida (consultar [9] para una descripción más detallada). En todo caso, en la literatura consultada, no existe método entre los enunciados exento de crítica. Por ejemplo, en el método DEA, suele criticarse la dificultad de distinguir nítidamente entre los factores que deben considerarse criterios de entrada frente a los de salida o bien problemas de inconsistencia asociados a las valoraciones de criterios de tipo cualitativo. Por su parte, en el método híbrido AHP-GP suelen argumentarse problemas de tiempo de convergencia de los algoritmos para alcanzar estabilidad o consenso. Teniendo en cuenta las consideraciones previas, el modelo que se propone en este trabajo considera las variables ya frecuentemente probadas como determinantes para la evaluación de proveedores [9] y propone un sistema de inferencia borroso como metodología eficiente para su valoración. Esta propuesta se fundamenta en varias razones. Por una parte, los SIF son muy intuitivos en cuanto a su conceptualización y el conocimiento embebido en ellos es fácilmente interpretable (al ser representado mediante reglas que manejan etiquetas lingüísticas), lo que permite acercar su uso a las pymes frente a métodos más complejos propuestos en la literatura reciente. Por otra parte, los SIF permiten gestionar con facilidad la incertidumbre inherente a la evaluación de algunas variables del modelo, como ya ha sido probado en otros entornos diferentes donde los dominios de las variables también podían definirse de modo lingüístico[10], [11]. Además, el método propuesto permite realizar conjuntamente la valoración de proveedores históricos y nuevos –no encontrándose precedentes de este hecho en la literatura reciente-. Aunque existen investigaciones previas que también utilizan reglas lingüísticas borrosas para la evaluación de proveedores [12], habitualmente utilizan métodos evolutivos para generar las bases de conocimiento, lo que supone un hándicap de aplicación en las pymes que, en general, prefieren usar métodos más intuitivos y de más fácil implementación.

...