Adolescencia, del libro desarrollo de la personalidad y psicopatología, por Norman Cameron
Jesse GarciaResumen10 de Abril de 2018
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Desarrollo humano II Jesús Ernesto García Arteaga Lic. Psicología 5to
Desarrollo de la personalidad: Latencia, adolescencia y edad adulta
Adolescencia
De la latencia a la adolescencia
La siguiente fase, la adolescencia, viene acompañada por un crecimiento y una maduración fisiológica rápidos, muy notables en las características genitales y sexuales secundarias, tanto visibles como invisibles. Estas están determinadas por el sexo del niño en el momento de la concepción.
Si el niño fue criado normalmente, las experiencias vividas en las fases simbiótica, preedípica, edípica y de latencia, lo habrán preparado para su ulterior desarrollo como adolescente y con el tiempo, como adulto. La fase de adolescencia suele ser de inestabilidad conductual y de turbulencia emocional.
Fase de adolescencia
La adolescencia abarca una década de vida, durante la cual ocurren cambios de suma importancia antes de llegarse la culminación representada por la edad adulta – cambios en las funciones anatómicas, fisiológicas, emocionales e intelectuales y cambios en las relaciones sociales.
Si por alguna razón la adolescencia termina prematuramente – por ejemplo, cuando se acepta antes de tiempo responsabilidad de adulto -, la personalidad adulta resultante es pobre, no importa que tan eficiente y madura pueda parecer.
La turbulencia e inestabilidad durante la adolescencia
Los factores anatómicos, fisiológicos, emocionales, intelectuales y sociales participan en la etapa de la adolescencia y la hacen turbulenta e inestable. No necesariamente coinciden en el tiempo los cambios ocurridos en ese campo.
Precipitan la adolescencia cambios hormonales, que definen el inicio de la pubertad. La surgente tormenta de la adolescencia viene a remplazar la calma relativa de la latencia. Casi sin advertencia alguna, el adolescente nuevas e impresionantes pulsiones que lo hacen buscar actividades sexuales y agresivas. Aunque sigue actuando como niño, siente la necesidad de que se le trate como adulto.
Las orientaciones, los sueños y las fantasías de los adolescentes van cambiando progresivamente según él o la joven se van acercando anatómica, fisiológica, experimental y socialmente a la madurez sexual y social plena.
Algunas diferencias sexuales en la experiencia de la adolescencia
Los sentimientos sexuales del muchacho se centran en su órgano genital externo, sobresaliente y visible, y en los obvios cambios que este sufre. Durante la adolescencia su necesidad de dominar activamente el mundo físico sobresale, y el adolescente se muestra vigoroso y vociferante en sus juegos de competencia, y variado y constructivo en los solitarios. En general, se le ve orientado a los objetos y relativamente poco interesado por su apariencia personal.
Como sus sentimientos sexuales son un tanto vagos, la adolescente suele tener una orientación predominante interna, no importa cuán practica y mundana parezca ser. Sus órganos genitales externos no le proporcionan el tipo de experiencia objetiva por la que pasa el varón. La sexualidad tiene que ver con el interior de su cuerpo. Se interesa mucho más por los secretos que los muchachos menos por las actividades vigorosas. La muchacha tiende a ver la vida desde el punto de vida subjetiva.
Rebelión del adolescente
En ambos sexos los cambios de la pubertad precipitan la rebelión del adolescente. Aunque el adolescente necesita la guía y protección del adulto, odia su dependencia, pues teme que obstaculice su marcha a la emancipación.
Al iniciarse la pubertad se presenta en los adolescentes, una reactivación de las urgencias y los conflictos preedípicos y edípicos. Al mismo tiempo, pueden reavivarse las experiencias de la ansiedad de separación y de la ansiedad de castración.
Después de conseguir la separación, y de que el adolescente ha establecido nuevas relaciones fuera del hogar, se reconcilia plenamente con los padres, pero como un adulto que vive entre los adultos.
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