ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

CULTURAS JUVENILES Y CULTURA ESCOLAR . ADOLESCENCIA: IDENTIDAD, REBELDÍA Y PLAN DE VIDA

vaninapereyraEnsayo26 de Junio de 2017

7.864 Palabras (32 Páginas)596 Visitas

Página 1 de 32

INSTITUTO SUPERIOR “SAN MARTÍN”[pic 1][pic 2]


[pic 3][pic 4][pic 5][pic 6]

Tabla de contenido

1.        Introducción        3

2.        Desarrollo del informe        4

2.1        CULTURAS JUVENILES Y CULTURA ESCOLAR        4

2.2        EL OTRO- EL LUGAR DEL DOCENTE        6

2.3        PARTICULARIDADES DE UN ESTUDIANTE DE COLEGIO SECUNDARIO        11

2.4        PELIGROS A CONTROLAR        12

2.5        ADOLESCENCIA: IDENTIDAD, REBELDÍA Y PLAN DE VIDA        13

3        Conclusiones        19

  1. Introducción

El presente informe se encuentra dirigido al docente a cargo del espacio curricular: “Sujetos de la Educación”: Jussepp, Luciana en el marco de la actividad propuesta de análisis de la película: “Escritores de la Libertad”, en relación con los contenidos del seminario, a saber: adolescencia-características, rebeldía, noción de fuga, identidad, elaboración de plan de vida-; “Culturas juveniles y cultura escolar”, Emilio Tenti Fanfani- características cultura juvenil y lógica escolar, lugar de la escuela en relación a los estudiantes, problemas de la educación secundaria-.

“Freedom Writers”, o “Escritores de la Libertad” es una película estadounidense del año 2007 basada en el libro The Freedom Writers Diary de la profesora Erin Gruwell. Está inspirada en una historia real, y en los diarios de un grupo de adolescentes de Long Beach, California (Estados Unidos), tras los disturbios de Los Ángeles en 1992 por conflictos interraciales. Se encuentra ambientada en los alrededores del Instituto Wilson Classical en Long Beach, a mediados de los años 90. La película comienza con imágenes de archivo de los disturbios en varios suburbios de Los Ángeles, lo cual coloca la violencia racial y la discriminación como telón de fondo, y sirve para enmarcar uno de los problemas principales que plantea la película.

  1. Desarrollo del informe

        2.1        CULTURAS JUVENILES Y CULTURA ESCOLAR

Tomando los aportes de Emilio Tenti Fanfani en su escrito “Culturas juveniles y cultura escolar” podemos empezar analizando el film, en cuánto al rol de la Escuela secundaria en función a dos fenómenos de notable importancia que resalta éste: la masificación y un cambio profundo en la morfología social de los nuevos inscriptos.

La escolarización, por una parte «crea juventud», contribuye fuertemente a la construcción de estos nuevos sujetos sociales. Pero por otro lado, la masificación produce una serie de transformaciones en las instituciones escolares. La vieja escuela media reservada a las élites hoy debe responder a la demanda de nuevos contingentes de solicitantes. Y la fuerza de la cantidad no puede no acarrear consecuencias de calidad. Las instituciones, en tanto que sistemas de reglas y recursos que estructuran las prácticas sociales y educativas, cambian de forma y significado. Los viejos dispositivos que regulaban la relación profesor-alumno, la relación con el conocimiento, garantizaban la autoridad pedagógica y producían un orden institucional, se erosionan cuando no saltan por los aires y dejan de ser eficientes y significativas en la vida de los actores implicados.

Partiendo entonces desde este enfoque, podemos dilucidar: que en la escuela media en cuestión, Instituto Wilson Classical en Long Beach, a mediados de los 90, la directora afirma que previo a la llegada de la docente (Erin Gruwell) , dos años antes de que la ley de Integración Voluntaria entrara en vigor, el nivel educativo de la institución era más alto, hasta que el programa de inclusión terminó influyendo directamente en la baja de calidad de los contenidos de la enseñanza.

Siguiendo a Fanfani, ingresan los que tradicionalmente estaban excluidos, los hijos de los grupos sociales subordinados, de áreas urbanas y rurales, y ésta es la justificación que el personal directivo de la institución da a la baja de la calidad educativa. Estos jóvenes, de grupos recién llegados al nivel medio, traen consigo todo lo que ellos son como clase y como cultura, todo su bagaje cultural; y ponen en crisis la oferta tradicional del sistema escolar.

Al ir transcurriendo su trabajo en el establecimiento, la profesora Erin Gruwell comienza a notar que el colegio repite los mismos prejuicios y estigmatizaciones con los cuales la sociedad margina a esos alumnos. Las mismas faltas de oportunidades y posibilidades se reflejan en el trato diferenciado que tienen las autoridades con respecto a los estudiantes “menos favorecidos”, desde la selección de material didáctico hasta las expectativas de logros de estos sujetos (casi nulas por parte de los profesores).

Gruwell percibe que la institución, que debería darle herramientas para revertir los prejuicios que condicionan su desarrollo tanto social como emocional, es precisamente la que los refuerza y multiplica. Los profesores se niegan a enseñar, esperan que estos estudiantes se cansen y abandonen la escuela (“lo van a hacer de todas maneras”); las autoridades no brindan materiales didácticos para que “no los arruinen”: estos materiales son para el “resto de los alumnos”.

        “Los síntomas más manifiestos y estridentes son la exclusión y el fracaso escolar, el malestar, el conflicto y el desorden, la violencia y las dificultades de la integración en las instituciones y, sobre todo, la ausencia de sentido de la experiencia escolar para proporciones significativas de adolescentes y jóvenes”, manifiesta Tenti Fanfani.

Esto lo vemos retratado a lo largo de la película, una de las escenas dónde se encuentra esta violencia como modo de habitar la situación es cuando Erin Gruwell ingresa al aula por primera vez, estos chicos que son víctimas a diario de discriminación y segregación fuera del ámbito escolar, reproducen los insultos que vehiculizan la violencia entre sí. Los jóvenes comienzan a discutir, al punto de llegar a la violencia física y es una situación que en primera instancia paraliza a la docente, pero la lleva a repensar su práctica y estrategias a futuro en este curso que se le ha asignado.

La división entre alumnos es previa, y reforzada por la misma escuela. Están perdidos de antemano. “Les pedimos que vengan a estudiar, les decimos que tienen una oportunidad, y luego no los educamos”, dice la protagonista ante la negativa por parte de las autoridades de brindarle libros para sus alumnos.

Una de las primeras dificultades con las que se encuentra entonces la docente Erin Gruwell es ver que las diferencias y divisiones entre los alumnos están tan arraigadas en sus comportamientos, que se repiten dentro del ámbito de la clase. Los distintos grupos que se arman en el salón son reflejo de las segregaciones que se ven en las calles, esas calles violentas, teñidas de prejuicios raciales.

El colegio no sólo enseña contenidos específicos de las diversas disciplinas, sino modos de relacionarse y vincularse con los otros. Establece relaciones de poder que serán repetidas luego de finalizada la educación formal. Erin ve que esta manera de vincularse con el otro es imposible de modificar sin transformar la manera en que ella (y por ende la institución que representa) se relaciona con sus estudiantes.

En la primera entrevista que tiene con su supervisora, ésta le sugiere que baje un poco el nivel (o las pretensiones) de su programa de estudios. Según las autoridades del colegio, sus alumnos no van a poder entender el vocabulario de muchos de los textos. Habían decidido no brindar herramientas para intentar modificar su condición de marginalidad tanto económica como étnica. En definitiva, reforzaban aquello que los jóvenes vivían en sus diferentes contextos sociales. Al notar esto, éstos sentían un desinterés difícil de desarraigar.

¿Para qué estudiar si no va a modificar nada? ¿Dónde encontrar motivación si aquellos que deben inspirar confianza y estimularlos ya los condenaron de entrada? ¿Cómo reconciliarse con el otro, si el otro refuerza de manera violenta esa distancia?

                2.2        EL OTRO- EL LUGAR DEL DOCENTE

Lo primero que intenta la profesora al notar estas fronteras dentro del aula es romperlas, y lo hace de un modo práctico: los cambia de lugar, hace que se sienten junto a compañeros que, por propia decisión, no elegirían. Este sencillo acto de cambiar de lugar a los estudiantes, provoca un primer movimiento entre los alumnos y pone en evidencia uno de los principales problemas con los que trabaja la película: la falta de tolerancia hacia el otro. 

La profesora Gruwell lejos de dar por sentado estas divisiones o de imponer una convivencia en base a una autoridad irreflexiva, intenta que los estudiantes modifiquen su forma de pensar.

En un momento de la trama, Erin descubre que sus alumnos están haciendo circular un papel entre ellos. El papel tiene dibujada la caricatura de uno de los alumnos, Yamal: el dibujo de un joven negro con los labios hinchados, resaltando los típicos rasgos étnicos. En base a este incidente Erin Gruwell se da cuenta de que sus estudiantes no son conscientes de las consecuencias de este tipo de actos. Entiende cómo estas acciones estigmatizan a los destinatarios de estas burlas, creando estereotipos que luego se fosilizan en el imaginario colectivo, segregando a las distintas minorías, caricaturizando sus características tanto físicas como socioeconómicas. Este tipo de acciones producidas por grupos sociales dominantes y repetidas de manera natural por el resto de la sociedad, fomentan una serie de prejuicios que son el fundamento de un tipo de violencia latente e invisible.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (47 Kb) pdf (523 Kb) docx (820 Kb)
Leer 31 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com