Tratamiento psicológico efectivo en el cáncer
Alejandro LopezResumen28 de Agosto de 2019
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TRATAMIENTO PSICOLÓGICO EFECTIVO EN EL CÁNCER
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Nombre: Alejandro López Garza
Grupo: 005/215
Materia: Manejo psicológico de las enfermedades crónicas
Fecha: 19/08/2019
El cáncer es una enfermedad compleja, frecuente, y en muchas ocasiones crónica, que suele exigir un tratamiento difícil y agresivo y con posibilidades de evolución muy diversas.
Los pacientes suelen mostrar las reacciones de estrés propias de una situación amenazante, cambiante y que persiste en el tiempo, así como diversas estrategias de afrontamiento y adaptación.
La psicología oncológica se puede dividir en 3 apartados:
1. Papel de los factores psicológicos en la etiología y curso del cáncer.
2. Consecuencias psicológicas y procesos de adaptación en cáncer.
3. Intervenciones psicológicas.
El objetivo fundamental de las diferentes intervenciones psicológicas es que el paciente reciba apoyo para mantener o recuperar la calidad de vida que pueda resultar alterada por la enfermedad y/o su tratamiento. Andersen (1992) señala que el paciente de cáncer debe ser tratado para conservar una buena calidad de vida, en ausencia de alteraciones emocionales de ansiedad y/o depresión. n. Owen et al. (2001) consideran que es necesario mantener la menor alteración posible a nivel social, familiar y laboral. Fawzy (1999) y Fawzy et al. (1995, 1998) dicen que se trata de ayudar a los pacientes a soportar mejor el diagnóstico y el tratamiento disminuir las sensaciones de alineación, aislamiento, indefensión y abandono, reducir la ansiedad producida por los tratamientos y clarificar las percepciones o informaciones erróneas acerca de su enfermedad. Folkman y Greer (2000) proponen que, en general, el objetivo básico los tratamientos psicológicos en las enfermedades graves debe ser el mantenimiento del bienestar psicológico.
Las exploraciones médicas, la espera de resultados, entre otras cosas, suponen importantes situaciones de estrés para pacientes y familiares. Independientemente de la controvertida posibilidad de que el apoyo psicológico pueda contribuir o no a mejorar la supervivencia del cáncer, las intervenciones psicológicas pretenden, en primer lugar, responder a las necesidades psicológicas que presentan los pacientes en las diferentes fases de la enfermedad. Esto puede crear complicaciones al paciente y a terceros en muchos aspectos.
Fase de diagnóstico
Constituye siempre un impacto emocional, una crisis o la temida confirmación de una sospecha a veces largamente mantenida. La persona se confronta con la propia mortalidad y se experiencia la vida como más limitada en el tiempo.
El estrés es especialmente elevado en los primeros días, sobre todo si la persona no consideraba esta posibilidad de resultado diagnóstico, y suele remitir al cabo de una o dos semanas. Cómo se proporciona la información y, sobre todo, los contenidos de la misma y la relación comunicativa que se establece con el profesional de la medicina influirán directamente en el proceso de adaptación a la nueva situación. El mismo estrés les complica realizar actividades cotidianas y la toma de decisiones también se ve afectada.
Fase de tratamiento médico
Psicologicamente, aquí los pacientes sienten la esperanza por el comienzo del tratamiento, pero las principales dificultades dependen de los efectos secundarios que se generan ante los tratamientos. La capacidad de adaptación y los estilos de afrontamiento son factores psicológicos moduladores a tener en cuenta. Los problemas dependen en parte del tipo de tratamiento
(Nauseas, trastornos por la imagen personal alterada por la quimioterapia, etc.). El apoyo psicológico debe orientarse a mejorar el control de síntomas, analizar la información que está asimilando el paciente (para corregir informaciones o interpretaciones erróneas) y aumentar la percepción de posible beneficio de los tratamientos, además de trabajar capacidades de afrontamiento tanto del paciente como de los familiares.
Intervalo libre de enfermedad
Aquí los pacientes son más conscientes de las secuelas de los tratamientos, y pueden sentirse más vulnerables y desprotegidos frente a un futuro incierto. Deben enfrentarse a la vuelta al mismo trabajo y/o las mismas responsabilidades domésticas, cuando, con frecuencia, la energía, las motivaciones y los valores cambiaron. La ayuda psicológica puede orientarse a reducir las secuelas subjetivas de la enfermedad y mejorar la readaptación a la vida cotidiana. También el contacto con otros pacientes afectados se ha mostrado útil para disminuir emociones negativas
Recidiva
En general, el diagnóstico de recidiva, comparable al diagnóstico inicial, eleva aún más los niveles de ansiedad y los pacientes presentan mayores preocupaciones por el futuro inmediato, más temor a que la vida se esté acabando y mayores sentimientos de tristeza y depresión. Puede haber una gran pérdida de la sensación de control sobre la situación, y hay que volver a manejar la generalmente compleja información sobre las opciones (ahora menores) de tratamiento. , el tratamiento de la recidiva suele incrementar aún más el desgaste físico y emocional de los pacientes. El tratamiento psicológico en esta fase tiene dos objetivos fundamentales: potenciar la comunicación con el médico y dar salida a los problemas emocionales de miedo y frustración ante la nueva situación.
Enfermedad avanzada
Los pacientes presentan necesidades según la información de que disponen o intuyen respecto al pronóstico. Los pacientes muestran frustrados y agresivos, otros sienten la necesidad de despedirse de personas, lugares y/o actividades, entre otras conductas de afrontamiento. El miedo y la sensación de fracaso pueden ser muy intensos. Algunos pacientes o familiares buscan desesperadamente algún nuevo tratamiento aunque esté en fase experimental o sea necesario desplazarse de país. Aquí la intervención psicológica puede dirigirse a ayudar al paciente en la revisión de los valores y el sentido de la propia vida, expresar los miedos y mantener la esperanza en controlar el sufrimiento. Se orienta también a aceptar la dependencia de los demás manteniendo la sensación de ser una persona con un valor intrínseco y no verse a sí mismo como una carga para los demás.
Fase terminal
Aquí es muy importante el control de síntomas y atender a los pequeños detalles que puedan todavía generar confort o satisfacción emocional, implicando a los familiares en la medida de lo posible. Dar señales de seguridad claras y, concisas, de que se va a controlar cualquier contratiempo evitando el dolor es esencial para asegurar un cierto bienestar psicológico. También los familiares pueden necesitar apoyo por el agotamiento emocional.
Duelo
Los familiares que han acompañado al paciente durante mucho tiempo enfrentando a la enfermedad, suelen necesitar apoyo psicológico. Los grupos de duelo conducidos por profesionales pueden ayudar a superar el dolor de estas personas, manejar la ansiedad y aportar reflexiones compartidas sobre el sentido (o falta de significado) de estas experiencias traumáticas.
Remisión
Los sobreviventes también pueden necesitar apoyo. Algunos, por ejemplo, necesitan estar en contacto con la enfermedad y creen que deben ayudar a otras personas afectadas. Otros en cambio prefieren olvidarse del tema, aunque sea difícil por la cantidad de noticias e interés que genera el tema del cáncer en los medios de comunicación. Entre los pacientes más jóvenes puede haber más conciencia de las secuelas de la enfermedad y más miedo por el futuro, transcurridos muchos años, que cuando finalizaron los tratamientos.
2. DESCRIPCIÓN, REVISIÓN Y VALORACIÓN DE LAS INTERVENCIONES PSICOLÓGICAS
Las personas que tienen cáncer pueden beneficiarse de diferentes formas de intervención psicológica, que pueden clasificarse de la manera siguiente:
- Intervenciones educativo-informativas.
Consisten en proporcionar información relevante sobre la enfermedad y su tratamiento y/o cómo afrontar los diferentes problemas, entre otras.
Las personas no suelen informarse en profundidad sobre el cáncer, a menos que se vean directa o indirectamente afectadas. Disponer de información aplicando medidas educativas sobre la enfermedad proporcionará un mayor sentido de control o dominio de la situación. La información puede ser sobre la enfermedad y su tratamiento o sobre aspectos psicosociales y formas de afrontamiento. Con ello se pretende facilitar a cada paciente la información adecuada y completa que le ayude a reducir la ansiedad generada por la incertidumbre. Hay que estar seguros que el paciente no pregunta, porque por ahora escoge una estrategia de afrontamiento de evitación y/o negación y no porque no tiene oportunidades o no se siente seguro para ello. Es necesario tener en cuenta el estilo de cada paciente y así adaptar la info para él.
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