ALGUNAS NOCIONES DE TERAPIA Y ASESORIA SISTEMICA

“ALGUNAS NOCIONES DE TERAPIA Y ASESORIA SISTEMICA”

3. CUESTIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORIA SISTEMICA

Se tratarán tres cuestiones fundamentales: ¿qué es lo real?, ¿qué ocurre con la causalidad?,y ¿qué papel desempeña el lenguaje en este contexto?

3.1 La realidad: ¿qué es lo real?

Un sistema no se considera algo que “existe”, sino algo de lo cual sólo se puede hablar con sensatez cuando se lo ve en relación con quien lo conoce. El observador decide cómo dividir la totalidad en subtotalidades. La realidad nunca puede verse desligada de su observador. Esta postura se denomina “constructivista” y es la base epistemológica del pensamiento sistémico.

El conocimiento es el establecimiento de distinciones por parte del sujeto cognoscente. Sin esa facultad, sería imposible la orientación y la supervivencia. Confundir los conceptos que uno constituye para orientarse en el mundo con la realidad tiene graves consecuencias, nuestros conceptos son formas de concebir las cosas, no las cosas en sí mismas: VON FOERSTER lo expresa así: “El entorno, tal como lo percibimos, es una invención nuestra”.

Una visión sistémica del mundo implica estar atento a todo intento de reducir la complejidad del mundo y expresarla en conceptos que, a modo de mapas, proporciona pautas de acción.

“El mundo es un proceso. El mundo no es, ocurre” (CRAMER y KAEMPFER). Sin embargo, es importante no entender este proceso como un proceso individual, sino colectivo (contexto social). Lo que definimos como “realidad” surge en el dialogo, en la conversación. Lo que consideramos real es lo que hemos aprendido a ver como real en un largo proceso de socialización y “lingüistificación”.

3.2 La causalidad: ¿qué es la causa de qué?

Las premisas epistemológicas tienen consecuencias para una concepción sistémica de la causalidad. Si no “existe” un sistema desligado del observador la atención se centra en el modelo: el modelo de relaciones e interacciones. En los sistemas sociales, se debe tomar como punto de partida la recursividad de los procesos sociales. Las conductas de unos están condicionadas por las conductas de otros y, a su vez, las condicionan. En este contexto, suele emplearse el concepto de “causalidad circular” acuñado por NORBERT WIENER para explicar el proceso por el cual las partes de un sistema actúan unas sobre otras. Así, toda acción tiene repercusiones sobre la propia persona. Esta característica se denomina “autorreferencia” o “autorreflexividad”.

DELL propone hablar de la “co-evolución de modelos” para evidenciar que la búsqueda de causas es sustituida por la descripción de modelos. La ventaja del concepto “modelo” es que permite incluir al observador.

Es útil pensar en relaciones causales, en tanto uno se enfrente a situaciones cotidianas y al manejo básico del mundo objetivo: por ejemplo el pulsar un interruptor de luz da por resultado luz (resultado funcional gracias al pensamiento de causalidad). Ahora bien, si nosotros, en tanto sujetos cognoscentes, establecemos una relación causal similar entre reducciones de complejidad que nosotros mismos hemos efectuado (“cuerpo” y “perturbación”, o “madre” y “niño esquizofrénico”), estamos olvidando que dichos conceptos no representan cosas sino procesos.

Desde una perspectiva sistémica, la causalidad, no puede considerarse suficiente como único principio explicativo. El niño no se ve como “enfermo” ni como “víctima” de una madre o unos padres “explotadores” o “enfermos”, sino como participante de una “danza relacional” (MINUCHIN), que va acompañada de sufrimiento para todos los implicados.

La terapia sistémica no brinda un “tratamiento de las causas” ni de los síntomas, sino que proporciona a los sistemas vivientes los impulsos que les ayudan a desarrollar entre todos nuevos modelos, a adoptar una nueva forma de organización que permita el crecimiento.

3.3 Lenguaje y recursividad: ¿cómo producimos realidades sociales?

El “reino del lenguaje”

“Los seres humanos se caracterizan por producir en su coordinación lingüística de la conducta un nuevo ámbito de fenómenos: el reino del lenguaje” (MATURANA y VARELA), el cual implica que siempre nos encontremos con dos niveles diferentes: las cosas y el discurso sobre las cosas.

JAYNES describe el lenguaje como un “órgano de percepción” y no simplemente como “medio de comunicación”. Nuestro lenguaje representa el marco en el que nuestras experiencias adquieren significados; en efecto, nuestras experiencias no son concebibles sin esa atribución de significado/producción de sentido.

Estas ideas han llevado a algunos defensores de la terapia sistémica a preguntarse si no habría que reemplazar la cibernética y la teoría de sistemas, como conceptos base, por una perspectiva más lingüística. En ese caso, los sistemas familiares ya no se verían como unidades cibernéticas en las que los miembros de una familia regulan mutuamente su conducta, sino como sistemas lingüísticos cuyos miembros producen significados mediante sus conversaciones, creando así una representación común de la realidad.

El lenguaje como “ordenador”, el lenguaje como trivialización

En las concepciones corrientes, el lenguaje se entiende como una forma de reproducción del mundo. Para HAKEN el lenguaje es el modelo ejemplar de un “ordenador” que esclaviza a todo aquél que se sirve de él. El concepto de trivialización de VON FOERSTER se corresponde con lo que HAKEN llama “ordenador”. En ambos casos, se reduce el número de opciones de los distintos elementos debido a la pertenencia al sistema. Los sistemas vivientes se van “trivializando” durante su pertenencia a un sistema, es decir, se desarrollan clases de conducta que concuerdan con las reglas del sistema y se suprimen las demás (VON FOERSTER). El aprendizaje es al mismo tiempo una restricción y una ampliación de opciones (según VON SCHUPPE), y en este sentido HAKEN habla de las “dos caras del lenguaje”. En el lenguaje también se manifiestan estructuras sociales que reducen el margen de acción de una persona en la familia y de la propia familia.

La recursividad del lenguaje

El lenguaje presenta una cualidad especial: la posibilidad de reflexividad. Esta cualidad nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre el modo en que creamos y puntuamos la realidad. La posibilidad

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