Actitud clínica (habilidades del terapeuta)

Actitud clínica (habilidades del terapeuta)

La actitud de escucha activa, facilita que el cliente se abra y nos cuente su realidad, confíe en nosotros, es algo que mejora la relación, anima a la transformación de la persona y a su compromiso de cambio. La escucha refiere a lo que dice con gestos, con sus movimientos, su mirada, todo el vocabulario corporal y facial, el tono de voz, entonación , volumen y cambios del mismo. También debemos prestar mucha atención a la comunicación verbal, lo que dice, cuando y cómo lo dice, los temas que evita, recurrencia de la evitación lo que nos lleva a patrones de comportamiento, lo recurrente, lo contradictorio y también ha de prestarse atención a su actitud con el terapeuta, que lugar nos da en su vida, a quién estamos representando, podemos reconocer en la escucha el reconocimiento del paciente de que está en un lugar dónde es escuchado, respetado y cuidado con atención en todo lo que tiene para traer al espacio terapeútico. La escucha nos permite discriminar lo importante que vamos a usar en la interacción con el paciente y también aspectos des-cubiertos en la escucha que vamos a guardar en las anotaciones para utilizar en el momento propicio del desarrollo del proceso terapeútico.

La Empatía que tiene que ver con comprender y aceptar a las personas con sus creencias, su realidad y valores, independiente de los nuestros, y transmitir éste respeto libre de juicios y críticas que nos permita recibir sus emociones, significados ya sean manifiestos o latentes, y que a su vez le habilitan a mostrarse. La empatía habilita la expresión sin temores o desconfianzas, hay un colchón (Estefanell,L 2016) que lo sostiene desde nuestra actitud terapeútica, que nos va a permitir comprender mas allá de las palabras o expresiones del paciente y abonar una alianza terapeútica. Se lo que siente, lo entiendo, se que debes estar sufriendo y otras expresiones que apoyen aquello que también nos toca. Debe discriminarse la empatía de la simpatía, que supone compartir emociones del cliente o identificarse con sus emociones, pues la empatía tiene un componente intelectual, que nos permite conocer la base cognitiva de los sentimientos y mantenernos independientes. Esto nos ayuda para ver cuales pensamientos activan sentimientos que lo hacen sufrir o son desadaptativos. Tampoco confundir con la Compasión (comentarios de bondad y consideración), que no son empatía (incluso a veces pueden ser una forma de buscar aprobación).

Aceptación Incondicional (AI), aceptar al cliente tal y cómo es sin críticas o juicios , en ésta actitud debe considerarse el compromiso de la AI y la causa terapeútica, en comprenderle (escucha,preguntas relacionadas con el discurso del paciente, acerca de su mundo, etc.), incluyendo en ésta aceptación todas las expresiones verbales y no verbales de apoyatura a la aceptación (gestos, asentar , la mirada, ahaa, claro…, etc). Esta ha de ser no valorativa, evitar los juicios de valor y críticas y entregar una AI , no implica la aprobación sino la aceptación de ésa realidad del paciente. Ciertamente que en un proceso cuando el colchón está funcional en el espacio terapeútico, se puede traer al paciente a la reflexión de pros y contras, personales y sociales de ciertos aspectos que fueron parte de nuestra aceptación, sin que ello sea experimentado cómo una crítica o desvalorización.

La Autenticidad, es ser uno mismo, comunicar lo que sentimos, y ser cuidadosos en lo que compartimos que sea para contribución al crecimiento o al descubrir del paciente. Sinceridad con tacto , saber que decir, cómo y en que momento.

Aptitud clínica,

La Cordialidad tiene que ver con la expresión verbal y no verbal, del interés y aprecio por el cliente, también con el ánimo y la aprobación hacia el mismo. En momentos de mucha emoción el contacto físico puede ser bien recibido y hacer sentir comprensión

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