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Anna Freud_ Normalidad y patología en la niñez


Enviado por   •  16 de Diciembre de 2019  •  Informes  •  1.516 Palabras (7 Páginas)  •  398 Visitas

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Anna Freud: Normalidad y patología en la niñez

Las relaciones entre el análisis de niños y el de adultos

Los principios para realizar un análisis de niños que coinciden con los adultos son:

  • no hacer uso de autoridad y eliminar la sugestión (influencia);
  • tampoco la abreacción (recuerdo de emociones dolorosas infantiles que se encuentran reprimidas);
  • mínimo nivel de manipulación, ósea se interferirá cuando su salud lo disponga;
  • los procesos de resistencia y transferencia son utilizados para interpretar su inconsciente.

En el adulto las “tendencias curativas” se encuentran en un tratamiento positivo, en cambio en el niño esto no se destaca.  Las tendencias del adulto a repetir experiencias emocionales, importantes para la transferencia, son diferentes en el niño ya que tiene interés en experiencias nuevas y relaciones objetales.

Técnica: carecen de insight; carecen del deseo de curarse, tampoco unión con el analista, su yo del lado de las resistencias; no deciden por sí mismo cuando plantear el tratamiento e incluye a los padres.

El niño es incapaz de producir asociaciones libres, puede relatar normalmente los sueños, pero debido no se puede hacer consciente, es decir que el contenido manifiesto al latente. Debido a esto, el juego, la pintura, entre otros reemplaza a las asociaciones libres. Los niños realizan el acting out en la transferencia.

En el adulto como el niño la finalidad del análisis es ampliar el plano consciente, sin aumentar el control del yo. En adultos el material para analizar estuvo durante mucho tiempo bajo represión secundaria, bajo las defensas del ello. Se interpreta mediante la transferencia aquellos elementos que estuvieron en la represión primaria y nunca formaron parte de un yo organizado. En el niño su yo lo domina

El niño ofrece mayor resistencia al análisis que el adulto. El resiste al análisis, el cual le genera displacer; el superyó se opone a pensamientos y fantasías del análisis que puedan amenazar su existencia; el ello se resiste al principio de repetición. Comparte las mismas resistencias que el adulto. El niño no formula criterios sobre ninguna situación, de ahí que la situación pasa más en su mente que en el futuro; amenazado por el análisis ya que tiene un yo inmaduro por las presiones externas e internas; soluciones ambientales a los conflictos internos.

La transferencia en los niños se encuentra oscurecida por la ausencia de las asociaciones libres, impide que toda la evidencia de la transferencia aparezca en el material y debido a la tendencia infantil a actuar en vez de asociar la transferencia agresiva es demasiado pronunciada y oscurece la transferencia libidinal.

Al comienzo del tratamiento existe una relación real médico-paciente que de manera gradual y progresiva y se deforma a través de elementos regresivos agresivos y libidinales acoplados que sean transferidos desde el pasado del paciente hacia el analista y que este progreso continúa hasta que la neurosis de transferencia definitivamente establecida la relación irreal sumerge por completo a la real. Está basado en tres presunciones:

A) que todo lo que sucede en la estructura de la personalidad un paciente puede analizarse según sus relaciones objetales con el analista.

B) que todos los niveles de las relaciones objetales son igualmente accesibles a la interpretación a los que puede modificar hasta idéntica medida.

C) que la única función de las figuras ambientales es la de recibir la catexis libidinales agresivas.

La necesidad de experiencias nuevas son mucho más centrales en el niño que en el adulto. El niño sometido al análisis ve en el analista una objeto nuevo (diferente al de los padres) y lo trata como tal en tanto exista una parte sana de su personalidad y utilizada en la lista para la repetición. Es importante que el analista de niños aprenda a distinguir esta superposición y a actuar cuidadosamente según los papeles que les son impuestos.

Los niños al igual que los adultos repiten y escenifican alrededor de la persona del analista por medio de la regresión sus relaciones objetales provenientes de todos los niveles de su desarrollo, todas contribuyen con elementos que forman parte de la situación de tratamiento en un momento determinado. La autosuficiencia narcisista se manifiesta bajo la forma de una separación del mundo de los objetos incluido el analista. La reemergencia de la dependencia anaclítica, de carácter especial durante el análisis se disfrazan con el deseo de ser ayudado, pero hace recaer toda la responsabilidad de esa ayuda en la persona del analista. El retorno a las actitudes orales reemplaza las exigencias del paciente frente al analista. El adulto con respecto a la atención que se le brinda, la transferencia de las tendencias anales es la responsable de la obstinación del paciente. La necesidad de ser amado y el temor a la pérdida del objeto también se transfieren bajo la manifestación de una subjetividad y complacencia hacia el analista. Se presentan dificultades en los niños que no alcanzaron el nivel fálico edípico o en los mayores que se detuvieron en el nivel pre-edípico. Ninguno de estos niños responderá un método basado en la cooperación voluntaria con el analista.

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