Asesinos Seriales
teffyzb18 de Marzo de 2012
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¿Que crea a un asesino? ¿Qué lo induce a matar? ¿Por qué mientras para nosotros es una abominación para él es como bajar manzanas? ¿A qué se debe su proliferación en sociedades modernas? No han faltado explicaciones de ese fenómeno que crea pánico y se vive como amenaza. Se ha hablado de diferencias biológicas, de peculiaridades genéticas, de coeficiencia de inteligencia; se ha rastreado malos tratos en la infancia, familias disfuncionales y condicionamientos para la agresividad: los psiquíatras han trazado cuadros psicopatológicos y los detectives, perfiles; y la literatura y los medios han añadido un equívoco elemento inhumano, monstruoso pero seductor. La intención de este ensayo es de aclarar o aportar información a un concepto fuertemente estereotipado en nuestra sociedad, que despierta a su vez atracción y fascinación, y del que por supuesto no podemos olvidar la morbosidad de quienes lo provocan, o de quienes lo tratan de explicar en ocasiones quienes muchas veces, exageran y deforman la realidad de los hechos, llevándolos de la psicología a la ciencia ficción.
Asesinos creativos, inteligentes, malvados e intrigantes. Los impulsa la venganza y su ego. Su factor común alta inteligencia. ¿Qué afecto a estas mentes dotadas para crear algunos de los asesinos más bestiales? Y ¿Quien es más perverso? Los perversos creativos se cuentan entre los asesinos más imaginativos y tortuosos. La inteligencia es su mejor arma, les permite crear crímenes elaborados y evadir la captura. En California Edmund Kemper es condenado por matar a sus abuelos, engaña al sistema para ser liberado tempranamente y después se dedica a matar durante un año. Chicago en el siglo 19 el Doctor H. H. Holmes asesina a personas en su hotel y luego vende partes de los cuerpos, para el asesinar es tan emocionante como provechoso. En 1977 Theodore Kaczynski se interna en el bosque para realizar una campaña de muerte aterrorizara al país entero durante 20 años. En cada caso los asesinatos son horribles, enconados, perversos pero no hay dos actos de maldad iguales.
El fenómeno de los asesinos en serie ha tenido desde antaño, numerosas repercusiones sociológicas, psicológicas, medico forenses, policiales, biológicas, antropológicas o criminológicas, pero sobre todo sociales que motivan algunas confusiones, tópicos y imprecisiones que pretendo hacer mención en este ensayo.
¿Cuántos asesinos hay en el mundo? Probablemente se sorprendan al escuchar la respuesta. De acuerdo a esta gráfica, se observa que más de 3/4 partes de los asesinatos seriales ocurren en los Estados Unidos. Es una cantidad muy grande considerando el hecho de que solo 8% de la población mundial vive en Norteamérica. Luego sigue Europa, y el último "cacho del pastel" corresponde al resto del mundo. Debo remarcar el hecho de que estas cifras corresponden al fenómeno del asesinato serial únicamente. Aunque hay otro tipo de asesinos y grotescos criminales en muchos otros países que no han sido nombrados; y que de vez en cuando impactan a la opinión pública del mundo.
Todos los estudiosos del tema coinciden en un punto: la mente de un asesino no se desarrolla de golpe, sino que es el producto de un proceso que invariablemente comienza en la niñez. Los asesinos no empiezan cuando cumplen los 25 años y dicen “bueno, me parece que voy a empezar a atacar sexualmente a las mujeres, después degollarlas y quemarlas”. No, no es así. Se trata de algo que se inicia muchos, muchísimos años antes y va desarrollándose dentro de un ciclo.
La gráfica de la derecha pone de manifiesto, un aspecto de los asesinos seriales del que se discute ampliamente en este sitio. Se trata de la edad del criminal. En qué momento de su vida, desarrolla sus licenciosas actividades.
• 26% comienza en la adolescencia: Trozo azul.
• 44% comienza entre sus 20 y 30 años: Trozo rojo.
• 24% tardan algo. Comienzan a partir de los 30 años: Trozo verde.
• El 6% restante corresponde a contados asesinos seriales que son gente mayor o psicópatas que comenzaron su "carrera" en la infancia: Trozo morado.
También podemos mencionar que del total de asesinos seriales en el mundo, 90% son hombres. 65% de las víctimas son mujeres. 89% de las víctimas son personas de origen blanco. También se sabe que del total de estos asesinos, 86% son heterosexuales.
En todo caso la tan mencionada “mente criminal” es una actitud antisocial fundamentada en los prejuicios de una sociedad incapaz de establecer unas normas equilibradas de convivencia. Donde se fuerza a los individuos socialmente despreciados a vivir juntos, lo que desencadena en una visión colectiva de apatía y desquite contra quienes ellos entienden los marginan, es decir ellos se crean una propia visión del mundo, en el cual los atacados, las víctimas son ellos y la sociedad es la que debe de pagar por su dolor.
Claro, no podemos dejar escapar el gran efecto que estos acontecimientos provocan en la sociedad y por la cual nosotros nos interesamos cada día más en el tema: las abundantes publicaciones, películas o novelas que se refieren a psicópatas desalmados, locos peligrosos o depredadores sexuales que atemorizan a la sociedad, generan frecuentemente alarma social injustificada y, en el fondo, desinforman respecto a la verdadera naturaleza de la delincuencia. En este sentido, es necesario intentar aportar luz y no confusión al mundo de los asesinos en serie, desde una perspectiva psicológica, criminológica y médico forense. Asesino en serie, en masa, o itinerante; Psicópata, esquizofrénico, enfermo mental, violador, parafílico, retraso mental, inmadurez, fantasía, incompetencia parental, o modelos motivacionales entre otros, no son como las películas nos los describen, quizás la gente les pueda dar el término común de ‘monstruos’, pero es un concepto demasiado exagerado y que se ha ido deformando a lo largo de los años para no tener que explicar los trastornos mentales que ellos padecen.
¿Qué delata a un asesino? Casi nada, pueden ser personas comunes y corrientes caminando junto a nosotros, es su “modus vivendi” y su “modus operandi”, los que nos permiten realizar una correlación de las principales características conductuales de este y dar respuesta a una pregunta que se plantea desde el momento de su primer crimen ¿por qué lo hizo? Entre sus características conductuales, existe una constante (es decir que no cambia, ya que la mayoría se detecta por este detalle) que se llama “triada homicida” que los especialistas han encontrado que casi todos los asesinos en serie tienen en su adolescencia.
La tríada son: El abuso o torturas de animalitos o de niños menores edad; enuresis, o sea orinarse en la cama en los mismos años, y provocar incendios durante esa etapa. Pueden comenzar a los diez u once años, desmembrando la muñeca de su hermanita. Es posible que el niño no pase de ahí o luego se zafa.
Para iniciar con el análisis, es necesario hacer una breve mención del padecimiento conductual conocido actualmente como “Trastorno Antisocial de la Personalidad”, antes, llamado personalidad antisocial o psicopatía, entre otros. Este padecimiento es una manifestación clínica específica de un trastorno primario en la adopción y adaptación de un individuo a las normas y/o reglas disciplinarias o sociales. Su manifestación siempre se puede considerar como conducta antisocial presentándose de manera que al individuo no le importe la situación o las personas que van a ser afectadas, no respetan los sentimientos ni deseos de los demás. Es también un cuadro clínico generalmente irreducible, el sujeto debe de tener al menos 18 años y haber presentado síntomas de trastorno disocial a los 15. Es común encontrar este tipo de personalidad en sujetos que están en instituciones penitenciarias o en algunos hospitales psiquiátricos.
Existe elemento presente en todos los seres humanos como la agresividad y el instinto sexual que están en las bases de su personalidad y correctamente utilizados potencian comportamientos que aseguran la supervivencia individual y colectiva (defensa y reproducción). La dirección y el control de estos factores, debe de ser primordial, ya que, si estos llegan a salirse de control, hay altas probabilidades que resulten contraproducentes, y pueden pasar a estar en la base de comportamientos asociales concretados en actos conceptuados como “agresión sexual”, por estar dirigidos a terceros y al momento de existir un tercero que recibe la agresión sin que sus derechos ni deseos sean respetados, se consideran víctimas.
Muchas veces creemos que cuando un asesino elige a su ‘víctima’ lo hace con un motivo real directo, lo cual realmente es una falacia. Él puede alear la idea de que una fuerza oscura le ordena matar o que su deber es eliminar a la raza humana impura por ejemplo, pero la mayoría de las veces su relación con las víctimas es casi nula. Asesinos famosos como Edmund Kemper y Dennis Nilsen han relatado a los investigadores como en muchas ocasiones intentaron entablar diálogo con diferentes personas, pero al sentirse boqueados para entablar una conversación, decidieron simplemente asesinarlas. Un asesino en serie escoge a sus víctimas motivado por una condición genérica especial (prostitutas, mendigos, niños o mujeres) o por una atracción física de algún tipo (edad, sexo, color de pelo, rasgos fisionómicos, contextura etc.). Es común en ellos que escojan a las personas más frágiles como niños, en el caso de un asesino pedófilo o sujetos desvalidos o habitantes de la calle.
Para un asesino una no es suficiente y muchas no bastarán, con cada nuevo ataque el asesino
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