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CONSEJOS PARA FORTALECER LA FRATERNIDAD


Enviado por   •  29 de Agosto de 2012  •  1.240 Palabras (5 Páginas)  •  2.055 Visitas

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CONSEJOS PARA FORTALECER LA FRATERNIDAD

Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz

Revisando al Internet me encontré algunos consejos prácticos para la vida fraterna, del Padre Félix de Jesús Rougier, fundador de los Misioneros del Espíritu Santo. Los adapté para Familia Eucarística y los comparto con ustedes pues son útiles para cualquier persona que quiere ser mejor y se pueden aplicar en cualquier grupo o comunidad, ya sea en la propia familia, en el lugar de trabajo o en Familia Eucarística.

Espíritu de familia

La comunidad no es algo añadido o secundario en la vida cristiana, es un elemento esencial. Más que una simple convivencia pacífica o una colaboración pastoral lo que se ha de vivir es un auténtico espíritu de familia cristiana, por eso es importante procurar y promover el espíritu de caridad y de unión entre todos los miembros de Familia Eucarística.

Cada persona, cada grupo o comunidad de Familia Eucarística, ha de estar en relación vital con los demás miembros y ha de hacer propias las alegrías y penas de los demás, estimulándolos siempre a ser mejores y velando por el buen nombre de todos.

ACTITUDES PARA LA VIDA FRATERNA

Caridad

La primera y la más importante actitud es la caridad. La vida fraterna no se basa en simpatías sino en el amor de Dios por todos. Así como Jesús me ama, así debo amar a los demás, así como Él me perdona, así debo perdonar a los demás.

Procuremos con todo nuestro corazón, no faltar nunca a la caridad. Es la virtud de las virtudes, porque es una virtud de amor… El primer mandamiento es de amor: Amarás a Dios, y el segundo: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, es también de amor.

Aunque hubiera mucha caridad entre los miembros de Familia Eucarística, siempre se puede aumentar.

Un aspecto concreto de la caridad fraterna es evitar las críticas. El miembro de Familia Eucarística será ante todo caritativo. Huirá con diligencia de las más pequeñas detracciones y murmuraciones y evitará juzgar o criticar jamás a alguno de los hermanos.

Sencillez

El integrante de Familia Eucarística no debe ser ni parecer falto de sencillez; debe presentarse con humildad y caridad, procurará ser siempre afable, muy tratable y de una sencillez entera, teniendo horror a todo lo que huela a hipocrecía, a falta de sinceridad. Para esto nos ayudará el tener siempre en cuenta la sencillez del Señor Jesús.

Pobreza Espiritual

La pobreza espiritual nos abre al hermano, nos impulsa a compartir no sólo los bienes materiales sino, sobre todo, las riquezas espirituales: cualidades, capacidades, la experiencia de Dios…

Una consecuencia de la pobreza, en la vida de todo grupo, es asumir con paz las limitaciones de los demás. Aquí se aplica la opción preferencial por los pobres: tener un amor preferencial por el hermano más débil, menos simpático, con menos cualidades; por el más enfermo o de mayor edad. ¿No es esto amar como Jesús amó?

Por otra parte, debemos tener gratitud para con nuestros hermanos de comunidad, pues ellos tienen que soportar con paciencia nuestros defectos y limitaciones.

Amabilidad

Para la vida de comunidad y para el trato con todos, una de las actitudes que debemos vivir es la de la amabilidad. Recibir a todos con amabilidad como Jesús, para ganar a todos para Él. Una actitud seca y poco amable aleja a muchos.

Esfuerzo

La vida comunitaria no tiene porque ser una penitencia. La comunidad es una gracia, un lugar de paz y gozo. Sin embargo, la armonía comunitaria no es fruto de la casualidad; para construirla se requiere esfuerzo, constancia, capacidad de renuncia y de perdón. La magnanimidad, o grandeza de alma – confianza – paciencia –constancia – perseverancia.

Recomendaciones prácticas

+ Detener una palabra que pueda herir, o incluso, tan sólo apenar a alguno.

+ Tratar con mayor amabilidad, si nos es posible, a los que nos simpatizan menos.

+ No interrumpir la conversación con el otro, porque nos parezca de poco interés y mucho menos con palabras o acciones groseras que pueden resfriar la caridad.

+ Prestar siempre atención a lo que nos dicen, siempre es signo de buena educación.

+ Mostrarse ecuánime con todos, aun en medio de las penas personales que se pudieran tener, es signo de fortaleza y de caridad.

“Mis nuncas”

+ Nunca pensar mal de nadie.

+ Nunca quejarme ni disgustarme.

+ Nunca alabarme ni obrar

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