ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Como Explicar Las Fobias


Enviado por   •  29 de Marzo de 2014  •  2.438 Palabras (10 Páginas)  •  180 Visitas

Página 1 de 10

Cómo explicar las fobias

Para efectos de entregar el esquema que mejor refleje tanto las ideas del padre del Psicoanálisis como las últimas aportaciones sobre el tema, hay que ponerlos en ambos platos de la balanza. Para Freud, la conceptualización de las fobias, así como la de la angustia, siempre constituyó un problema. Si bien con la segunda teoría de la angustia recapituló y puso al día estos dos temas, nunca dejó completamente de lado su anterior concepción sobre la angustia, y de alguna manera mantuvo también el lugar de las fobias en su obra.

En los años 1894-95 Freud se interesó en diferenciar las neurosis de defensa (histeria, neurosis obsesiva y algunas formas de paranoia) de las neurosis actuales (neurastenia y neurosis de angustia). El contenido de las neurosis de defensa tenía que ver con ideas inaceptables a la conciencia y que por lo tanto eran reprimidas, o se efectuaba una "transposición de afectos". En las neurosis actuales la característica más importante era la angustia.

El problema se presentaba con las fobias. Estas ocurrían en ambos tipos de neurosis y en todos los subgrupos.

Fue entonces cuando Freud describió cuatro tipos de fobias:

a) Fobias típicas o primarias, que las consideraba como miedos heredados de la humanidad en general (no constituían necesariamente una perturbación).

b) Fobias histéricas, que constituían miedos de estímulo relacionados con recuerdos de situaciones traumáticas reprimidas.

c) Fobias obsesivas, que eran miedos que se basaban en el mecanismo de la "transposición de afectos" de la neurosis obsesiva.

d) Agorafobia y otras fobias contingentes, que surgían de las crisis de angustia, sin mecanismo psicológico definido, crisis que a su vez eran elaboradas psíquicamente de manera secundaria. Además, en las agorafobias habría una regresión a etapas anteriores, pero no aclaró acerca de cuáles eran las etapas anteriores a las que se refería.

Freud consideró entonces las fobias como manifestaciones de desórdenes mentales, sin constituir una entidad diagnóstica. Con el análisis de Juanito, Freud (1905) describió la histeria de angustia como entidad nosográfica que incluía todos los síndromes fóbicos predominantes y la angustia conectada a estas fobias era independiente de la angustia difusa.

Juanito era un niño de 5 años que fue analizado por su padre y supervisado por Freud. La enfermedad comenzó con un sueño de angustia en el cual "la madre se iba" (4 años y medio). A los pocos días, yendo de paseo con su niñera, hizo una crisis de angustia (se puso a llorar y quiso que lo llevaran de vuelta a la casa diciendo que quería estar con su madre). Al día siguiente salió con la madre, pero estaba asustado y al volver a la casa le dijo a la madre que tenía miedo que "un caballo lo mordiera".

Al explicar el caso, Freud consideró que la crisis de angustia y la consiguiente fobia era el resultado del exagerado amor hacia la madre y del consecuente y reprimido conflicto con el padre. Fue la represión el origen de la angustia y la fobia (proyección en el caballo) el resultado de su problemática edípica.

Con la segunda teoría de la angustia (1926) la explicación fue diferente. Si bien se activaron una serie de pulsiones (el deseo de tener a la madre para sí, el deseo de hacer desaparecer al padre como rival odiado, el deseo de ser amado por el padre, el deseo de hacer desaparecer a su hermana menor, vivida como rival), como en la explicación anterior, estas fueron percibidas como pasibles de llevar a una situación de peligro: el peligro de castración por parte del padre. La angustia ya no era consecuencia de la represión, sino que estaba en el yo como señal de angustia. La señal de angustia activaría los mecanismos defensivos (represión) que lo defenderían de estos deseos. De esta forma, inconcientemente se produjo un desplazamiento y todos estos deseos se proyectaron en un objeto externo simbólicamente apropiado: el caballo. El temor a ser mordido por un caballo era el sustituto de ser devorado por el padre.

Pero no se ha ganado nada, porque un peligro interno ha sido sustituido por uno externo, aunque ahora este se puede evitar.

Con relación a la fobia del "Hombre de los Lobos", se trata también de una fobia a los animales. Freud, a partir de un sueño, pretende probar que la neurosis infantil tiene una causalidad traumática, a saber una escena de seducción pasiva. En ambos niños, además de la aparición de la fobia animal, la secuencia inmediata fue la manifestación de un cambio espectacular de carácter.

Lo que Freud no vio en Sergei, al que además trató de adulto, fue la debilidad de sus objetos narcisistas, reforzadores de su identidad (padres enfermos, nodriza para la cual Sergei ocupa el lugar de un niño muerto, gobernanta inglesa que lo separa de su nodriza). Su síntoma fóbico no obtuvo respuesta en su ambiente, por lo cual su neurosis infantil tampoco pudo ser resuelta.

Para Freud la diferencia entre la fobia de ambos niños era que en el segundo caso el animal que angustiaba no era de fácil percepción, como el caballo, sino que era conocido a través del relato y la imagen. Esto hacía que fuera más difícil de simbolizar y desplazar su conflicto en él (Birraux, 1997). Además el episodio de ansiedad había surgido no después de una crisis de angustia, sino de un sueño, más bien de una pesadilla. De acuerdo con la autora de referencian eso plantea más precisamente la cuestión de la relación de la fobia con la posibilidad de pensar. (Ver más adelante la posición de Birraux respecto a las fobias).

Sin embargo, las tempranas ideas de Freud sobre la angustia y las fobias persistieron a lo largo de su obra. En cuanto a las fobias, abordó principalmente las fobias infantiles animales, y la agorafobia en menor grado. La idea de la angustia como energía permaneció de modo central en su teoría, a pesar de la revisión de 1926, y también

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (15.3 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com