Concepto de kinesis

Concepto de kinesis

Kinesis proviene de la raíz griega kieneien que significa “movimiento”. El concepto aparece por primera vez en 1952 en el ensayo “Introducción a la Kinésica” del Dr. en Antropología Ray L. Birdwithsell (en Benavides, J. 2009). Regularmente, por nuestros propios temores y frustraciones, ocultamos nuestras percepciones y disfrazamos emociones utilizando otras palabras. Este autor sostiene que practicar la kinésica como un método de observación sensibiliza los sentidos para comunicarnos mejor. El primer estudio científico del lenguaje corporal fue el libro “La expresión de las emociones en el hombre y los animales” escrita por Charles Darwin y publicada en 1872.

En 1972, Albert Mehrabian (en Benavides, J., 2009) concluye que el contenido de las palabras únicamente representa el 7% de nuestros mensajes; el 38% lo constituye la expresión vocal (tono, timbre, entonación de la voz) y el 55% es el lenguaje no verbal. En 1977, Robert Rosenthal con base en un test establece que las palabras representan menos del 10% de la comunicación. Paul Ekman opina que cuando hay una contradicción entre las palabras y los gestos, siempre se opta por fiarnos de los gestos.

Entrevista kinésica

De acuerdo a Benavides (2009), la Kinesis (Kinesia) como técnica de entrevista se define como “un sistema de observación multi-facético, donde sus principios científicos se sustentan en la detección de estrés a través del comportamiento de los seres humanos en sus diferentes habilidades de comunicación”. Se agrupan los movimientos por categorías y se analizan.

Walter B. Cannon en 1929 (en Benavides, J., 2009), definió el estrés como los fenómenos que ocurren en el cuerpo para reajustarse y volver a tener el equilibrio original (homeostasis). Una amenaza es una fuente de estrés y la tendencia del cuerpo a responder a esa amenaza se conoce como “Síndrome de luchar o huir” o “Síndrome de Cannon”. En la entrevista el evaluador y las preguntas que se formulen constituyen la amenaza para el entrevistado y como éste no puede simplemente huir o atacar físicamente, tiene que inhibir esa tendencia natural y los comportamientos no verbales que se observen serán mecanismos de liberación o desahogo psicológico, ya que una persona es más hábil para controlar sus señales verbales de lo que es para controlar sus señales no verbales. Esto no quiere decir que el estrés signifique mentira necesariamente.

Discriminación de declaraciones verdaderas y falsas

Masip y Garrido (2000 y 2001; en Garrido, E., 2006), estructuran dos líneas de investigación del comportamiento para discernir entre declaraciones verdaderas y falsas: la aproximación de los canales y la aproximación de los indicadores discretos.

La aproximación de los canales ha intentado determinar a través de qué canales expresivos (por ejemplo, el rostro o el cuerpo; las palabras o el comportamiento no verbal), se discrimina mejor entre mensajes verdaderos y falsos.

La aproximación de los indicadores discretos se ha centrado sobre si determinadas conductas concretas (por ejemplo, movimientos, tartamudeos, parpadeos, etc.), se producen con mayor frecuencia al mentir que al decir la verdad.

Canales expresivos

Ekman y Friesen (1969; en Garrido, E., 2006), argumentan que tenemos más control sobre lo que expresamos con el rostro que sobre lo que expresamos con otras partes del cuerpo. Ello se debe a que el rostro posee una gran capacidad de transmisión, lo que hace que las demás personas atiendan a él y nos proporcionen retroalimentación de lo que expresamos. Esto, a su vez, hace que prestemos atención a lo que mostramos facialmente y aprendamos a controlarlo. Como resultado, más que reflejar nuestros sentimientos o pensamientos reales, el rostro acabará expresando lo que queremos transmitir. En consecuencia, estos autores sugieren que el potencial detector de mentiras

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