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Conferencia 31


Enviado por   •  19 de Junio de 2013  •  1.071 Palabras (5 Páginas)  •  274 Visitas

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31 conferencia: la descomposición de la personalidad psíquica

Lo reprimido es para el yo tierra extranjera interna así como la realidad es tierra extranjera exterior.

El ser humano enferma a raíz del conflicto entre las exigencias de la vida pulsional y la resistencia que dentro de él se eleva contra ellas, y en ningún momento habíamos olvidado esa instancia que resiste, rechaza, reprime, a la que imaginábamos dotada de sus fuerzas particulares, las pulsiones yoicas, y que coincidía justamente con el yo de la psicología popular.

El YO es por cierto el sujeto más genuino. El YO puede tomarse a sí mismo por objeto, tratarse como a los otros objetos, observarse, criticarse

Para esto una parte del YO se contrapone del resto

El YO se divide en 2 y una parte mira a la otra

INSTANCIA OBSERVADORA

que observa y amenaza con castigos

(PARANOIA proyecta hacia fuera esta instancia observadora por eso se siente observado por los demás.)

El observar no es sino una preparación de enjuiciar y castigar, y así colegimos que otra función de esa instancia tiene que ser lo que llamamos nuestra CONCIENCIA MORAL.

Es una de las funciones de esta instancia situada en el interior del yo llamada SUPERYÓ

2° TÓPICA:

1) SUPERYÓ

FUNCIONES:

Conciencia moral

Observación de sí (indispensable como premisa de la actividad enjuiciadora de la conciencia moral.)

CARACTERÍSTICAS:

Goza de cierta autonomía,

persigue sus propósitos

y es independiente del yo en cuanto a su patrimonio energético.

RELACIÓN CON MELANCOLÍA: el rasgo más llamativo del ataque melancólico es el modo en el que el SUPERYÓ trata al YO. Mientras que en sus períodos sanos el melancólico puede ser Mientras que en sus períodos sanos el melancólico puede ser más o menos severo consigo mismo, en el ataque melancólico el SUPERYÓ se vuelve despiadado, maltrata al yo, y le aplica un severísimo patrón moral. Nuestro sentimiento de culpa moral expresa la tensión entre el YO y el SUPERYÓ.

Trascurrido cierto número de meses el alboroto moral pasa, la crítica del SUPERYÓ calla, el yo es rehabilitado y vuelve a gozar de todos los derechos humanos hasta el próximo ataque

ORIGEN Y GÉNESIS: el niño es notoriamente amoral, no posee inhibiciones internas contra sus impulsos que quieren alcanzar placer. El papel que luego adopta el SUPERYÓ es desempeñado primero por un poder externo, la autoridad parental. El niño recibe de ella influjos y pruebas de amor, también es amenazado con castigos que dan cuenta del peligro de la pérdida de ese amor y temen por sí mismos. Esta angustia realista es precursora de la posterior angustia moral. Más tarde se forma la situación secundaria considerada normal: en lugar de la instancia parental aparece el SUPERYÓ

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