ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Conferencia II, Freud


Enviado por   •  28 de Julio de 2023  •  Apuntes  •  1.580 Palabras (7 Páginas)  •  25 Visitas

Página 1 de 7

El deseo se encontraba en oposición con los demás deseos del individuo y era inconciliable con las exigencias éticas y estéticas de la personalidad. Al final ese deseo inconciliable sucumbe a la represión (esfuerzo de desalojo). Entonces la inconciabilidad de esa representación con el yo del enfermo era el motivo (fuerza impulsora) de la represión y las fuerzas represoras eran los reclamos éticos y otras del individuo.

II.

A pesar de todos sus empeños, Freud únicamente consiguió poner en estado hipnótico a una fracción de sus enfermos, por lo que decidió abandonar la hipnósis para el tratamiento catártico y trabajar con su estado normal. Para revivir los recuerdos, Sigmund acudió a un experimento que presenció junto a Bernheim en Nancy, en 1889. Bernheim demostró que las personas a quien había puesto en estado hipnótico, sólo aparentaban haber perdido el recuerdo de lo que vivenciaron sonámbulas y era posible despertarles tales recuerdos aún en el estado normal. Cuando les inquiría por sus vivencias sonámbulas, al comienzo aseguraban no saber nada, pero si él insistía, en todos los casos los pacientes brindaban alguna información sobre aquellos recuerdos olvidados. De esa manera conseguía, sin emplear la hipnósis, averiguar de los enfermos todo lo requerido para reestablecer el nexo entre las escenas patógenas olvidadas y los síntomas que éstas habían dejado como secuela, aunque Bernheim procuraba las conclusiones decisivas. Si los recuerdos olvidados no estaban del todo perdidos, algo les impedía ser conscientes. Uno sentía como resistencia del enfermo esa fuerza que mantenía en pie al estado patológico. Cancelar esas resistencias era el trabajo del psicoanalista para restablecer los recuerdos. La resistencia que se oponía al empeño de hacer consciente lo olvidado tenía que ser la que en su momento produjo ese olvido y esforzó afuera de la consciencia las vivencias patógenas. Este proceso de expulsar de la consciencia las vivencias patógenas es llamado represión (esfuerzo de desalojo) a este proceso probado por la existencia de la resistencia. Desde luego, cabía preguntarse cuáles eran esas fuerzas y cuáles las condiciones de la represión y la respuesta se ofrecía mediante una indagación comparativa de las situaciones patógenas de que se había tenido noticia. En todas esas vivencias había estado en juego el afloramiento de una moción de deseo que se encontraba en aguda oposición a los demás deseos del individuo, probando ser inconciliable con las exigencias éticas y estéticas de la personalidad. La representación que aparecía ante la consciencia como la portadora de aquel deseo inconciliable sucumbió a la represión (esfuerzo de desalojo) y fue olvidada y esforzada afuera de la consciencia junto con los recuerdos relativos a ella. Entonces, el enfermo era el motivo (Motiv, fuerza impulsora) de la represión y las fuerzas represoras eran los reclamos éticos y otros, del individuo.

Freud refiere a un caso de una joven que perdió a su amado padre que debía cuidar y al casarse su hermana mayor, sintió fuerte simpatía hacia su cuñado, que tomaba como afecto familiar. Cuando la hermana murió, la joven pensó en la oportunidad de casarse con el hombre. Al acudir la enferma al tratamiento de sus síntomas histéricos, había olvidado la escena junto al lecho de su hermana debido a la represión dirigida a los sentimientos hacia su cuñado. La diferencia entre nuestra concepción y la de Janet radica en que no derivamos la ecisión psíquica (consciente- inconsciente) de una insuficiencia innata que el aparato anímico tuviera para la síntesis de información, sino que explicamos la ecisión psiquica dinámicamente por el conflicto de fuerzas anímicas en lucha, y extraemos de ella el resultado de una renuncia activa de cada uno de los dos agrupamientos psíquicos uno respecto del otro. Únicamente, afirma Freud, si se rechaza la hipnosis, se pueden notar las resistencias y represiones y formarse una representación certera del proceso patógeno efectivo. La hipnosis encubre a la resistencia; vuele expedito un cierto ámbito anímico, pero en cambio acumula la resistencia en las fronteras de ese ámbito al modo de una muralla que vuelve inaccesible todo lo demás. Lo más valioso que aprendimos de la observación de Breuer fueron las noticias acerca de los nexos entre los síntomas y las vivencias patógenas o traumas psíquicos. Cuando la expulsión de la represión ya no se encuentre entre nosotros, ciertamente nos habremos librado de su presencia molesta, pero en cierto sentido el esfuerzo de desalojo no ha tenido éxito. Mediante la indagación de los histéricos y otros neuróticos, llegamos a convencernos de que en ellos ha fracasado la represión de la idea entramada con el deseo insoportable. Es cierto que la han pulsionado afuera de la consciencia y del recuerdo, ahorrándose en apariencia una gran suma de displacer, pero la moción de deseo reprimida perdura en lo inconsciente, al acecho de la oportunidad de ser activada y luego se las arregla para enviar dentro de la conciencia una formación sustitutiva, desfigurada y vuelta irreconocible de lo reprimido, a la que pronto se anudan las mismas sensaciones de displacer que uno creyó ahorrarse mediante la represión. Esa formación sustitutiva de la idea reprimida (el síntom a) es inmune a los ataques del yo defensor, y en vez de un breve conflicto surge ahora un padecer sin término en el tiempo. Si lo reprimido es devuelto a la actividad anímica consciente, lo cual presupone superar las resistencias, el conflicto psíquico puede hallar, con la guía del analista, un desenlace mejor que el que le procuró la represión. El gobierno consciente se logra sustituyendo el mecanismo automático (y por eso deficiente de la represión) por un juicio adverso (veruteilung) con ayuda de las operaciones espirituales del ser humano. Es decir (porque a Freud no se le entiende una mierda), que para volver a hacer conscientes las acciones reprimidas que tomamos de manera automática (sin dar cuenta), hay que poner en tela de juicio (veruteilung) estas acciones mediante el análisis psíquico.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (10 Kb)   pdf (67 Kb)   docx (148 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com