Conflicto Psíquico - Neurótico.

Conflicto psíquico – neurótico.

Conflicto psíquico.- Básicamente todo conflicto es una lucha o contradicción entre por lo menos dos exigencias contrarias que pueden proceder desde la misma fuente o distinta, esto es a veces una lucha interior (o intrapsíquica) por dos sentimientos, necesidades, deseos que la persona quisiera satisfacer al mismo tiempo sin tener que hacer renuncias, o bien porque satisfacer ese deseo, conlleva un conflicto moral afectivo o con otras personas, puede ser entre el sujeto y el ambiente con sus exigencias y obstáculos. Por ello cada rama del conocimiento aborda el conflicto desde su marco teórico y de observación, así podemos hablar de conflicto social, conflicto intrapsíquico, conflicto moral etc. La noción de conflicto psíquico implica dinámica mental y pertenece a la esencia misma del psicoanálisis.

El conflicto psíquico constituyó desde muy temprano en psicoanálisis el elemento central de la concepción de la neurosis, que permitió tanto dar cuenta de sus mecanismos psicopatogénicos, como acceder al "saber" sobre la enfermedad psíquica, esa desconocida, degenerada y constitucional hasta entonces.

Pero excediendo los límites de la patología, pasó a ser un elemento constitutivo del ser humano, un elemento nodal de su naturaleza, de su ser, de su esencia. Por la dinámica del conflicto, el hombre despegó de los otros animales atrapados en los meandros del instinto, condenados a una ciega repetición uniforme y codificada. Por él, accedió al lenguaje, a la cultura y modificó el mundo, que pasó a ser "su mundo" desde que todo pudo ser representado y anticipado.

Según el Psicoanálisis el conflicto constituye una característica humana cuando se enfrenta con lo prohibido. Los deseos instintivos pueden convertirse en representaciones intolerables que dan lugar a las psiconeurosis de defensa.

Otras corrientes de pensamiento afirman que la pugna entre necesidades opuestas que no se resuelven rápidamente puede producir en las personas desesperanza o ansiedad.

La noción de conflicto psíquico implica dinámica mental y pertenece a la esencia misma del psicoanálisis. Por supuesto no siempre los conflictos son patológicos o generadores de patología. Pero podríamos recordar que cualquier conflicto consciente puede reactivar a conflictos inconscientes que le subyacen y, en ese caso, ayudar a la aparición de neurosis.

Nosotros como profesionales provenimos del campo de la Psicología a la que permanentemente como un dialogo siempre abierto intentamos articular e integrar con la Evaluación Psicodiagnóstica sea que provenga del análisis de un escrito (Grafología Científica) o de los test y técnicas (Psicodiagnóstico). Por ello tomaremos el conflicto desde un ángulo psicológico. Es aquí donde media el yo poniendo en marcha los mecanismos de defensa.

Los mecanismos de defensa son procesos psíquicos inconscientes que pertenecen al yo y se traducen en conductas. Estos mecanismos se ponen en marcha para disminuir la angustia que le genera al yo el conflicto mencionado (el ello tiene ganas de… pero el superyó lo prohíbe) y para poder adaptarse. Por eso siempre al hablar de defensas suponemos la existencia de un conflicto.

Freud pensaba al conflicto como inherente a la personas viendo a la vez un aspecto vital y positivo, esto es ver a todo conflicto como un motor de cambio en sí mismo. Así él hablaba de conflictos entre el deseo y la defensa, conflicto entre instancias (consciente, inconsciente, yo /ello, yo /superyó, yo /realidad externa), conflicto edípico, etc.

Así todo conflicto que el sujeto no puede resolver con el tiempo puede constituirse en el mejor de los casos en un síntoma neurótico, donde el síntoma es una solución de compromiso entre dos grupos de representaciones (idea, pensamiento subyacente, fantasmas inconscientes) que una determinada situación personal o interpersonal puede activar.

Así más avanzada su obra Freud también conceptualiza al conflicto como una lucha entre las pulsiones de vida y las de muerte, (eros: amor, tánatos/muerte). En ellas ingresan a escena las pulsiones de auto conservación, versus las de conservación de la especie., ¿el amor al yo o el amor al objeto? En otros términos el amor al sí mismo o al otro, la propia supervivencia o la del otro (temática de Eros).

Dentro de la pulsión de muerte, tenemos la pulsión agresiva, la lucha, el odio. Es por ello que desde este encuadre es poco probable un estado psicológico libre de conflictos. Según Freud, la represión de las manifestaciones primarias produce los síntomas neuróticos.

Quizás el eje de entendimiento nodal del conflicto este sostenido en gran parte en el conflicto edípico que es quizás el que pone en juego el posicionamiento y satisfacción propios en un campo

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