DISLEXIA: CONCEPTO, EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN
carmennp99Documentos de Investigación27 de Abril de 2022
3.279 Palabras (14 Páginas)135 Visitas
[pic 1]
DISLEXIA: CONCEPTO, EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN
EVALUACIÓN, DIAGNÓSTICO E INTERVENCIÓN EN TRASTORNOS DE LENGUAJE EN LA INFANCIA
MÁSTER EN PSICOLOGÍA GENERAL SANITARIA
UNIVERSIDAD DE GRANADA
Carmen Nacarino Palma
Índice
1. Conceptualización de la dislexia 1
Déficits neurobiológicos 2
Déficits fonológicos 3
Déficits emocionales 5
2. Evaluación y diagnóstico 6
3. Intervención 12
Referencias bibliográficas 14
Conceptualización de la dislexia
Los trastornos relacionados con el aprendizaje son uno de los principales problemas en niños y jóvenes, encontrándose presentes en el 10-15% de esta población. Por ello, se resalta la importancia de indagar en estos temas de interés revisando como se hace en este documento la conceptualización, características, evaluación e intervención de estos trastornos, en concreto del de más presencia actual, la dislexia (Cadavid y Rivera, 2018).
Se estima que en torno a un 20% de los niños hoy en día tienen problemas de aprendizaje de la lectura. De este porcentaje un 4% padece dislexia, aunque las cifras son variables dependiendo del país y la lengua llegando a oscilar entre un 7% y 10%. Esta incidencia resulta preocupante ya que la lectura es la destreza más determinante del éxito o fracaso escolar debido a que la mayoría de los aprendizajes son escritos (García y Pedrosa, 2020).
Podemos definir la dislexia, según la Asociación Internacional de Dislexia, como:
Una incapacidad específica de aprendizaje de origen neurobiológico que se caracteriza por dificultades en la precisión y/o fluidez en el reconocimiento de palabras, así como deficiencias en la escritura y en las capacidades de descodificación. Esas dificultades resultan de un déficit en el componente fonológico del lenguaje que es a menudo inesperado en relación con otras capacidades cognitivas y a la adecuada instrucción escolar (García y Pedrosa, 2020, p.28)
Como vemos esta definición sitúa la causa de la dislexia en el déficit fonológico. Las primeras publicaciones sobre esta condición hablaban sobre “ceguera para las palabras” situado el origen del trastorno en un déficit visual. Sin embargo, hoy en día se conoce que las alteraciones no son visuales, ni auditivas, sino fonológicas y engloban tres componentes fundamentales: la conciencia fonológica, que se refiere a la capacidad para percibir y manipular los sonidos del habla; la memoria verbal a corto plazo, que es la capacidad para retener ítems verbales; y denominación rápida o habilidad de recuperar de manera rápida y automatizada estímulos visuales (García y Pedrosa, 2020).
Existen una serie de indicadores fácilmente identificables que nos pueden indicar el diagnóstico de dislexia. Entre ellos destaca la dificultad con la lectura y la ortografía, confusión de izquierda a derecha, poca memoria, velocidad de procesamiento más lenta, mala escritura, habilidades de secuenciación deficientes, deficiente capacidad de organización y mala gestión del tiempo, entre muchos otros. Así mismo, se ha sugerido que es más prevalente en chicos aunque esta afirmación es controvertida (Camacho-Conde y Filgueira-Álvarez, 2019).
La lectura no siempre es buen indicador, pues existen estudiantes con dislexia que aprender a leer adecuadamente. La dislexia se reconoce de forma más general por su mala ortografía ya que implica la codificación de sonidos en lugar de la mera decodificación de estos. Respecto a la comprensión, tienden a leer el texto varias veces para comprenderlo. Por último, algunos autores proponen aspectos positivos comunes en la dislexia como una gran creatividad y pensamiento innovador, planteando esta condición como un equilibrio inusual de habilidades (Camacho-Conde y Filgueira-Álvarez, 2019).
Déficits neurobiológicos
Algunos estudios sugieren que las dificultades comienzan antes del nacimiento, cuando algunos genes afectados producen desórdenes en algunas neuronas, lo cual se traduce en alteraciones de la corteza parieto-temporal izquierda, donde se reduce la materia gris. Sin embargo, al mismo tiempo presentan un aumento de materia gris en el hemisferio derecho lo que sugiere circuitos alternativos y diferente organización cerebral (García y Pedrosa, 2020).
La corteza parieto-temporal izquierda interviene de manera importante en el procesamiento fonológico. Se encarga por ejemplo de la percepción de los fonemas y la formación de las representaciones fonológicas y se activa con el lenguaje oral, resultando fundamental en la lectura y escritura. La conciencia del fonema es fundamental tanto para la lectura como para la escritura (García y Pedrosa, 2020).
En un estudio sobre el tema (Castro-Caldas y Reis, 2000) se comparó mediante IRMf la actividad cerebral de lectores y analfabetos al repetir pseudopalabras. Los lectores activaban la zona temporal izquierda mientras que los analfabetos activaban los lóbulos frontales. Estos resultados se explicaban debido a que los lectores dividían las pseudopalabras en sílabas y los analfabetos, al no saber segmentar, las procesaban como un todo. Las personas disléxicas tienen también menos desarrollada esta área occipito-temporal izquierda, llamada “área de la forma visual de las palabras” o “caja de las letras”, la cual nos sirve para aprender a leer y se activa con la lectura (García y Pedrosa, 2020).
Otra alteración neurobiológica en personas disléxicas se trata de la reducción de algunos tractos subcorticales, en concreto el fascículo arqueado, que une la parte posterior del hemisferio izquierdo (el área de Wernicke donde se reconocen los fonemas) con la parte anterior (el área de Broca desde donde se pronuncian los fonemas y palabras) (García y Pedrosa, 2020).
Déficits fonológicos
Presentan anomalías de tipo fonológico como dificultades en la conciencia fonológica, reducida memoria verbal a corto plazo y dificultades en la asociación fonema-grafema (letra-sonido). Esto parece explicarse por estudios que ponen de manifiesto la peor percepción fonética de las personas disléxicas. Perciben peor la pronunciación (subida y bajada de tono) y la prosodia, crucial para la separación de sílabas que se necesita para formar las representaciones fonológicas. Esto ocasiona las dificultades propias de la dislexia en la lectura y escritura (García y Pedrosa, 2020).
Existen dos vías en el proceso de lectura por las cuales accedemos a la palabra escrita: la vía léxica y la subléxica. La primera nos ayuda a leer la palabra accediendo a la representación de esa palabra en nuestra memoria, reconociéndola. La segunda, por el contrario, nos permite leer la palabra convirtiendo cada grafema en un fonema, siendo esta en la que presentan mayores problemas las personas con dislexia como podemos comprobar con la lectura de pseudopalabras. En la vía léxica el principal problema reside en el número de veces que es necesario leer la palabra para retenerla en la memoria (mayor número que personas control) (Cuetos, 2011).
Centrándonos entonces en la vía subléxica encontramos varias dificultades. En primer lugar, tenemos la formación de representaciones de grafemas concretos. Las personas con dislexia presentan problemas en grafemas que tienen parecido visual (m-n, F-E, i-j); las diferencias existentes entre mayúscula y minúscula que hacen que no las representen como la misma letra (r-R, e-E y a, A); y las simetrías entre letras (p-q y b-d). También presentan problemas en la identificación de los fonemas, en la segmentación incluso de sílabas. Algunos fonemas son muy parecidos tanto en sonido como en grafema, por lo que a las personas con dislexia les cuesta mucho identificarlos (p/b/d). Por último, presentan dificultades en aprender la correspondencia entre grafema y fonema debido a la arbitrariedad de esta relación (la forma de la letra no tiene nada que ver con su sonido). Además, hay letras cuya pronunciación depende del contexto como la c o la g (geranio vs guerra). La mayor dificultad de las personas con dislexia se encuentra en automatizar el proceso de asociación grafema-fonema. Por ello las diferencias entre lectores control y disléxicos se encuentra mayormente en la velocidad de lectura que en la precisión (García y Pedrosa, 2020).
Déficits emocionales
La autoestima puede ser definida como una respuesta de la autoeficacia percibida por el individuo con un valor predictivo sobre comportamientos futuros. Está compuesta por diferentes dimensiones (autoestima personal, emocional, familiar, escolar y social) relacionadas con distintos ámbitos. Las personas con dislexia, debido a sus dificultades en la lectura y, en consecuencia, a su fracaso escolar, presentan unos niveles más bajos de autoestima que sus iguales. Además, estudios recientes han demostrado que esta afección de la autoestima no solo se produce en la dimensión académica sino en todas ellas (Zuppardo et al., 2020).
...