Diversidad En El Aula

Diversidad en el aula: Mito o Desafío

Florangel Farías Majóo

Introducción:

Resulta difícil poder determinar cuánto hay de mito o cuál es el desafío que nos plantea la diversidad en el aula sin antes comprender lo que implica esta diversidad.

Sin bien aplicado a la educación parece un término reciente, de las últimas décadas, no es menor darnos cuenta que la diversidad es una realidad que acompaña toda nuestra existencia y que la escuela, en su totalidad, ha sido y seguirá siendo diversa.

En primer lugar es necesario comprender que la diversidad no está solamente referida a los niños con capacidades educativas especiales, sino que también referidas al ámbito religioso, cultural, étnico, socio-económico, etc.

Podemos obviarlas y hacer como que no existieran, sin embargo, esto conllevaría a crear nuevas dificultades. La diversidad debemos atenderla “desde el respeto, la tolerancia y la igualdad de oportunidades.” (Muntaner, 2000)

La igualdad de oportunidades en la escuela no significa que todos deben aprender lo mismo, sino que todos tienen las mismas oportunidades para aprender.

Es nuestro deber como educadores comprender la diversidad como un valor que nos guiará a la consecución de una educación de calidad, cuyo principal objetivo es promover y conseguir el aprendizaje de todos sus alumnos.

Ya no nos referimos a dos sistemas educativos, uno para los alumnos “normales” y otro para los alumnos con dificultades, sino que se trata un sistema único que considera las necesidades de cada alumno, tengan o no necesidades especiales.

El centro de atención ya no está en las dificultades del alumno, sino en el conjunto de recursos educativos que la escuela debe proporcionar para dar respuesta a quienes requieran una atención específica, ya sea por una necesidad temporal o permanente.

Es la escuela la que cambia para adaptarse y dar respuesta a la diversidad, no son los alumnos con necesidades especiales los que deben adaptarse y ajustarse a la escuela.

Esto hace necesaria la existencia de un marco curricular único y básico, abierto y flexible que genere las orientaciones y programas precisos para adecuarse a las necesidades particulares de cada alumno.

La atención a la diversidad, tal como señala Marchesi, requiere “un compromiso con el cambio”. Este compromiso no será efectivo ni real si no existe una convicción colectiva acerca de la necesidad de abordar una dificultad y trabajar en conjunto para buscar la mejor solución. Los profesores deben cuestionarse las condiciones organizativas en que se desarrolla la escolaridad para llegar al convencimiento de la necesidad del cambio.

Esta no debe ni puede ser una tarea aislada o individual y solo puede llevarse a cabo cuando existe una necesidad manifiesta del profesorado.

Atender a esta diversidad requiere el manejo de diversas estrategias para las que muchos no hemos sido preparados. De ahí la necesidad y la importancia del intercambio de experiencias, ya sea en el ámbito formal e informal, a fin de realizar un trabajo colaborativo que facilite la ayuda y formación mutua.

Este complejo proceso que es el cambio y la innovación supone la decisión clara y manifiesta de romper con el esquema de la escuela tradicional. Requiere un cambio gradual, paso a paso, pequeñas modificaciones en el actuar del profesorado, constantes

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