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EL CUERPO COMO ALMACEN DE TENSIONES


Enviado por   •  4 de Octubre de 2013  •  2.138 Palabras (9 Páginas)  •  188 Visitas

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ESPECIALIZACIÓN EN ACTIVIDAD FÍSICA TERAPETICA UNIDAD PSICOLOGIA MEDICA

DOCENTE: DIEGO FERNANDO BOLAÑOS (Mg. Educación)

“EL CUERPO COMO ALMACEN DE TENSIONES”

No hay duda que el cuerpo humano es una de las construcciones más perfectas de la naturaleza, pero a la vez es un albergue, una morada en donde reposan o habitan de una u otra forma los recuerdos. Sí, todos los recuerdos; desde las primeras vivencias afrontadas con poca o ninguna conciencia de sí mismo (Expulsión de excretas, búsqueda incesante del pecho materno y en la acción de mamar la búsqueda del rostro materno con la mano, el empuje del seno para obtener mayor cantidad de leche, la muestra de una mueca en respuesta a un estimulo, etc.) hasta aquellas que han pasado de forma reciente y que por tal razón se tienen más presentes en la mente. Casi por regla en el cuerpo se albergan los recuerdos más rechazados, aquellos que de forma conciente se quieren olvidar y desechar, pasando por alto con esta intención que en la integridad que se tiene como ser humano, las dimensiones que lo componen mantiene una constante interacción y por supuesto comunicación lo cual debe llevar a pensar que, por necesidad misma del “sistema”, habrá un espacio (físico si es posible decirlo) en donde lleguen o se almacenen lo que de forma conciente quiere expulsarse sin antes redirigirlo o asimilarlo de mejor forma, este espacio son los músculos, los cuales no olvidan esos recuerdos que nos dañan; es esta una de las razones por las cuales en la cotidianidad el cuerpo humano se siente con un sin número de afecciones musculares como el “agarrotamiento” de la espalda, “tortícolis”, miembros inferiores entumecidos, rigidez en miembros superiores, genitales impotentes

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, entre otros. Las afecciones mencionados anteriormente son solo síntomas de un estado de tensión que tiene sus causas en las reacciones e incluso llegan a ser reacciones mismas, a las presiones familiares, económicas, morales, sociales, culturales, políticas, etc. Esas frases que se escuchan desde niños, por ejemplo... “No hagas eso, quédate quieto, no toques, pórtate bien, siéntate bien, muévete, date prisa...” son ordenes que cumplen su objetivo castrador y a la vez se convierten en informaciones que se almacenan en las fibras musculares. Ante ellas, como ordenes a cumplir, el individuo adopta una conformidad que con el tiempo, por no haber podido hacer o responder como se quería, producen disfuncinalidad en ocasiones severa y hasta deformidad, si, deformidad corporal manifestada en la no “armonía” de los movimientos, poca fluidez, poco dinamismo y ante todo desconocimiento de sí mismo que no

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Documento para material de lectura de las asignaturas: Gimnasia Especial Preventiva, Aspectos Procesos y Discapacidad. Universidad del Valle. Instituto de Educación y Pedagogía 2000.

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BERTHERAT, Therese. En el Cuerpo tiene sus razones. Argos. 1977.

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permite la aceptación del cuerpo, sintiéndose y percibiéndose extraños frente a él. La programación del pasado, ocasionadora de tensiones no deja existir (tomando el termino existir como el de nacer continuamente

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) simplemente se vive y esa simplicidad consiste en dejar a los demás el cuidado de la propia vida, del propio cuerpo. Los demás ofrecen por un lado tranquilidad y por otro represión de los deseos, apetitos, sensaciones a través de una ambigüedad que no se puede percibir y mucho menos identificar como tal, solo sentir a partir de las tensiones. No se es autónomo, no hay permiso para darle rienda suelta a las emociones ni a los sentimientos; con esto el hombre se declara esclavo y reivindica a diario dicha esclavitud, al auto - etiquetarse como: Nerviosos, estreñidos, frágiles, entre otras marquillas; que permiten esconder la real imagen, aparentando hacia los demás lo que ellos esperan que él sea. Las palabras emergen también como otro escudo; ellas como principales elementos racionales desvían las sensaciones y muestran al individuo como controlado, con una imagen que dista mucho del verdadero sentir y del verdadero ser “tensionado”. En líneas generales no es que el cuerpo se oponga a lo racional, a la inteligencia, a los sentimientos o al alma (como se ha podido llegar a plantear desde algunas corrientes filosóficas y religiosas) es más bien admitir que todos ellos están incluidos en él; por lo tanto es indispensable que se tome conciencia del propio cuerpo, abrirse al acceso de la totalidad del ser

no dividiéndolo sino tomándolo como una unidad como un “ser cuerpo y no tener cuerpo”

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. Plantear una propuesta para disminuir dichas tensiones podrá resultar de mucha importancia en lo que respecta al manejo curativo de algunas lesiones que se producen, tanto por trauma como por deficiencias presentadas sobre la base de lo expuesto anteriormente, pero ante todo y más que una receta curativa, vale la pena proponer y discernir acerca de algunos principios fundamentales para existir plenamente, identificados estos con la propuesta de Therese Bertherat.

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, y adaptados desde una perspectiva más profiláctica y preventiva del manejo del ser humano.

 El primer Principio Fundamental es el despertar los cinco sentidos; olfato, visión, gusto, audición y sobre todo el sentido táctil el cual a partir de la gran incidencia de concepciones punitivas y “flageladoras” se ha reprimido al punto del individuo no poder tener un dúctil roce ni con su propio cuerpo.

 Agudizar las percepciones: Previo e ello se debe agudizar las sensaciones, es decir darle más cabida a estímulos, que en el cotidiano vivir se presentan pero no se hacen concientes debido al agite diario por

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Op.cit

REICH. Wilgën. En la conferencia de lanzamiento del orgometro. 1960

TOBAR, Dora. Reencarnación o Resurrección. 1998.

REICH. Wilgën. Op. cit

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