ENSAYO DE LA IDEA DEL HOMBRE EN LA HISTORIA

LA IDEA DEL HOMBRE Y LA HISTORIA

Max Scheler nos habla en su libro de antropología filosófica, de la relación que el ser humano tiene con todo aquello que lo rodea, animado o inanimado, a partir de su percepción y concepción, no solo del mundo, también de sí mismo (p.3,4), haciéndolo actualmente un ser "problemático", que "no sabe lo que es, pero sabe que no lo sabe" (p.4).

Para Scheler la historia, a través del trasegar cultural, se ha encargado de irle dando al hombre aquellas "ínfulas" frente al resto de la creación, como lo hizo la cultura griega clásica, que lo puso por encima de todos los demás seres, como si fuese una divinidad. Y el cristianismo, que le atribuyó importancias cósmica y metacósmica (p.6).

Al llegar el pensamiento moderno, éste viene acompañado de mayor conciencia humana, de más acciones donde el hombre comprende mejor y se compromete más con el mundo que ocupa (p.7). Y posterior a él llega Descartes en la filosofía moderna, haciéndonos comprender que el mundo se deriva de la razón, que a su vez está arraigada en la divinidad. (p.8,9)

Scheler plantea que la naturaleza del hombre se puede establecer hoy, en cinco ideas fundamentales (p.11):

La primera idea es la bíblica, judeo-cristiana. Aquella que nos plantea que el hombre fue creado y direccionado puntualmente por Dios, aunque no gobernado, como se evidencia a través de pasajes como el del fruto prohibido y el ángel caído (p.12). Por ser de trascendencia cultural, la influencia que ejerce sobre el hombre esta idea, no se "elimina" de su conciencia de forma alguna. Quiera o no, el hombre que ha sido educado o culturizado bajo estos preceptos, continuará en gran o poca medida, influenciado por ellos, así de manera dogmática manifieste que dejó de creer en ellos (p. 12, 13, 14).

La segunda idea es la griega, la del homo sapiens. En ella se plantea el parecido físico del hombre, primordialmente con la especie del mono, pero estableciendo que la caracterísica que le hace superior dentro de la escala evolutiva, es la razón, al ser la que le permite "mover y plasmar" en la evolución y el desarrollo, gracias a un "agente divino" que le permite racionalizar el caos (p. 15, 16, 17, 18). Hegel,  planteó que la razón domina al mundo, pero que ésta es inconstante (p.20). Esta teoría del homo sapiens, Scheler plantea que no ha sido totalmente comprobada, que puede llegar a ser una "invención de los griegos", porque solo Wilhelm Dilthey y Fríedrich Nietzsche, han visto plenamente este hecho. Incluso, Nietzsche considera que esta idea debe vivir y morir con la idea espiritualsta de Dios (p.21, 22).

La tercera idea es la del homo faber, conocida también como "pragmatista" o "naturalista", que reconoce que entre el hombre y el animal, hay diferencias de grado, no de esencia (p.26, 27), planteando que las fuerzas que actúan son las mismas, pero las reacciones del hombre son más complejas, debido a que es un ser instintivo, no racional (p.27), que cuenta con una "inteligencia técnica", no con "espíritu" o "razón", para satisfacer los instintos fundamentales. (p.28). Scheler define al hombre en tres formas: un animal de señales (idioma), un animal de instrumentos y un ser cerebral que consume mayor energía en la función cortical, que el resto de los animales (p.30) y considera que toda percepción, toda sensación, todo proceso de una unidad funcional fisiológica, viene condicionada por el instinto y que son los instintos, los que constituyen la unidad del organismo psicofísico (p.32).

Para Scheler, los instintos se reducen a tres potencias instintivas primordiales: de reproducción (sexual, de crianza, líbido), de crecimiento y poderío, y los que sirven a la nutrición (p.32, 33). Éstas a su vez, presentan tres concepciones naturalistas: la económica (marxista) donde la historia es una lucha de clases; la de los instintos, donde el instinto primordial de la reproducción y sus efectos cuantitativos y cualitativos, son la manera esencial de mover la historia y la tercera concepción naturalista, es la del poderío político, donde factores diferentes a intereses económicos, mueven a las personas y los Estados (p.35, 36)

La cuarta idea que plantea Max Scheler es la del desertor, la del hombre que deja todo su sentido sagrado y cósmico, debido a, como lo dijo Lessing, su megalomanía (p.41) Para Alsberg, quien se inspiró en Schopenhauer, el hombre debe aprender a hacer uso de herramientas como el idioma, debido a que ha abandonado el conocimiento y desarrollo de su propio cuerpo, de sus órganos (p.41, 42), y ha hecho de la razón, la negación en su voluntad de vivir (Schopenhauer) (p.42). Autores como Aristóteles, Katn, Hegel, entre otros, consideran enfermiso y casi morboso, que el ser humano emplee tanta energía vital, solo,  en el uso de su cerebro (p.43). Para Scheler, el hombre se ha salido de su naturaleza debido a su incapacidad de evolución biológica y para sostenerse y justificarse en ese nuevo orden (p.45). Aquí es el espíritu el que pone en la vida, fin y dirección, al poder introducirse en la vida y el alma para destruirlas (p.47)

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