El Hombre En Busca De Sentido

Es difícil de pensar en qué momento de la historia el ser humano pudo comportarse con tanta crueldad que asesino entre 5 y 6 millones de su misma especie en tan solo 7 años y aunque las cifras sean muy altas, da lo mismo si hubieran sido solo pocos los asesinados de igual manera es repugnante este lamentable hecho en la historia y de lo que anterior menciono ni siquiera han pasado 80 años de su inicio, claramente hablo del Holocausto con un poco mas de realismo el libro “El hombre en busca de sentido”, de Viktor E. Frankl (1946), es un libro muy intrigante que explica contundentemente la crueldad en los campos de concentración y la vida antes, durante y después en la mente de los prisioneros comunes.

El libro narra la historia del prisionero N. 119.104 (Viktor E. Frankl), un psicólogo, que fue esclavo en varios de los campos de concentración de la S.S el principal llamado Auschwitz donde hacían una selección de los hombres, para que fueran trabajadores o cadáveres y sin ninguna excepción los despojaban de cualquier material o prenda pero eso si había dos clases de prisioneros los comunes y los “capos” donde estos últimos tenían privilegios solo por ser escogidos como los más crueles y sanguinarios por los militares de la S.S. y a menudo maltrataban a los prisioneros comunes peor que los mismos militares.

El autor divide su obra en tres etapas de un prisionero común en los campos de concentración.

Primera Fase: Internamiento en el campo.

Los prisioneros al ver en qué lugar los habían recluido entraban en estado de shock como lo dice Viktor que sus vidas, en ese instante no podían ser ya las mismas, que daba un giro de 180º y por el shock llegaban a burlarse de su situación, que mas remedio les quedaba. Después experimentaban ante la hambruna y el estrés que sus cuerpos no decaían, como si fuera una especie de sobrevivencia y que realmente así era porque a los prisioneros que parecían enfermos y demacrados por fuera y por dentro eran los que más probablemente fueran directo a bañarse (muerte colectiva en la cámara de gases) a los que se les conocía como Musulmanes.

Segunda Fase: La vida en el campo

Después de ver renuentes la liberación los prisioneros entraron en un estado de apatía, esto fue necesario porque olvida cualquier dolor y sufrimiento y se centraba en vivir, los deseos más primitivos eran nulos.

Para distraerse de lo duro que era la vida en el campo los prisioneros parodiaban todo aquello que les sucedía y por muy feo que fuera siempre se reían de ello.

En esta segunda fase Frankl tuvo mejor suerte fue trasladado a otro campo de concentración en el que no tenia cámara de gases, que hay no se preocupaba si lo mandarían a bañar o no y que desempeñaba trabajos más ligeros.

Una cosa que anhelaban los prisioneros era la soledad

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