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El fenómeno del bullying o acoso escolar en nuestras aulas

SolucionesTesis29 de Septiembre de 2013

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RFP N.4 (2009) | ISSN 1887-6250

ARTÍCULO

El fenómeno del bullying o acoso escolar en nuestras aulas

Alicia Martín Aparicio. IFP Superior núm. 27 de Valencia.

Octubre 2009

Introducción

Desde hace unos años se viene detectando en

nuestras aulas un problema que preocupa a la

sociedad en general y al sistema educativo en

particular, la violencia escolar, y que perjudica

notablemente el proceso de enseñanzaaprendizaje

en las aulas, además de las

relaciones entre compañeros y entre

profesores y alumnos.

Las modalidades de agresión y violencia más

habituales en las aulas en Educación

Secundaria abarcan: disrupción en las aulas;

problemas de disciplina; agresiones físicas, es

decir, peleas, agresión directa o vandalismo,

maltrato entre iguales o bullying, abusos

físicos inflingidos a los adolescentes; acoso e

intimidación sexual.

Los comportamientos violentos pueden ir

dirigidos hacia objetos o material escolar,

como rotura de sillas, mesas, pintadas en

paredes…, o bien hacia compañeros y/o

profesores en forma de agresiones verbales y

físicas, pudiendo llegar incluso al acoso entre

iguales o bullying, con graves consecuencias

para quienes lo padecen.

Dan Olweus, psicólogo noruego, fue el

primero que acuñó el término bullying

definiéndolo como una conducta de

persecución física o psicológica que realiza un

alumn@ hacia otr@, al que elige como víctima

de repetidos ataques. (Además, establece tres

criterios para identificarlo, que son: debe

haber un comportamiento agresivo con

intención de hacer daño, la conducta ha de

ser reiterativa, es decir, debe llevarse a cabo

repetidamente en el tiempo, y debe existir un

desequilibrio de poder o fuerza en la relación

interpersonal.http://www.acosomoral.org/pdf/

Olweus.pdf (consulta 17/02/2009).

Existen distintas formas o tipos de bullying:

1. Verbal, como insultar, burlarse, poner

motes, ridiculizar, humillar…

2. Físico, como propinar empujones, codazos,

golpes, patadas, palizas…

3. Emocional, haciendo chantaje o extorsión

para conseguir algo como por ejemplo,

dinero.

4. Sexual, aunque es la menos frecuente,

hace referencia a comportamientos que

implican tocamientos a la víctima sin su

consentimiento, realización de gestos

obscenos, llegando a demandas de favores

sexuales.

En el bullying participan los agresores o

“bullies”, las víctimas y los espectadores.

En el bullying, el agresor pretende infligir

daño o miedo a la víctima, atacándola o

intimidándola mediante agresiones verbales,

físicas o psicológicas, agresiones que se

producen de forma repetitiva en el tiempo; la

víctima no provoca el comportamiento

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agresivo del agresor y se encuentra indefensa

e impotente para salir de esa situación por sí

misma. El agresor, que se siente más fuerte y

poderoso que la víctima consigue el efecto

que desea con las agresiones y suele además

contar con el apoyo de un grupo. En todos los

casos de bullying existe una relación

jerárquica de dominación-sumisión entre el

agresor y la víctima.

Los acosadores, agresores o bullies suelen ser

chicos, aunque también hay chicas (menos

frecuentemente), más fuertes físicamente y

de edad superior no sólo a sus víctimas sino

también a la media de la clase, con

rendimiento escolar bajo pero con cierta

popularidad entre los compañeros. Suelen

presentar actitudes hostiles o desafiantes

hacia los profesores y también hacia los

padres, con quienes manifiestan mantener

conflictos. Suelen tener elevados niveles de

impulsividad, no aceptan las normas sociales,

toleran mal las frustraciones, tienen una

autoestima media-alta y sienten la necesidad

de dominar a otros. Aunque no sean muy

populares entre sus compañeros, sí lo son

más que las víctimas y además suelen contar

con un reducido número de amigos que les

apoyan.

En cuanto a las víctimas, se distinguen dos

tipos en función de su forma de reaccionar

frente al acoso. Las víctimas pasivas o

sumisas, no muy atractivas físicamente o con

algún defecto o tara, tímidas, inseguras, con

bajo nivel de autoestima e hiperprotegidos

por los padres. Su rendimiento académico

suele ser bueno, no superior a la media de la

clase pero sí al de los bullies, no son

demasiado populares entre los compañer@s

de clase, tienen dificultades para relacionarse

y hacerse oír, siendo a veces ignorados o

rechazados por ést@s. Y las víctimas

provocativas o agresivas, que son aquellas

que por sus características de

comportamiento impulsivo, hiperactivo,

molesto a veces, con déficits en habilidades

sociales y con cierto rechazo por parte de sus

compañeros de clase, pueden desarrollar

actitudes negativas hacia sus iguales y

reaccionar con agresividad hacia sus

agresores.

En cualquier caso, las consecuencias del

bullying para las víctimas son siempre

negativas y van desde problemas escolares,

como trastornos en la atención y el

aprendizaje, falta de comunicación y relación

con los compañer@s y grupo de iguales,

molestias físicas, como dolores de cabeza, de

estómago, trastornos del sueño,… y

problemas psicológicos, como sentimientos de

culpabilidad, de soledad, de rechazo de los

demás, insatisfacción general y depresión,

pudiendo llegar en casos extremos al suicidio.

En la escuela, el bullying puede ocurrir en

cualquier lugar de la misma, aunque

lógicamente se buscan los lugares y horas de

menor tránsito y menos vigilados o

supervisados por los adultos y profesor@s,

como son pasillos, recreos y entradas y

salidas del centro.

Y respecto a los espectadores o testigos,

también los hay de dos tipos. Los que no

intervienen, no hacen nada, bien porque no

les importa lo que ocurre (indiferentes), o

porque tienen miedo del agresor aunque se

sienten culpables por no hacer nada

(culpabilizados), o porque justifican el poder

que tiene el agresor sobre la víctima

(amorales). Y los que sí intervienen, bien

apoyando al agresor, animándole y jaleándole

en la agresión, o bien apoyando y ayudando a

la víctima, interviniendo para tratar de parar

la agresión con riesgo incluso de su propia

seguridad.

Posibles situaciones de bullying o

acoso escolar

Existen una serie de signos y síntomas que

pueden ayudarnos a detectar posibles

situaciones de bullying, lo que nos ayudará a

prevenir y en su caso erradicar dichas

situaciones, tratando de hacer de las escuelas

espacios seguros.

Estos signos y síntomas pueden ir desde que

la víctima presente moraduras, rasguños o

pequeñas heridas que no puede o quiere

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explicar, o que le desaparezcan frecuente e

inexplicablemente determinados objetos o

material escolar de uso personal; que muestre

cambios de humor, tristeza, accesos de rabia

inexplicables, se queje de molestias

estomacales o dolores de cabeza, incluso

trastornos del sueño o enuresis de forma

absolutamente inusual; que tenga un claro

descenso en el rendimiento escolar, no quiera

asistir a la escuela y, en caso de hacerlo,

busque rutas alternativas tanto para ir como

para volver a casa…; todo ello sin justificación

alguna y de forma inexplicable.

Si presumimos que existe una situación de

bullying, ¿cómo podemos trabajar desde la

escuela con quienes participan en ella?

En cuanto al agresor o acosador, hay que

hacerle entender que no debería hacer ni

decir nada a otra persona que a él no le

gustaría que le hicieran o dijeran, que

intente conocer mejor a sus compañeros,

no prejuzgando por la apariencia, raza,

religión u opinión, que participe y trate de

hacer participar a los demás sin excluir a

nadie, o que no se burle de nadie ni difunda

rumores o mentiras sobre personas de las

que es consciente que les va a causar un

daño.

Respecto a la víctima, hay que hacerle ver

que él/ella no es culpable de esa situación,

que no ha hecho nada para que se

produzca. Si su apariencia física, raza,

religión, etc., es diferente a la media de la

clase, no pasa nada, que no todos tenemos

por qué ser iguales ni tratar de justificarnos

por ello y que ningún igual puede obligarle

a hacer nada que no quiera hacer porque

sea más fuerte y porque cuente con un

grupo de apoyo. Hay

...

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