El moobing laboral desde la perspectiva de la psicología jurídica y forense
JOSE DAVID IBARRA MONTEROEnsayo27 de Junio de 2023
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El moobing laboral desde la perspectiva de la psicología jurídica y forense
Los riesgos para la salud siempre han sido latentes en el área laboral. Las condiciones de trabajo han supuesto comúnmente algún tipo de peligro para la salud, ya sea en forma de accidentes o enfermedades, vinculadas con tanto con la salud psíquica como fisiológica. Si bien las condiciones laborales han cambiado radicalmente los últimos tiempos, aminorando cada vez más los riesgos potenciales, estos esfuerzos se han centrado en su mayoría en amenazas físicas y ambientales. Los riesgos psicosociales que trae consigo el trabajo son ahora el foco de atención de múltiples investigadores, tanto en el área administrativa, así como para la psicología y en el derecho.
La psicología forense es una especialidad profesional que día a día cuenta con mayor presencia en casos judiciales, siendo ya común que los psicólogos de este campo orienten a jueces y tribunales sobre conocimiento y aplicaciones psicológicas. En este ensayo se pretende abordar desde el punto de vista jurídico y forense una situación que en la actualidad es altamente estudiada desde la psicología laboral y de las organizaciones, como es el acoso laboral o moobing, llegando a la administración de justicia, por lo que se precisa la labor del psicólogo forense como asesor técnico sobre la materia.
En la actualidad, las personas invierten gran parte de su tiempo y energía en el trabajo. El ejercicio de una profesión no solo implica una necesidad económica sino también forma parte importante de la construcción de la propia identidad. La realización de un trabajo resulta esencial para integrarse a la sociedad moderna, para ser aceptado como un sujeto de pleno derecho (Fernández-Montalvo, 2002). Pero de igual manera el ejercer una profesión conlleva riesgos psicosociales, que afectan directamente la integridad del individuo (Trijueque et al, 2013), por lo que es importante la actuación de la psicología jurídica y forense en esta área para valorar las lesiones o secuelas psíquicas originadas como consecuencias del trabajo y sus implicaciones en el campo de la justicia.
Uno de los riesgos psicosociales que afectan de sobremanera a los trabajadores el moobing o acoso laboral, es considerado como un problema social con múltiples formas de manifestación y consecuencias cada vez más visibles, prueba de ello son las denuncias relacionadas con éste en los juzgados. Arce y Fariña (2011) definen el moobing como: “hostigamiento constante con una temporalización mínima de 6 meses por parte de uno o varios compañeros de trabajo hacia una persona, tratando de minar su autoestima y autoimagen, provocando un gran daño en su salud”. La repercusión de la percepción del acoso laboral ha llamado la atención de investigadores de diferentes áreas de la psicología. En el presente documento se expondrá la perspectiva de la psicología jurídica y forense de este fenómeno.
La psicología forense en el ambiente laboral
La psicología forense es una extensión de la psicología jurídica que aplica sus conocimientos del comportamiento humano con el fin de mostrar sus descubrimientos en un tribunal de justicia, con la intención de ayudar a los magistrados en la toma de decisiones. La emisión de informes periciales como medio de prueba es la función principal del psicólogo forense, siempre actuando con imparcialidad y ética ante el órgano de justicia solicitante (Dzib, 2016). Comúnmente, se suele ligar lo forense con el proceso penal, pero esto es una tendencia que aminora las áreas de acción de esta rama psicológica, en realidad, los peritos psicólogos intervienen en todas las competencias; el ámbito laboral y la psicología forense son dos campos estrechamente ligados, ya que en el lugar de trabajo de ponen en juego numerosas variables de tipo psicológico y además existe un marco normativo regulador de las relaciones laborales (Trijueque et al, 2013).
La psicología en el ámbito laboral se ocupa de cuestiones como la motivación y satisfacción de las organizaciones, mientras que la psicología jurídica laboral se ocupa de esos mismos asuntos, pero desde su vertiente legal (Clemente, 2008). En términos generales la acción del psicólogo forense laboral se centra en las siguientes áreas descritas por Trijueque (2013): la capacidad de contratación, la aptitud para el trabajo, la incapacidad/invalidez laboral y la determinación de la psicopatología como resultado del trabajo.
De este modo, la psicopatología laboral se ocupa específicamente de los trastornos psíquicos que se desarrollan como consecuencia directa del desempeño de un trabajo, así como de las alteraciones que surgen debido a su ausencia. Algunos de estos problemas son muy conocidos. El estrés laboral, por ejemplo, constituye probablemente una de las alteraciones psicológicas más estudiadas en los últimos años. Sin embargo, otros trastornos como el moobing o acoso laboral la adicción al trabajo o las consecuencias negativas del horario laboral, “son relativamente novedosos y su estudio aún está iniciando” (Fernández-Montalvo, 2002). Desde el área jurídica y forense, la psicopatología laboral se relaciona estrechamente con el derecho al trabajo y la seguridad social, estas son las ramas del derecho que regulan las relaciones en el ámbito de la actividad laboral. El psicólogo jurídico forense suele ser requerido para asesorar a los Juzgados en materia de secuelas psicológicas en accidentes laborales, simulación, y en problemas de índole psíquico y fisiológico (Dzib, 2016).
En cuanto a la evaluación propiamente dicha, el psicólogo forense realiza un análisis del puesto de trabajo, así como un informe pericial del trabajador evaluado, procurando obtener distinta información mediante la observación y la entrevista clínica, que pueden complementarse con formas específicas de entrevistas estructuradas, diversos instrumentos psicométricos y el análisis de la documentación más relevante (Fernández-Montalvo, 2002). El psicólogo forense laboral ha de ser cuidadoso al momento de realizar su trabajo, su valoración pericial debe tener como objetivos el determinar la existencia de psicopatologías y determinar la influencia de dichas psicopatologías en el desempeño laboral y la posibilidad de signos y síntomas que limiten o anulen la posibilidad de realizar tareas y funciones específicas de un desempeño profesional determinado (Clemente, 2008).
El psicólogo jurídico forense a lo largo del desarrollo de su campo diciplinar, ha ido adquiriendo diversas funciones o tareas dentro de este ámbito. Paulino Dizb (2016) en su “Manual práctico de psicología forense” define al psicólogo jurídico forense como: “el trabajador que, con título universitario superior, bajo la dependencia de las autoridades judiciales colabora con el sistema legal, realizando tareas que comprenden el estudio, promoción, prevención, asesoramiento y/o tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos, conductuales y relacionales que inciden en el comportamiento legal de las personas, mediante la utilización de métodos propios de la Psicología Científica”.
Los riesgos psicosociales en el ambiente laboral
En la vida moderna las personas parece que viven para trabajar, en lugar de trabajar para vivir, lo que conlleva riesgos que pueden poner en jaque la salud psíquica y fisiológica. Fernández-Montalvo (2002) señala que son muchos los aspectos de la actividad laboral que ejercen una influencia directa sobre el bienestar psicológico de la persona, entre ellos: la adecuación entre las exigencias del puesto y las capacidades del trabajador, la calidad de las relaciones interpersonales en el medio laboral, la percepción de recibir un sueldo justo, un horario compatible con una vida de ocio o de otras obligaciones familiares, el grado de satisfacción con la tarea realizada, etc. A corto plazo, las consecuencias originadas por estos riesgos suelen manifestarse a modo de estrés laboral, mientras que a largo plazo la exposición a este tipo de factores puede provocar “alteraciones cardiovasculares, respiratorias, inmunitarias, gastrointestinales, dermatológicas, endocrinas, músculo-esqueléticas y cuadros psicopatológicos de distinta intensidad” (Trijueque et al, 2013).
Moreno (2011) enuncia que los riesgos psicosociales laborales son situaciones que tienen una alta probabilidad de dañar gravemente la salud de los trabajadores; física, social o mentalmente. Los riesgos psicosociales en el ambiente laboral son situaciones que afectan habitualmente de forma importante y grave la salud, que pueden desencadenar psicopatologías derivadas de estos en las personas que las enfrentan. Entre estas psicopatologías el mismo Moreno señala que se encuentran: el estrés laboral, el burnout, el síndrome de fatiga crónica, el trastorno de estrés postraumático y el moobing.
La detección y evaluación de riesgos psicosociales, como cualquier otra evaluación de índole laboral, supone un proceso minucioso. Trijueque (2007) explica que entre los aspectos a valorar en estos casos son de especial trascendencia las propias características del trabajador, dado que todo riesgo psicosocial se configura a partir de la interacción producida entre determinadas características del individuo como: la personalidad, la formación, las aptitudes, el apoyo social, la resiliencia, la vulnerabilidad y los aspectos fisiológicos. Con características propias de la tarea a realizar, como la exigencia cognitiva, la cantidad, los horarios, la exposición, la intensidad, las interacciones con otros, etc. Así, cuando las características de la tarea superan los recursos del trabajador, aparece el malestar tanto psíquico como fisiológico.
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