Elaborar Propuesta de Acción. Fortalecer la comunicación familiar
cyndi lorena quiñones mercadoApuntes13 de Marzo de 2023
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Fase 3 Elaborar Propuesta de Acción
Presentado por:
Ingrid Johana Sandoval Landázuri código: 1087123938
Nancy Andrea López código: 1085310618
Cyndi Lorena Quiñones código: 1087187710
Jennifer Dayana Jativa código: 1085346834
Magda Beatriz Rodríguez código:
Tutor: José Fernando collazos
Grupo: 403027_121
Universidad nacional abierta y a distancia
Programa de psicología
Octubre 2021
Introducción
La familia tiene la tarea de desarrollar determinadas funciones, tales como la biológica, la económica y la educativa en la formación de sus integrantes, contribuyendo a la formación de valores, a la socialización de sus miembros, a la educación, a la reproducción y a la satisfacción de necesidades económicas entre otros. Asimismo tiene la tarea de preparar a los individuos para enfrentar cambios que son producidos tanto desde el exterior como desde el interior y que pueden conllevar a modificaciones estructurales y funcionales.
Ante estas situaciones existen familias que asumen estilos de enfrentamientos ajustados, son capaces de utilizar mecanismos estabilizadores que le proporcionan salud y otras no pueden enfrentar las crisis, pierden el control, manifiestan desajustes, desequilibrios, violencia que condiciona desfavorablemente el proceso salud-enfermedad y en especial el funcionamiento familiar.
En este trabajo se pretende realizar una propuesta de acción Psicosocial compuesta por tres acciones: una para los padres de familia, la segunda para los hijos y la última para todo el sistema familiar(teniendo en cuenta las edades de todos los integrantes del grupo), enfocadas en las familias filiales; cuyos objetivos son fortalecer la comunicación familiar, con el fin de fomentar vínculos filiales positivos en ambientes sanos dentro de la familia, pese a los diferentes dificultades o situaciones que se pueden presentan dentro de ella, dadas sus características y funciones según su etapa evolutiva.
Dentro de esta propuesta de intervención psicosocial se enfoca en el acompañamiento y fortalecimiento a los integrantes de un sistema familiar padre, madre e hijos, para brindar solución en los aspectos encontrados, en la relación del manejo de la comunicación familiar, para fortalecer los lazos y vínculos que se forman a través del acto comunicativo, los cuales determinan los tipos de conflictos, soluciones, dinámicas y roles que adopta un entorno familiar para lograr su finalidad como sistema familiar.
Objetivos
Objetivo general
Fortalecer la comunicación familiar usando estrategias sistémicas, bajo tres acciones psicosociales, para mejorar los vínculos Parento filiales.
Objetivos Específicos
- Fomentar la comunicación congruente y asertiva reconociendo la importancia del lenguaje no verbal, para la correcta solución y prevención de conflictos.
- Promover la expresión de necesidades y anhelos en un contexto abierto a una comunicación simétrica para lograr la resolución de conflictos e impulsar los cambios.
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Justificación
De acuerdo con el parámetro parento filial se estableció trabajar el enfoque sistémico bajo la vulnerabilidad de la comunicación, en donde se pretende aplicar un plan de acción el cual beneficie cada una de las familias y les permita a través de la comunicación fortalecer los lazos y vínculos que los unen como sistema familiar.
Dadas las características de los sistemas familiares y su etapa evolutiva de expansión y consolidación y apertura, se considera necesario y oportuno establecer una propuesta de acción psicosocial, que permita fortalecer los vínculos parento-filiales existentes en los sistemas familiares, a través de estrategias que mejoren la comunicación y que les permita a los integrantes del grupo familiar tener acciones de ayuda, tolerancia y apoyo entre sí, y así lograr la superación de las tareas propias de esta etapa, en la cual deben consolidar sus roles, superar las tenciones y lograr una correcta apertura a otros sistemas extrafamiliares. Estos vínculos filiales fortalecidos por la acción comunicativa, permiten configurar la pertenencia y consolidación de un determinado grupo familiar.
El plan de acción pretende beneficiar a las familias escogidas en la fase anterior (paso 2); debido a que cada uno de estas familias son el eje principal de la sociedad basada en comportamientos, emociones y formas de comunicación, de acuerdo con ello se debe fomentar acciones el cual facilite la convivencia dentro de sí, según (Bronfenbrenner, 1979). Señala que debe entender a la persona no sólo como un ente sobre el que repercute el ambiente, sino como una entidad en desarrollo y dinámica, que va implicándose progresivamente en el ambiente y por ello influyendo también e incluso reestructurando el medio en el que vive.
Precisamente por ello, como se requiere de una acomodación mutua entre el ambiente y la persona, Bronfenbrenner señala que la interacción entre ambos es bidireccional, caracterizada por su reciprocidad. Por último, el autor señala que el concepto de “ambiente” es en sí mismo complejo, ya que se extiende más allá del entorno inmediato para abarcar las interconexiones entre distintos entornos y la influencias que sobre ellos se ejercen desde entornos más amplios.
Es por ende que estos ambientes deben ser tratados desde lo familiar hasta lo personal con el fin de contribuir en un cambio familiar, basados en acciones el cual mejoren la comunicación familiar y así establecer diálogos que beneficien a la familiar.
Con el plan de acción se pretende aplicar estrategias que fortalezcan la forma de comunicación de las familias buscado el beneficio de las misma y a su vez sensibilizar al núcleo familiar a expresar inconformidades de forma asertiva, de manera que se dé un dialogo congruente en el que se reconozca la importancia de la comunicación no verbal y verbal como un acto indisoluble, que permite que se logren acuerdos u que al contrario se intensifiquen las diferencias.
El compartir de padres e hijos les permite a las familias darse cuenta de sus necesidades y fortalezas para cultivar en ellos el respeto y el amor y las orientaciones que los padres deben dar a sus hijos les permiten a ellos vivir todas las etapas correspondientes a su vida de una manera responsable y critica de ellos mismos a su vez permite que cada uno de los miembros expresen acuerdos y desacuerdos familiares bajo diálogos familiares de forma asertiva, y acciones positivas, teniendo en cuenta que toda acción verbal o no, comunica algo.
Marco referencial
Marco teórico
Desde que Bertalanffy formuló en 1968 la Teoría General de Sistemas (TGS), ésta teoría ha sido ampliamente divulgada. Surgió con la finalidad de dar explicación a los principios sobre la organización de muchos fenómenos naturales y en la actualidad es aplicada al conocimiento de muchas otras realidades, tanto naturales como ecológicas, medioambientales, sociales, pedagógicas, psicológicas o tecnológicas, (Hernández, 1989, 1993 y 1997; Castillejo y Colom, 1987 Cusinato, 1992; Campanini y Luppi, 1996; Rodríguez Delgado, 1997), habiéndose convertido en el modelo predominante en los estudios de familia (Satir, Minuchín,1986; Selvini, Palazoli, Andolfi, 1993, Musitu et al., 1994, Rodrigo y Palacios, 1998, Gimeno,1999). Los trabajos iniciales surgen en terapia familiar y son las Escuelas de Palo Alto y Milán las que basan en él sus propuestas de intervención. Posteriormente, el modelo evoluciona contrastando sus resultados con la experiencia clínica y con la investigación empírica de laboratorio, al tiempo que incorpora elementos de otras Teorías psicológicas, como el constructivismo, la Gestalt, el Psicoanálisis, el modelo Cognitivo Comportamental, la teoría de Aprendizaje Social o la Psicología del Desarrollo, dejando de manifiesto la flexibilidad y la capacidad integradora del modelo. La población de estudio en el modelo sistémico, no queda sólo reducida al estudio de pacientes y familias con problemas graves, sino que explica el comportamiento y la evolución de familias normativas y normalizadas, sirviendo de base a programas de formación y prevención (Millán Ventura, 1990; Rodrigo y Palacios, 1998, Gimeno, 1999). Los trabajos mencionados consideran a la familia un sistema, al que le son aplicables los principios propios de los Sistemas Generales, y también otras características relevantes, que facilitan su comprensión y que son específicas de los sistemas familiares. En la actualidad el enfoque sistémico ha permitido definir un nuevo paradigma en la ciencia, por lo que el propósito de nuestro trabajo estriba en exponer las principales aportaciones realizadas con dicho enfoque en los estudios de Psicología familiar, resaltando la relevancia y el significado que el modelo aporta al proceso de desarrollo familiar, a su evaluación y a la intervención familiar.
2.- MICROSISTEMA, MESOSISTEMA Y MACROSISTEMA FAMILIAR.
El proceso de desarrollo del ser humano, al igual que ocurre en cualquier otro organismo vivo, se enmarca en una serie de sistemas relacionados unos con otros, que son distintos escenarios de interacción con el ambiente. Esta cuestión, esencial en la biología, ha sido tenida en cuenta por Bronfenbrenner (1987), quien la ha aplicado al sistema familiar, considerando que la familia es el sistema que define y configura en mayor medida el desarrollo de la persona desde su concepción. Dado que para este autor el entorno es algo que trasciende la situación inmediata y afecta directamente a la persona en desarrollo, adoptó la terminología de “modelo ecológico” que se concibe como una disposición seriada de estructuras concéntricas inclusivas, en la cual cada una de las estructuras se encuentra inmersa en la siguiente. Estas ideas no son análogas al modelo de familia como categoría sistemática en la biología, ni tampoco al concepto de población en la ciencia ecológica. No obstante, para el estudio de las relaciones familiares desde el campo de la psicología, el modelo ecológico aporta unas bases importantes que nos permiten ver distintas maneras con las que una persona se relaciona con el entorno. Teniendo en cuenta que el microsistema es concebido como el conjunto de interrelaciones que se producen dentro del entorno inmediato, según Bronfenbrenner, (1986), Rodrigo y Palacios, (1998) y Papalia y Olds, (1992), la familia es el microsistema más importante porque configura la vida de una persona durante muchos años. A partir de nuestra experiencia en formación de familias y de nuestra participación en programas de prevención (AVAF, 2003), resaltamos la relevancia que estos términos aportan a los estudios de la familia, como dimensiones básicas, tanto en la valoración del nivel de funcionalidad del sistema, como en la elaboración de pautas para el asesoramiento y el apoyo familiar. Las relaciones que se dan en el interior del microsistema a su vez reciben la influencia del exterior, aunque no se participe de manera directa y activamente en ellas; no obstante, delimitan lo que tiene lugar en el ambiente más próximo, esto es el exosistema. El mesosistema familiar, como conjunto de sistemas con los que la familia guarda relación y con los que mantiene intercambios directos, es una dimensión importante en los informes de valoración familiar. En cada etapa de ciclo familiar, suele haber unos sistemas de interacción más frecuentes, que todo informe de valoración debe considerar: la escuela, la pandilla, el club deportivo, el partido político o la asociación de vecinos, son algunos ejemplos. En cada caso, el mesosistema recibe la influencia de la familia, así las tensiones familiares se reflejan en el comportamiento del hijo en la escuela, al tiempo que la familia recibe la influencia de la escuela y del barrio en temas de relaciones sexuales, de prevención del sida, en la educación vial o la evitación del consumo de tabaco, por citar sólo algunos ejemplos. Por contrapartida la ausencia de integración en el entorno físico y sobre todo social puede ser frecuente en muchos casos de inmigración, interna o externa, y en casos de marginalidad, lo que supone un aislamiento que facilita la entropía y por tanto el deterioro del sistema, dejando a la familia, por ejemplo, sin información sobre recursos sociales reales o potenciales, y sin apoyos puntuales ante las dificultades leves que acaban por incrementar el estrés y los problemas familiares, como cuando una pareja no tiene con quien dejar a su hijo menor durante la jornada laboral. En otros casos, el mesosistema existente puede convertirse en una fuente de apoyo para la delincuencia o el deterioro personal, como en el caso de los adolescentes con absentismo escolar o adictos a sustancias, en cuyo mesosistema de referencia tienen máxima importancia pandillas de iguales con los mismos comportamientos problemáticos con quienes se refuerzan mutuamente. El macrosistema, entendido como el conjunto de valores culturales, ideologías, creencias y políticas, da forma a la organización de las instituciones sociales. En nuestro caso, la cultura predominante en el entorno familiar es también una dimensión a comparar con la cultura de origen de cada familia. En los casos en que la divergencia entre ambas sea alta, como en el caso de familias musulmanas que emigran a un país católico, las demandas de cambio que derivan del entorno constituyen una fuente de presión nada fácil de asimilar. El modelo sistémico nos permite pues observar cómo cada grupo familiar se inserta dentro de una red social más amplia, y desde ésta despliega su energía para alcanzar su propia autonomía, como un todo. Pero a la vez nos permite analizar cómo cada microsistema permite integrar la energía de los demás miembros del sistema, bien sean estos individuos, bien sean subsistemas. En nuestro caso, el microsistema de referencia es la familia, y la pareja y la constelación fraterna son los dos subsistemas de obligada referencia. Ampliando esta idea, Musitu et al. (1994) resaltan la idea de la TGS, según la cual el todo contiene a la parte y en cada parte está contenido el programa, el cual viene determinado por el todo, por lo que podemos deducir que hay una reciprocidad y comunicación constante entre ambas, entre el sistema y sus componentes, y en consecuencia, cierta bidireccionalidad entre sistema y subsistemas. Partiendo de estos principios podemos decir que dentro de los sistemas, los subsistemas funcionan con sus características propias, formando una verdadera unidad con la totalidad. La interacción de los componentes en los subsistemas se regula mediante flujos estables, que se retroalimentan por la acción de todos aquellos subsistemas que participan en el sistema. Así, la estructura familiar es compleja y la dinámica general de la misma está mediada por el funcionamiento particular de cada subsistema, en los diferentes ciclos de la vida total del sistema
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