ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ensayo de libro: Por tu propio bien de Alice Miller


Enviado por   •  5 de Agosto de 2018  •  Ensayos  •  1.525 Palabras (7 Páginas)  •  396 Visitas

Página 1 de 7

[pic 1][pic 2]


[pic 3][pic 4]

Los métodos de educación han ido evolucionando con el paso de los años. En la actualidad, gracias a los descubrimientos que se han hecho respecto a la psique y al desarrollo infantil, contamos con un panorama amplio para diseñar modelos de educación, además de que tenemos un mayor entendimiento de las necesidades infantiles. Sin embargo, los métodos que empleamos para educar, no son los mismos que se tenían antes.

En cada época, las personas contaban con sus propias técnicas de enseñanza e ideas respecto al comportamiento que debía de considerarse adecuado en un niño. Hace algunos siglos, se tenía la idea de que la mejor manera de educar a un hijo, era castigándolo cuando no hacia lo que se le ordenaba hacer; obligándolo a pasar hambre y frío para que creciera con una voluntad fuerte y resistente; aplicando severas sanciones físicas, todo con tal de que el niño creciera para convertirse en un adulto productivo y funcional.

La paternidad es una tarea difícil, no sólo representa un gasto económico y un cambio radical en las actividades de los padres, sino que la cuestión de la crianza es un tema que causa mucha controversia, sobre todo entre los padres primerizos. Existen muchos libros al respecto, escritos por supuestos expertos que pretenden plantear la manera correcta de educar a un hijo. La incógnita a resolver es, ¿realmente existe una manera correcta de educar a un niño?

Una de las suposiciones es que un padre tan sólo puede educar a su hijo del mismo modo en que fue educado, ya que nos resulta difícil separarnos de las enseñanzas que nos fueron dadas en la infancia. Si nuestros padres fueron negligentes, nosotros nos convertiremos en padres negligentes; si nuestra educación se dio a base de golpes, gritos y castigos severos, estas serán las técnicas que utilizaremos en nuestros hijos.

¿Por qué los seres humanos tendemos a repetir los patrones de enseñanza? La respuesta que podemos inferir, es sencilla: tendemos a repetir los patrones debido a las limitaciones de nuestro panorama, ya que no tenemos otros conocimientos además de lo que nos fueron enseñados y de lo que aprendimos empíricamente.

Sin embargo, existe otra explicación más profunda, relacionada con la parte más oscura de la psique humana: el inconsciente.

Muchas de las cosas que manifestamos: nuestra forma de comportarnos, la manera en la que hablamos, las elecciones que hacemos, creemos que lo ejercemos de modo consciente. Empero, nuestro inconsciente tiene gran influencia en todo lo que hacemos.

Si durante nuestra infancia nuestros padres nos reprimen cada vez que actuamos con espontaneidad, creatividad o de una manera que contradigan sus deseos y ordenes, aprenderemos que comportarnos así, como niños, no es aceptable. Como consecuencia, buscaremos suprimir a nuestro niño interno, reprimiendo nuestros deseos e impulso infantiles, con tal de agradar y ser aceptados por nuestros padres.

Sin embargo, reprimir los sentimientos no es el equivalente a eliminarlos, es una forma de inhibirlos momentáneamente, hasta que son manifestados de una forma u otra. Bien lo estipuló Sigmud Freud en las siguientes palabras:

“Las emociones reprimidas, nunca mueren. Están enterradas vivas y saldrán a la luz de la peor manera.”

Aquellos sentimientos de ira, odio y rabia, son los que se prohíben con mayor ahínco. Desde pequeños se nos enseña a que no debemos enojarnos, no debemos agredir a otros y no debemos responder contrariamente a lo que la figura de autoridad nos está ordenando.

Alice Miller refiere que esta ira no manifestada se mantiene guardada hasta que finalmente se ve obligada a salir: cobra vida y se transformará en un odio hacia el propio Yo o hacia otras personas:

“Con diferente intensidad y aplicando sanciones diferentes, aflora la tendencia a desprenderse lo más pronto posible del niño que llevamos dentro. (…) Si reencontramos a aquel ser en nuestros hijos, lo perseguiremos con los mismos medios con que una vez nos persiguieron, y llamamos a esto «educación».” (Miller, 1998)

Así, el utilizar los mismos métodos crueles de enseñanza en nuestros hijos es una forma de agredir a ese niño que llevamos dentro y que nunca pudo complacer del todo a sus padres. También, es una forma de venganza hacia las injusticias que nos fueron suministradas: así como nosotros sufrimos, deberán sufrir los demás.

¿Por qué el ser humano siente tanta aversión por los sentimientos de odio y rabia? Los sentimientos que nos parecen aceptables son los de gratitud y alegría. Todos aquellos sentimientos, todas aquellas reacciones inherentes a la naturaleza animal, son malos: debemos suprimirlos, prohibirlos para librarnos de ellos porque somos criaturas racionales, civilizadas. Debemos guiarnos por el pensamiento: primero analizar la situación y luego actuar, este es el ideal.

Sin embargo, existe una contradicción entre este precepto y las técnicas mediante las cual se busca cumplirlo, ya que, al obligar a las personas a reprimir sus sentimientos, lo que realmente se consigue es despojar a la persona de su individualidad, de su humanidad y de su capacidad para pensar y obrar libremente. La obediencia es el fin último de esta ideología de la educación.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9 Kb)   pdf (174 Kb)   docx (17 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com