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Estilos de crianza


Enviado por   •  2 de Junio de 2020  •  Apuntes  •  2.229 Palabras (9 Páginas)  •  126 Visitas

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Es bien sabido que todos los seres humanos al nacer somos dependientes, requerimos de los cuidados de los demás para cubrir todos los aspectos de nuestro desarrollo, necesitamos de otros para recibir alimentación, cuidados, protección y en especial afecto. Por lo general, es de esperarse que estas necesidades sean cubiertas por los progenitores llamados mamá y papá, en consecuencia el vínculo que establecen ellos con su su hijo resulta determinante para el desarrollo del individuo como persona y como adulto en un futuro. Es precisamente por la relevancia que tiene el vínculo entre los progenitores y el niño que existen varios autores que han estudiado su repercusión para la vida de un individuo, ya que el establecer un vínculo madre-hijo fuerte y seguro asegura que en el futuro el niño y posterior adulto pueda establecer relaciones sanas, funcionales y duraderas seguras con otras personas.

Dada la importancia del tema, en el presente ensayo se abordará la teoría del apego y las competencias parentales considerando que ambos términos están asociados al abordar las relaciones vinculares que se establecen entre progenitores o cuidadores principales y los niños.

Desarrollo

Durante la primera infancia las experiencias de apego son extremadamente importantes e influirán en los ámbitos de mayor trascendencia en la vida de los individuos. La teoría del apego fue desarrollada por el Dr. John Bowlby (1955), esta describe cómo las experiencias tempranas y la relación con la primera figura vincular influyen en el desarrollo del niño. Para este autor la calidad de atención, el afecto y la respuesta a las demandas de cuidado que brinden los progenitores (o cuidador), van a determinar tanto la seguridad como la ansiedad o el temor que manifiesta en su desarrollo cada infante.

De acuerdo a Bowlby (1969), el término apego se usa para describir los lazos afectivos fuertes que sentimos por las personas que tienen una significación especial en nuestra vida. “Es un vínculo emocional recíproco y duradero entre el infante y su cuidador, cada uno de los cuales contribuye a enriquecer la calidad de la relación” (Papalia, 2009, pág., 189). Considerando esta definición no sólo se hablaría de apego en la etapa temprana de desarrollo, sino cómo un fenómeno que está presente a lo largo de la vida de un individuo, es decir, no sólo es importante para el desarrollo en la vida de los infantes, ya que representa una pieza clave para crear vínculos emocionales positivos a lo largo de la vida. Representa los cimientos y funciona como base en todas las relaciones afectivas que se tienen durante la existencia, por lo tanto, los apegos hacia aquellas personas con quienes se han establecido vínculos duraderos forman parte de la vida.

Por su parte, en 1967, M. Ainsworth introdujo lo que llamó situación desconocida que es una técnica de laboratorio empleada para estudiar el apego de los infantes. Gracias a esta técnica se encontraron tres patrones de apego: el apego seguro y dos formas de apego ansioso o inseguro: el apego evasivo y el apego ambivalente o resistente (Shaffer, 2000).

El apego seguro se da cuando el vínculo entre el bebé y el cuidador es positivo. Es aquel en el que el niño recibe con agrado el contacto de un acompañante cercano y utiliza a esta persona como una base segura desde la cual explora el ambiente. Es decir, el bebé llora y protesta al salir su madre, comunica sus sentimientos de estrés y angustia abiertamente, pero la saluda con mucho gusto a su regreso; usan a la madre como una base segura quien los tranquiliza después que ellos exploran el ambiente. Generalmente se caracterizan por ser bebés cooperadores y por ser poco irritables.

En el apego evasivo es raro que el bebé llore cuando es separado del cuidador principal y evita el contacto a su regreso. A menudo muestran poco malestar al ser separados de la madre y, por lo general, voltean hacia otro lado haciendo caso omiso de ella aun cuando ésta trate de ganar su atención. Generalmente son bebés muy sociables con extraños pero en ocasiones pueden evitarlos o pasarlos por alto en forma muy parecida a la manera en que evitan o hacen caso omiso de sus mamás.

El apego ambivalente o resistente se hace evidente cuando un infante muestra ansiedad antes de que salga el cuidador principal mostrándose muy molesto durante su ausencia, es decir, hay una fuerte protesta por la separación y una tendencia del niño a permanecer cerca pero resistirse al contacto iniciado por el cuidador o la madre. Por lo general los bebés resistentes son sumamente cautelosos frente a los extraños aún en presencia de sus madres, exploran poco y es difícil controlarlos.

De acuerdo a esta autora estos tres patrones de apego son universales en todas las culturas. En otra investigación Main y Solomon (1986), identificaron un cuarto patrón de apego llamándolo apego desorganizado-desorientado, en el cual el bebé después de la separación del cuidador principal, a su regreso muestra conductas contradictorias o mal dirigidas (buscan la cercanía con el desconocido en lugar de la madre), estos bebés parecen carecer de una estrategia organizada para lidiar con el estrés de la situación desconocida. Como se puede apreciar al hablar de apego

lejos de encontrarnos ante una simple conducta instintiva que aparece siempre de forma semejante ante la presencia de un determinado estímulo o señal, el apego hace referencia a una serie de conductas diversas, cuya activación y desactivación, así como la intensidad y morfología de sus manifestaciones, va a depender de diversos factores contextuales e individúale (Delgado, 2004).

Por lo tanto, es trascendental conocer las formas de apego que se desarrollan en la primera infancia porque estas se conservan habitualmente durante toda la vida, accediendo y marcando la confianza en nosotros mismos y en los demás, en la forma de establecer relaciones y en la manera de enfrentar las situaciones desfavorables que se presentan en la vida. Como expresaba Bowlby (1969) citado en Shaffer, 2000 “las personas que forman apegos seguros se complacen con sus interacciones y se sienten apoyados por la presencia de sus compañeros en momentos de estrés y de incertidumbre” (pág. 402).

Por otra parte, el prototipo de apego se puede relacionar con la primera

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