FLUCTUACIONES EN LA IDENTIDAD

FLUCTUACIONES EN LA IDENTIDAD

Partiendo de la pregunta ¿qué es ser adolescente?, vienen a mi mente algunas situaciones que personalmente viví al pasar ésta etapa, o que presencié los distintos comportamientos de mis hermanos al ver como drásticamente cambiaban de actitud o manera de pensar de manera repentina. Es verdad que en el grupo de amigos – con quienes “verdaderamente” nos entendemos –, el modo de actuar o pensar es totalmente diferente que cuando estamos con nuestros padres, ya que la búsqueda de identidad nos lleva a imitar ciertos roles que nos acomoden mejor con el grupo de pares, así como el sentido de pertenencia que nos invita a realizar situaciones incluso que nos puedan traer complicaciones después –como el fumar, tomar o tener relaciones sexuales a temprana edad–.

La búsqueda de identidad es una muestra de preocupación de la gran mayoría de los adolescentes, ya que como construcción social, emergen nuevas capacidades cognoscitivas. Por primera vez, el desarrollo físico, cognitivo y social llega a un nivel que le permite al adolescente elegir entre una serie de identidades e identificaciones de la infancia y sintetizarla para construir una opción viable hacia la madurez adulta. La identidad comienza a actuar como una fuerza moldeadora que orienta los planes y proyectos de vida del adolescente, el contenido de la identidad tiene que ver con los compromisos, las elecciones, la ocupación laboral, los valores, las ideologías, la conciencia, los roles, la sexualidad, etc.

La formación de la identidad implica un proceso de reconocimiento y valoración de la propia individualidad, es decir, a tener una autoestima, definiéndose ésta como; una opinión y juicio (positivo o negativo) que tenemos de nosotros mismos o la aceptación que nos merecen nuestras propias características. Su naturaleza es emocional y puede dificultar el desarrollo intelectual, social y afectivo. Según la propia experiencia al trabajar con adolescentes, una baja autoestima llega a provocar en los adolescentes, manifestaciones de conductas problemáticas, como: delincuencia y problemas alimenticios, entre otros, así como cuando ellos mismos devalúan sus capacidades son más propensos a no correr ningún tipo de riesgo y desarrollar en consecuencia, reacciones emocionales como ansiedad y depresión. Según Piaget, los niños al iniciar la etapa de la adolescencia, comienzan a desarrollar el pensamiento abstracto, es decir, se pone a pensar en el ¿qué sucedería si?, afirmación a lo cual no coincido con ello, ya que las mismas experiencias vivídas como adolescente y como maestro, han demostrado en ciertas situaciones todo lo contrario, ya que la falta de madurez e inestabilidad emocional, difícilmente colocan al adolescente en una situación de analizar las consecuencias sobre sus actos.

Enfocándome en la “identidad del espejo” a la que se refiere Cooley, considero que cada uno tiene una imagen acerca de cómo es percibido por otra persona en particular, en cierta medida, reflejamos la manera en que los demás nos ven, donde el tipo de sentimiento acerca de sí, viene determinado por la actitud de la otra persona que nos observa. Por otro lado según Mead, el adolescente amalgama las actitudes en la construcción de la personalidad, afirmación con la cual coincido, ya que la vida en grupo es la condición esencial para el surgimiento de la conciencia, la mente, el mundo de los objetos y de la conducta humana en forma de actos construidos. De manera similar, el análisis de Damon y Hart, implica que los individuos siguen dependiendo sobre todo de criterios y comparaciones sociales, entendiéndose esto como la formación del auto concepto, al hacerse evidente una ruptura entre la niñez y la adolescencia, llevando una reestructuración del auto concepto y una nueva teoría sobre el propio yo, haciendo notar ciertos cambios adaptativos en el auto concepto. Pero ¿qué es el auto concepto?, conjunto de imágenes, informaciones, representaciones mentales o esquemas acerca de

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