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“FORMULACIONES SOBRE LOS DOS PRINCIPIOS DEL ACAECER PSIQUICO”


Enviado por   •  21 de Diciembre de 2021  •  Apuntes  •  15.356 Palabras (62 Páginas)  •  144 Visitas

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Psicopatología de la adultez y la senescencia

Módulo I: Las nociones de salud y enfermedad.

“FORMULACIONES SOBRE LOS DOS PRINCIPIOS DEL ACAECER PSIQUICO” (1911)

FREUD, S.

Toda neurosis tiene la consecuencia, y probablemente la tendencia, de expulsar al enfermo de la vida real, de enajenarlo de la realidad. Se puede observar gracias al proceso de la represión  (esfuerzo de desalojo y suplantación).

El neurótico se extraña de la realidad efectiva porque la encuentra insoportable (en su totalidad o en alguna de sus partes). El tipo más extremo es el de ciertos casos de psicosis alucinatoria en los que debe ser desmentido el acontecimiento que provocó la insania.

Así investiga la relación del hombre con la realidad:

Tomar como punto de arranque los procesos psíquicos inconscientes (más antiguos o los primarios), que obedecen al principio de placer – displacer. Estos procesos aspiran a ganar placer y de los actos que pueden suscitar displacer, la actividad psíquica se retira (represión). Prueba de esto son los sueños y la tendencia de vigilia de esquivar las impresiones penosas.

Ahora que el estado de reposo psíquico fue perturbado inicialmente por las imperiosas exigencias de las necesidades internas, lo pensado (deseado) fue puesto de manera simplemente alucinatoria (en sueños). Sólo la ausencia de la satisfacción esperada, el desengaño, hizo que se abandonase ese intento de satisfacción. En su lugar, el aparato psíquico debió resolverse a representar las constelaciones reales del mundo exterior y a procurar una alteración real. Así se introdujo un nuevo principio en la actividad psíquica, ya no se representó lo que era agradable, sino lo que era real, aunque fuese desagradable: establecimiento del principio de realidad. Las consecuencias de esto fueron:        

  1. Al aumentar la importancia de la realidad exterior, aumenta también la de los órganos sensoriales dirigidos a ese mundo exterior y de la conciencia acoplada a ellos, que además de las cualidades de placer y displacer, aprendió a capturar las cualidades sensoriales.

Se instituyó la atención, que explora periódicamente el mundo exterior, con el fin de que sus datos ya fueran consabidos antes de que se instale una necesidad interior inaplazable. Simultáneamente se introdujo la memoria, un sistema de registro que depositaría los resultados de esta actividad periódica en la conciencia.

En lugar de la represión (que excluía algunas representaciones emergentes por generar displacer) se produce un fallo imparcial que decidiría si una representación determinada era verdadera o falsa, es decir si estaba en consonancia con la realidad; y lo hacía por comparación con las huellas mnémicas de la realidad.

La descarga motriz, que aligeraba el aumento de estímulos durante el imperio del principio de placer, se muda en acción. La suspensión de la descarga motriz (de la acción) fue procurada por el proceso del pensar, que se constituyó desde el representar. El pensar fue dotado de propiedades que posibilitaron al aparato anímico soportar la tensión de estímulo elevada durante el aplazamiento de la descarga.

  1. Hay una tendencia general de nuestro aparato anímico de aferrarse a las fuentes de placer de que se dispone y dificultad de la renunciar a ellas. Al establecerse el principio de realidad, una clase de actividad del pensar se escindió; se mantuvo apartada del examen de realidad y permaneció sometida al principio de placer: el fantasear (comienza con el juego de los niños y más tarde prosigue como sueños diurnos).

  1. El relevo del principio de placer por el principio de realidad no se cumple de una sola vez ni simultáneamente en toda la línea, ya que mientras este desarrollo se cumple en las pulsiones yoicas, las pulsiones sexuales se desasen de él:

Las pulsiones sexuales se comportan primero de forma autoerótica (encuentran la satisfacción en el cuerpo propio), de ahí que no lleguen a la situación de frustración (esa que obligó a instituir el principio de realidad). Más tarde empieza en ellas el proceso de hallazgo de objeto, este proceso se ve interrumpido por el período de latencia, que lo pospone hasta la pubertad y el desarrollo sexual.

Así, por el autoerotismo y el período de latencia, tienen por consecuencia que la pulsión sexual quede suspendida en su plasmación psíquica y permanezca más tiempo bajo el imperio del principio de placer, del cual, en muchas personas, jamás puede sustraerse.

A raíz de esto se establece un vínculo más estrecho entre la pulsión sexual y la fantasía por un lado y de las pulsiones yoicas y las actividades de la conciencia por el otro. La eficacia continuada del autoerotismo hace posible que se mantenga por mucho tiempo la satisfacción fantaseada y momentánea, antes que la real que exige esfuerzo y aplazamiento. La represión permanece omnipotente en el fantasear, inhibiendo representaciones que puedan dar lugar al displacer. Una parte esencial de la predisposición psíquica a la neurosis está dada por el retardo con que la pulsión sexual es educada para tomar nota de la realidad y además, por las condiciones que posibilitan ese retraso.

  1. El yo placer no puede más que desear, trabajar por la ganancia de placer y evitar el displacer.

El yo realidad no tiene más que aspirar a beneficios y asegurarse contra perjuicios.

En verdad, la sustitución del principio de placer por el principio de realidad no implica el destronamiento del primero, sino su aseguramiento. Se abandona el placer momentáneo, pero inseguro en sus consecuencias, sólo para ganar por el nuevo camino de un placer seguro que vendrá después.

  1. La educación puede describirse como incitación a vencer el principio de placer y a sustituirlo por el principio de realidad, quiere acudir en auxilio de aquel proceso de desarrollo en que se ve envuelto el yo, y para este fin se sirve de los premios de amor por parte del educador; por eso fracasa cuando el niño mimado cree poseer ese amor de todos modos, y que no puede perderlo bajo ninguna circunstancia.

  1. El arte logra por un camino peculiar una reconciliación de los dos principios. El artista es originariamente un hombre que se extraña de la realidad porque no puede advenirse a esa renuncia a la satisfacción pulsional, que aquella primera le exige y da libre curso en la vida de la fantasía a sus deseos eróticos y de ambición. Pero él encuentra el camino de regreso desde ese mundo de fantasía a la realidad, lo hace a mercede de sus dotes, plasmando sus fantasías en un nuevo tipo de realidades efectivas que los hombres reconocen como unas copias valiosas de la realidad objetiva misma. Sólo puede alcanzarlo porque los otros hombres sienten la misma insatisfacción que él con esa renuncia real exigida, que constituye un fragmento de la realidad objetiva misma.
  1. Mientras el yo recorre la trasmudación del yo placer al yo realidad, las pulsiones sexuales experimentan aquellas modificaciones que las llevan desde el autoerotismo inicial, pasando por diversas fases intermedias, hasta el amor de objeto.  Cada estadio de estas líneas de desarrollo pueden convertirse en el asiento de una predisposición a enfermar más tarde de neurosis, que dependerá así de la fase del desarrollo del yo y de la libido en la cual sobrevino aquella inhibición del desarrollo.
  1. El carácter más extraño de los procesos inconscientes (reprimidos) es el hecho de que en ellos el examen de realidad del pensar es equiparada a la realidad efectiva exterior, y el deseo, a su cumplimiento, al acontecimiento, tal como deriva sin más del imperio del viejo principio de placer.

PULSIONES Y DESTINOS DE PULSIÓN (1915)

FREUD, S.

Un concepto básico convencional fijado en definiciones que experimentan un constante cambio de contenido  es el de PULSIÓN. 

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