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Freud Y Smith


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2013  •  1.988 Palabras (8 Páginas)  •  282 Visitas

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En “El porvenir de una ilusión” Freud desarrolla un análisis acerca del origen y trayectoria de la cultura, en principio genera el interrogante acerca de la posibilidad de que los hombres puedan llegar a generar un juicio unánime acerca del porvenir de su cultura. Como precepto para su análisis Freud plantea la gran dificultad que tendría lograr obtener una visión holística de la cultura y su porvenir, debido a la división misma de los campos del conocimiento, las experiencias pasadas y las expectativas subjetivas de los individuos respecto al futuro, además de la imposibilidad de dar un juicio acerca del presente, ya que esto sólo es posible cuando este ya es pretérito. Es por estas razones que Freud restringe su análisis en su escrito a unas cuantas temáticas, en las que de la mano con psicoanálisis estableció algunas pautas generales, desde el campo de las ciencias humanas, acerca del origen de la cultura y algunas de sus instituciones primordiales, como la religión y el concepto de Dios.

En primer lugar Freud resuelve establecer la génesis de la cultura, teniendo como base que esta es todo aquello que ha superado los estados zoológicos, por lo tanto es la cultura la razón por la cual los hombres han logrado alcanzar un considerable dominio de la naturaleza, separándose así de su condición de animalidad. Y es la misma cultura la que ha establecido una serie de reglas, parámetros e instituciones encargadas de la regulación de las relaciones humanas; teniendo como epicentro las dinámicas de extracción, producción y consumo, ya que la cultura hace patente la imposibilidad de que el individuo pueda subsistir en total aislamiento, siendo necesario para éste vincularse a la estructura económica planteada por la sociedad. Pero este vínculo impone al individuo sacrificios, por lo cual el individuo tiende a ser hostil hacia la cultura, presentando conductas antisociales y anticulturales; en consecuencia ésta ha generado instituciones y leyes que protegen la estructura de la hostilidad del individuo.

De esta manera Freud plantea a la cultura como una imposición a la mayoría por parte de una minoría que supo apoderarse de los medios de poder y coerción. Siendo así, se plantea como una medida coercitiva el ciclo económico, en donde la producción de bienes y servicios, y la posterior distribución de la riqueza generada por estos, permite que los hombres puedan adquirir bienes que culturalmente pasan a desempeñar el papel de aliciente frente al abandono de los instintos, buscando así compensar al individuo frente a los sacrificios que le ha impuesto la cultura. Cabe resaltar que aquí subyace la imposición coercitiva del trabajo y el papel que desempeñan las instituciones en su labor de mantener en funcionamiento la estructura económica ante las negativas que pueda tener el individuo frente a ésta.

Señala Freud que la coerción es necesaria para mantener esta estructura base de la civilización ya que las circunstancias evidencian que los hombres poseen una falta de amor al trabajo y que los argumentos son ineficaces frente a las pasiones de los hombres. Por ende para Freud la pereza e ignorancia de las masas hacen que estas se muestren reticentes frente a la cultura, conservando así actitudes antisociales, siendo necesario, como medida coercitiva, que las masas encuentren un individuo ejemplar con el que puedan identificarse y posteriormente emular su actitud frente a la cultura. Es por tal razón que la existencia de dichos individuos ejemplares es necesaria para la supervivencia de la cultura.

La prohibición cultural contra el instinto lleva a Freud a plantear la interdicción como el hecho de que un instinto no pueda ser satisfecho, adicionalmente planteó que las primeras prohibiciones culturales son las que desligan al hombre de la animalidad, siendo estas el origen de la cultura; dentro de los deseos instintivos prohibidos en primera medida se encuentra el incesto, el canibalismo y el homicidio, pero a pesar de ser condenados hace ya tanto tiempo aún persisten en nuestra cultura, principalmente el homicidio, y en contraste es evidente que el canibalismo parece haber sido superado casi completamente. En este punto Freud plantea como hecho psicológico que los deseos instintivos surgen de nuevo con cada nuevo individuo que viene al mundo, es por tal razón que plantea que de tal manera se renueva la hostilidad del individuo frente a la cultura.

Teniendo en cuenta el desarrollo de la humanidad a través del tiempo, vemos que si bien la psiquis humana ha presentado algunos avances, en contraste a la ciencia y tecnología, las cuales han avanzado a pasos agigantados, ésta se encuentra aún hoy muy rezagada, y en cierta medida muy cercana a la psiquis primitiva. Pero dentro de los mayores cambios que se puede encontrar en la psiquis humana es la asimilación de la coerción, la cual ha sido captada por el individuo, pasando de su instancia externa a una instancia interna, estructurando lo que Freud llama el súper-yo. Al ser asimilados por la psiquis los mandamientos de la civilización desarrollan individuos con actitudes mucho más morales y sociales, logrando así cesar la hostilidad de estos individuos frente a la cultura, pasando así a ser parte de la base de la cultura misma.

Pero aun así, a pesar de la existencia de la coerción interna, es un hecho que una gran cantidad de hombres solo siguen los preceptos culturales bajo la presión de la coerción externa, manteniéndose así la hostilidad frente a la civilización; ejemplo de esto es la hostilidad de las clases oprimidas hacia las clases que las oprimen, pero es patente que a pesar de este conflicto las clases sociales no llegan a una confrontación directa, ya que las clases oprimidas se identifican con la clase que los oprime, adicionalmente todas las clases disfrutan por igual de algunos beneficios de la civilización.

Respecto a esto Freud señala lo siguiente:

La satisfacción narcisista proveniente del ideal cultural es, además, uno de los poderes que contrarrestan con más éxito la hostilidad a la cultura dentro de cada uno de sus círculos. No sólo las clases privilegiadas, que gozan de sus beneficios; también los oprimidos pueden participar de ella, en la medida en que el derecho

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