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Infancia


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2015  •  Ensayos  •  2.854 Palabras (12 Páginas)  •  143 Visitas

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INFANCIA. UN CAMPO EN DISCUSION

Surgimiento del campo de la infancia

Hacer una contextualización del concepto infancia, invita necesariamente a revisar el origen del mismo, ya que es necesario reconocer que la infancia no es un hecho natural, es más bien una construcción social y cultural, que deviene con los procesos históricos que configuran la humanidad que se trasforma con el movimiento de lo social y que se modifica constantemente. Es la modernidad la que da forma a la imagen de la infancia, a sus representaciones, a sus roles, y que en nuestros días se mantienen, con cada una de las modificaciones que suponen el contexto social en el que estamos inmersos.

Tal como lo señala Ulivieri (1986) la infancia es un tema reciente y difícil en el paisaje de la investigación histórica, por lo cual sugiere revisar en un rastreo documental, el ya clásico estudio de Philippe Ariès, quien representa un punto de referencia constante para esta temática. El estudio de Ariès, se centra en la iconografía de la edad altomedieval, hasta las familias del siglo XX, sus investigaciones tienen como propósito explicar históricamente el transito del olvido a la centralidad de la infancia. Uno de los aspectos relevantes de la obra de Ariès, es el desarrollo de la historia de los cambios en las actitudes mentales en referencia a la familia y a los niños, examinando los sentimientos presentes en la cotidianidad

Ariès, por medio de sus investigaciones que datan desde la vida en la antigüedad romana, al respecto de la situación Ariès (1987) sostiene que: “la vida le era dada dos veces; la primera cuando salía del vientre de la madre y la segunda cuando el padre lo elevaba”, lo que da cuenta de la importancia de los vínculos electivos en la antigüedad respecto a los sanguíneos frente a este particular el mismo Ariès (1987) manifiesta que: “cuando un romano se sentía movido a la función de padre prefería adoptar el hijo de otro o criar el de un esclavo, o un niño abandonado antes de que ocuparse automáticamente del hijo procreado por el” de esta manera la vida del niño era puesta a disposición del padre que lo levantaba,

La condición de la infancia experimenta sus primeras modificaciones a lo largo de los siglos II y III periodo durante el cual asisten al surgimiento del nuevo modelo de familia que definitivamente va a influir en el niño. El matrimonio obtiene un status de sagrado, y por ende cambia su dimensión en el orden psicológico y social “la unión de dos cuerpos se hace sagrada, al igual que los hijos que son fruto de ella. Los vínculos naturales carnales y sanguíneos son más importantes que las decisiones de la voluntad. El matrimonio es más importante que el concubinato, el nacimiento que la adopción”. Es así que los vínculos carnales, se ubican en un lugar de importancia, y en efecto, el matrimonio, es la forma de unión que predomina sobre las otras formas de unión, la fecundidad obtiene una trascendencia determinante y va a abonar el terreno para que la infancia desempeñe una función a largo plazo.

Durante la edad media, el poder y el lugar social del individuo hombre dependía directamente del número y cantidad de su clientela, la cual, se funde con la familia y como los lazos de sangre son los que mejor asegurar la lealtad, se potencia la revalorización de la fecundidad. Ariès (1987) La revalorización de la fecundidad: una familia poderosa era necesariamente una familia numerosa, por supuesto en los castillos, pero también sin duda en las cabañas, para garantizar la seguridad y la mano de obra. Este culto a la fecundidad se explica fácilmente en un mundo lleno de incertidumbre y aun poco poblado, pero sorprende que se haya perpetuado aun en un mundo superpoblado y seguro. Las clases populares, que tuvieron que sufrir sus consecuencias, fueron las ultimas en abandonarlo. (p.8)

El lugar que va ocupando así el niño, hace que se revalúan las prácticas de la antigua Roma, por lo cual el infanticidio, por ejemplo, que era realizado abiertamente en la antigüedad, es ubicado como un delito, aunque en la actualidad aun se presente.

La infancia, durante la Edad Media, se mantiene oculta, y es a partir del siglo XIV en donde comienza a dársele alguna importancia, la cual es puesta en completa evidencia en el Emille de Rousseau, el cual permite ver de forma clara el lugar que ocupa el niño dentro de las instituciones sociales que le adjudicaran un rol que desempeña hasta hoy.

Otro de los aspectos interpretados por Ariès es el modo de vestir de los niños, ya que es este un reflejo de las costumbres de la época y de las diferencias de los actores y de las clases sociales. A partir del siglo XVI, en consecuencia, los niños obtienen una valoración en sí mismos, Aries, advierte la vestimenta, como una compensación con lo que venía aconteciendo en la edad media, en el cual el vestido de los niños se distingue de la indumentaria de los adultos.

Con cada uno de los aspectos estudiados por Ariès, fundamenta su postura en la que sustenta, que: la infancia es una construcción histórica que termina de ser elaborada en la modernidad. No es natural sino una elaboración histórica.

Es en el siglo XVII, donde se inicia la disposición hacia la ternura en relación con la infancia, aunque, existe una aparente contradicción entre este sentimiento de ternura y la relación áspera y castigadora de la experiencia formadora de la institución educativa. Un sentimiento bifronte: de un lado, solicitud y ternura, una especie de forma moderna de mimar, y del otro, también solicitud pero con severidad: la educación. Durante todo el siglo XVIII, los niños se debatieron entre estos dos extremos el del afecto excesivo y el del castigo descomunal.

Niños malcriados, niños golpeados, tanto unos como otros dominaron el siglo XIX, y los comienzos del siglo XX. Hemos visto pues como el niño salía del anonimato y de la indiferencia de las épocas remotas y se convertía en la criatura más preciosa, la más rica en promesas y futuros. Como hablando del futuro y del siglo XIX, Ariès ubicaba a la infancia en el lugar que le ha otorgado la historia y los cambios sociales a los que se enfrento la humanidad, posicionándola hoy en el lugar de su majestad el intocable, tal y como lo expresaría el mismo Freud, a principios del siglo XX. Sin embargo como sostiene Ariès, el cambio social podría ubicar al niño de nuevo en el lugar de las trastienda; es posible que se destrone al rey y que el niño no siga concentrando en el, como ha sucedido durante un siglo o dos, todo el amor y la esperanza del mundo.

El niño de la psicología moderna

Durante la época de la modernidad la sociedad y las ciencias consolidan un concepto mas o menos claro de la infancia siendo

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