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Infancia


Enviado por   •  22 de Julio de 2013  •  Tesis  •  2.114 Palabras (9 Páginas)  •  316 Visitas

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Introducción:

Para Carli ,mirar la infancia significa dar cuenta y pensar acerca de las mutaciones que se produjeron en la experiencia infantil desde mediados del siglo XX hasta la fecha. Según advierte la autora, abordar esta cuestión también implica leer las formas en que la infancia ha sido pensada, interpretada y representada a medida que los niños despertaron un creciente interés para la sociedad adulta.

Para comenzar, podemos preguntarnos si las madres siempre amaron y desearon cuidar y proteger a sus hijos. ¿Cómo fueron las costumbres de crianza en el pasado y en diferentes culturas?¿Por qué se delegaban las funciones de crianza en otras personas? ¿En qué sentido se han producido cambios en la educación temprana? .

Los pensamientos, las creencias y preocupaciones que a través del tiempo fueron modulando la relación de los adultos con los niños sin duda han ido cambiando.

El presente texto y siguiendo las ideas de Sandra Carli, podemos decir que en las últimas décadas las identidades infantiles fueron cambiando, tanto por factores sociales, económicos , tecnológicos, etc.

LA INFANCIA

Sandra Carli hace un recorrido de la Infancia en torno a tres ejes: infancia y sociedad, infancia y educación e infancia y política. Toma a estos puntos para entender mejor “que es la infancia hoy”,

TRANSFORMACIÓN DE LA INFACIA

En las últimas décadas del siglo XX en la Argentina se produjo una situación paradójica. Por un lado, la Convención Internacional de los Derechos del Niño dio mayor visibilidad global a la cuestión de la infancia, al mismo tiempo que se experimentaron cambios sociales muy drásticos que provocaron un gran deterioro de la situación infantil. El giro neoliberal de las políticas de Estado aumentó la pobreza infantil, que a fines de la década del noventa mostró indicadores alarmantes, al mismo tiempo que las miradas especializadas se tornaron más sofisticadas. La preocupación política por la infancia vino de la mano de los gremios docentes, de los movimientos sociales, de profesionales dedicados al trabajo con niños y de ciertos sectores políticos e intelectuales. 

El interés por los niños es creciente. Parece a veces que la publicidad, la TV y la escuela tironean de ellos, ¿no es así? Así como a principios del siglo XX los niños fueron objeto de estudio central de la pedagogía moderna para diseñar la escolarización como gran sistema cultural de formación de las nuevas generaciones, en pleno siglo XXI hoy son un público consumidor de particular valor comercial para el mercado. Son potenciales compradores de un amplio espectro de productos, publicitados en forma directa por la televisión, con la que tienen un contacto cotidiano durante muchas horas. Podríamos pensar que a medida que aumenta el interés de distintos agentes por los niños, cierta experiencia infantil resulta expropiada, más sujeta a las reglas que a los itinerarios del juego en el espacio público. Sin duda, es nocivo que hoy los chicos sean vistos más como consumidores que como escolares.

LA INFANCIA MODERNA

Sandra Carli nos habla de una aparente extinción de la infancia moderna que transcurría entre la casa familiar, la escuela y las veredas del barrio, entre la vida pública y el mundo privado, entre la autoridad de los adultos y los secretos de los niños, se parte de su supuesto y de la constatación de una pérdida.

Ese supuesto es el que indica que esa infancia tuvo un status histórico y que la crisis de la modernidad barrió con ella. La autora sostiene que se perdió los espacios públicos de juego de los niños (desde las plazas hasta la fiesta de cumpleaños). Espacios que se privatizaron a causa de la creciente saturación de la oferta del mercado para el consumo infantil.

Carli señala que “los niños son diferentes hoy” y se asienta en una verdad: los niños son testigos y contemporáneos de un presente histórico frente al cual la percepción e interpretación de los adultos se hallan más mediados por la inscripción del pasado en su memoria generacional.

Además afirma que la infancia se configura con nuevos rasgos en la sociedad caracterizada entre otros fenómenos, por la incertidumbre frente al futuro, por la caducidad de nuestras representaciones sobre ella y por el desentendimiento de los adultos, pero también por la dificultad de dar forma a un nuevo imaginario sobre la infancia. Esto es una forma de decir que desapareció “nuestra” infancia, la de los que hoy somos adultos, la que quedó grabada en la memoria biográfica, y de los que advienen al mundo nos resulta algo, compleja, por momentos incomprensibles e incontenible desde el punto de ver desde las instituciones como la escuela.

RELACIÓN CON LA SOCIEDAD Y LA POLÍTICA

La constitución de la niñez como sujeto sólo puede analizarse en la tensión estrecha que se produce entre la intervención adulta y la experiencia del niño, entre lo que se ha denominado la construcción social de la infancia y la historia irrepetible de cada niño. Las nuevas formas de la experiencia social, en un contexto de redefinición de las políticas públicas, de las lógicas familiares y de los sistemas educativos, están modificando en forma inédita las condiciones en las cuales se construye la identidad de los niños y transcurre la infancia de las nuevas generaciones[1].

El imaginario social es lo que mantiene unida a una sociedad en la medida en que produce significaciones colectivas. Por ejemplo: qué es un hombre, qué es una mujer o qué significa ser un ciudadano, lo que está bien, lo que está mal. En Historia acerca del concepto de infancia nos permite explicar cómo se sostienen ciertas prácticas sociales a lo largo del tiempo, los niños no fueron concebidos de la misma manera en todos los tiempos. Estas creencias acerca de los niños y de sus necesidades fueron modelando diversas formas de vinculación por parte de los adultos. Algunas permanecen como modelos heredados mientras que otras se fueron modificando.

La mutación de la experiencia infantil que conmueve a padres y maestras; se caracteriza, entre otros fenómenos, por el impacto de la diferenciación de las estructuras y de las lógicas familiares, de las políticas neoliberales que definen el sentido político y social de la población infantil para los estados – nacionales, de la incidencia creciente del mercado y de los medios masivos de comunicación en la vida cotidiana infantil, y de las transformaciones culturales, sociales y estructurantes que afectan la escolaridad pública y que convierten la vieja

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