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Introducción A Los Conceptos Fundamentales De Psicoanálisis - Aparato Psíquico

Critalida8 de Octubre de 2013

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Introducción a los conceptos fundamentales del psicoanálisis

Sigmund Freud (1856-1939) fue un médico neurólogo de origen austríaco que abandonó el campo de la medicina para ocuparse de los trastornos psíquicos. Fundador del psicoanálisis, residió la mayor parte de su vida en Viena, pero al producirse la anexión de Austria a la Alemania nazi debió emigrar a Londres, ciudad en la que falleció en 1939.

En Francia amplió sus conocimientos con Charcot y en colaboración con Breuer abordó el tratamiento de la histeria aplicando la hipnosis, que luego abandonaría por inoperante.

Freud descubrió que existen fenómenos fuera de la conciencia desconocidos por el sujeto que pueden ejercer efectos sobre él sin que él mismo lo sepa. La conciencia no es una entidad compacta u homogénea, tal y como era concebida antes de Freud sino que presenta hiatos, lagunas en los cuales el sujeto se desconoce. En efecto, el fluir de la conciencia se ve interrumpido por sueños, lapsus, fallidos, síntomas, lagunas que ponen en evidencia otra escena: una escena inconciente.

Estas formaciones del inconciente, como propiamente llamaremos en adelante a estas “lagunas o hiatos”, claro que ya existían antes de Freud pero su brillante descubrimiento consistió en reconocerles y conferirles un valor de verdad –ya no de error morboso- en la medida en que es a través de ellas que el inconciente se expresa poniendo en evidencia lo más radical –y verdadero- para un sujeto y esto es su deseo.

La falta de síntesis, es decir la escisión, no es patrimonio exclusivo de alguna predisposición morbosa sino algo presente y propio a todos los sujetos humanos. Todos los seres humanos poseen un psiquismo escindido.

Freud descubre que sus pacientes presentaban una gran dificultad para recordar lo apartado de la conciencia; en el inconciente se encuentran alojadas representaciones que han sido desalojadas de la conciencia por el efecto de la represión.

En el inconciente, por lo tanto, se encuentran alojadas representaciones que han sido reprimidas -por la acción de la represión

- aún cuando más adelante veremos que no solamente de representaciones reprimidas está integrado el inconciente.

La represión es un mecanismo psíquico que estructura lo inconciente y que tiene por función la de desalojar de la conciencia lo que resulte conflictivo para el sujeto.

Conceptualizaciones del aparato psíquico

Freud describe al aparato psíquico como a la integración de tres instancias, sistemas o lugares según una primer tópica (inconciente, preconciente y la conciencia) y a partir de 1920 reformula su teoría presentando al aparato psíquico según una segunda tópica (integrado por los sistemas ello, yo y superyó)

Como punto de partida, resulta conveniente tratar de situar algunos ejes para pensar la cuestión de las tópicas; la topología (“topos”=lugar y “logos”=tratado) es en matemáticas el estudio más moderno que trata específicamente la relación de continuidad que guardan los lugares entre sí.

Freud introduce en su teoría dos tópicas que implican una lógica de lugares:

Icc Prc Cc y Ello Yo Superyó

En adelante hablaremos de “tópicas”, “lugares topológicos”, “lugares psíquicos”, “sistemas” recomendándose, sin embardo, no forzar correspondencia alguna con órganos o localizaciones anatómicas ya que se trata de lugares ideales o, por qué no, virtuales.

Todo esto parece de una gran complejidad teórica para la lógica cotidiana a la que estamos familiarizados, aunque tal vez por ello, en la era de la informática, nos sirva como ejercicio de pensamiento imaginar la localizacón “física” de nuestro correo electrónico, un absurdo porque no se trata de un “aquí” ni de un “allá” y mucho menos de la computadora que tenemos a nuestra disposición –aún cuando sea absolutamente necesaria- y esto es así porque se trata en definitiva no de un espacio euclidiano sino de uno virtual.

Nos lo advertía Freud en el siglo pasado “…no caer en la tentación de determinar esa localidad psíquica como si fuera anatómica… son en parte localizaciones ideales” (“La interpretación de los sueños”; Apartado VII, p.B. “La regresión”).

Cabe destacar que lo anatómico, el cuerpo, funciona como condición necesaria mas no suficiente; específicamente el sistema nervioso tiene una importancia capital en el sentido de que, por ejemplo, en el Alzheimer o cualquier lesión del centro de Brocca, en el de Wernike o en el del apetito traerán aparejados trastornos en la memoria, en la expresión o en la comprensión del lenguaje o disturbios en la conducta alimenticia respectivamente.

Ahora bien, dijimos que se trataban pues de tópicas; consideremos a la primera de ellas: Icc, Prc y Cc y reconozcamos una separación estructural entre Icc y Prc y una continuidad estructural entre Prc y la Cc, con lo cual Icc y Cc quedan separados. Estamos hablando de separación, continuidad, distancia, como modos de concebir al aparato psíquico a nivel del espacio, espacio en el que podemos situar lugares, pero en el que sólo interviene una dimensión –como en la recta- y no tres (como en el espacio euclidiano).

Icc // Prc / Cc

La topología es justamente la rama de la matemática que estudia el espacio fundamentalmente a partir de la noción de vecindad o continuidad, haciendo caso omiso a la métrica y a la forma.

Primera tópica del aparato psíquico. Conciente, preconciente e inconciente

El aparato psíquico –tal y como lo presenta Freud- queda integrado por los siguiente tres sistemas, lugares o instancias:

• Conciencia (Cc) o sistema de la conciencia

• Preconciente (Prc) o sistema de lo preconciente e

• Inconciente (Icc) o sistema inconciente

También puede hablarse del sistema unificado Prc-Cc en virtud de la continuidad estructural ya mencionada.

Ahora bien, a esta altura del desarrollo resulta oportuno pensar en la naturaleza de los “elementos” con los que funciona el aparato psíquico y la lógica que da cuenta de su funcionamiento. Si bien es cierto que Freud fue un autor cambiante y su teoría se fue construyendo a lo largo de la historia de su propio pensamiento, hubieron ejes que se caracterizaron por su permanencia a lo largo de su enseñanza tales como los de significante (aunque Freud no hablara directamente de significante por tratarse de un término más moderno).

Este término de significante, usado en lingüística, proviene de Saussure y podríamos definirlo como palabra, en tanto la palabra es capaz de remitir a más de un significado (¿cuántas veces nos quedamos en suspenso tratando de develar lo que alguien nos quiso decir con lo que en verdad dijo?).

Freud se vale del chiste como paradigma del inconciente en funcionamiento ya que su mecánica es similar a toda manifestación del inconciente con lo que, un lapsus, un sueño, un síntoma están estructurados de la misma manera.

Lo que hace reír en un chiste es el sentido que pasa a través, porque la palabra en una doble remisión, suprime un sentido y deja entrar otro; es ahí donde se produce un efecto de satisfacción, por efecto del lenguaje, que es justamente lo que el otro está esperando (no hay nada más aburrido que tener que “traducir” o “explicar” un chiste, es decir, poner en evidencia lo que debe permanecer oculto). Chiste no es lo mismo que comicidad ya que en esta última puede obviarse por completo a la palabra y producirse el efecto de la risa con la sola imagen de un señor cayendo al piso, por ejemplo. El chiste en cambio, exige palabras, un relato:

“Nene: Mamá, mamá, no me gusta el hermanito

Madre: calláte y seguí comiendo”

El inconciente constituye pues el verdadero objeto de estudio del psicoanálisis aunque esto no implica que no se haya elaborado una conceptualización de todo el aparato psíquico del hombre que contempla también a la conciencia y al preconciente. Claro que estos sistemas están caracterizados por un funcionamiento distinto. El sistema inconciente está integrado por significantes que se rigen por una legalidad particular conocida como las leyes del inconciente, a saber:

• La atemporalidad: en efecto, para el inconciente no cuenta el pasado, el presente ni el futuro, ninguna suerte de cronología que implique un discurrir en el tiempo. Para este sistema sólo vale la actualidad, entendida como un tiempo lógico, en donde lo que se destaca es la vigencia del deseo más allá de cualquier cronología posible. En el texto de un sueño puede aparecer un niño rindiendo un examen en la facultad, por ejemplo;

• Ausencia del sentido de no contradicción: en el inconciente pueden coexistir articulaciones que para la conciencia se presentarían como lógicamente contradictorias. En un sueño alguien puede aparecer como vendedor y comprador en el mismo espacio y tiempo;

• Principio del placer: el inconciente se rige por este principio en el sentido de no admitir demora para cumplir lo deseado;

• Presencia de símbolos;

• Proceso primario, que constituye la legalidad que más caracteriza al sistema inconciente a través de dos mecanismos fundamentales:

1. Condensación: mecanismo psíquico por el que una representación única representa por sí sola varias cadenas asociativas, en la intersección de las cuales se encuentra; en otras palabras: en la condensación vienen a aunarse destintas representaciones o cadenas representativas dando lugar a una sola y

2. Desplazamiento; mecanismo psíquico

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