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Juegos En Que Participamos

pajaro_loko3 de Junio de 2014

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UEGOS EN QUE PARTICIPAMOS

Dr. ERIC BERNE

Prefacio

Los niños pequeños privados del contacto físico durante un largo periodo, tienden a declinar irremisiblemente y están propensos a sucumbir eventualmente a una enfermedad intercurrente.

La privación emocional puede tener un resultado fatal; tiende a traer o provocar cambios orgánicos, puede establecerse una cadena de efectos clara:

Hambre de estimulo

Tiene la misma relación con la supervivencia del organismo humano que el hambre de alimentos.

Las más favorecidas formas de estímulo son aquellas proveídas por la intimidad física.

Cuando en el curso normal del crecimiento el niño es separado de la madre, el individuo se encuentra, el resto de su vida, enfrentado con un dilema contra el que su destino y supervivencia lo empujan constantemente.

* Por un lado están las fuerzas biológicas, sicológicas y sociales que se oponen al camino de la intimidad física, al estilo infantil

Versus

* Sus esfuerzos constantes por conseguir dicha intimidad.

En la mayoría de los casos acaba por transigir. El resultado es que se resigna a más sutiles y aun simbólicas formas de intimidad, hasta que un simple saludo llega a servir, hasta cierto punto, a su propósito, aunque su original anhelo de contacto físico permanezca incólume.

Este proceso de transacción puede llamarse sublimación.

El resultado es la parcial transformación del hambre de estímulo infantil en algo que puede llamarse hambre de reconocimiento.

Conforme las complejidades de la transacción aumentan, cada

persona se vuelve más y más individual en su búsqueda de reconocimiento, y son estas diferencias las que prestan variedad a las relaciones sociales y las que determinan el destino del individuo.

Un actor de cine puede necesitar cientos de "caricias" semanales de admiradores anónimos para evitar que se "seque su espina dorsal", mientras que un científico puede conservarse mental y físicamente sano con una "caricia", al año, de un maestro respetado.

Caricia

Término general para el contacto físico; en la práctica puede tomar varias formas.

Denota cualquier acto que implique el reconocimiento de la presencia de otro.

Es la unidad fundamental de la acción social.

Algunas personas acarician, literalmente, a un niño; aquéllas lo abrazan o le dan palmadas, mientras otras lo pellizcan juguetonamente o le dan golpecitos con la punta de los dedos. Todas esas formas tienen sus análogos en conversación, así que podría uno predecir cómo trataría un individuo a un niño, con solo escucharlo hablar.

Transacción

Intercambio de caricias

Es la unidad de las relaciones sociales.

Cualquier relación social tiene una ventaja biológica sobre la falta de relaciones.

Tanto el contacto suave, como los dolorosos choques eléctricos, son igualmente efectivos para fomentar la salud de los animales.

Empleo del Tiempo

Si el manejo de los niños, y su equivalente simbólico en los adultos, el reconocimiento, tienen un valor para la supervivencia, la cuestión es, ¿y después qué?

En términos de todos los días ¿qué puede hacer la gente

después de cambiar saludos, ya sea que el saludo consista en un colegial ¡hola! o en un rito oriental que tarde varias horas?

Después del hambre de estímulo y

del hambre de reconocimiento,

viene la necesidad de programación.

El perpetuo problema de los adolescentes es: "¿Qué decirle a ella (él) después?"

El eterno problema del ser humano es el de programar su tiempo.

En este sentido existencial, la función de la vida social es la de prestar ayuda mutua para este proyecto.

Y para muchas personas, además de los adolescentes, no hay nada tan incómodo como un lapso social, un periodo de silencio cuando ninguno de los presentes puede pensar en algo más interesante que decir que: "¿No les parece que las paredes están perpendiculares esta noche?"

Programación

Es el aspecto funcional del empleo del tiempo.

La Programación tiene tres aspectos: material, social e individual.

a) Programación Material

El más común, conveniente, cómodo y utilitario método de programar el tiempo, es por medio de un plan diseñado para tratar con lo material de la realidad externa: lo que comúnmente llamamos trabajo.

La programación material surge de las vicisitudes encontradas al tratar con la realidad externa; nos interesa aquí sólo hasta donde las actividades ofrecen una ocasión de "caricia" o reconocimiento, y otras formas más complejas de relaciones sociales.

La programación material no es primordialmente un problema social; en esencia, está basada en la elaboración de datos.

La actividad de construir un barco descansa en una

larga serie de cálculos y medidas, y cualquier intercambio social que ocurra, debe estar subordinado a ellos para proceder a la construcción.

b) Programación Social

La programación social resulta de un intercambio ritual o semirritual, lo que generalmente llamamos buenos modales.

Los padres de todas partes del mundo enseñan a sus hijos buenos modales, lo que significa que sepan saludar correctamente, comer correctamente, cortejar en forma adecuada, y cómo portarse en una ceremonia luctuosa; y también cómo llevar una conversación con las restricciones y refuerzos apropiados.

Las restricciones y refuerzos constituyen tacto o diplomacia universal o local.

Eructar en las comidas o preguntar por la esposa de otro son alentados o prohibidos según la ancestral tradición local, y en verdad existe un alto grado de correlación inversa entra estas dos transacciones.

Generalmente, en los lugares donde la gente eructa en la mesa, es indiscreto preguntar por las mujeres de la familia; y en los lugares donde se acostumbra preguntar por la esposa del anfitrión, es una incorrección eructar en la mesa.

Generalmente, un ceremonial de cumplido precede a las semirrituales conversaciones de actualidad, y estas últimas pueden distinguirse llamándolas pasatiempos.

c) Programación Individual

Conforme las personas se van conociendo mejor, más y más se desliza la programación individual, así que empiezan a ocurrir "incidentes".

Superficialmente, estos incidentes parecen ser fortuitos, y pueden ser descritos así por las personas

involucradas, pero un cuidadoso escrutinio revela que tienden a seguir patrones definidos que pueden ser separados y clasificados, y que la serie está limitada por reglas y reglamentos tácitos.

Estos reglamentos permanecen latentes tanto como la relación continúe, pero se ponen de manifiesto si hay una jugada ilegal, dando paso a un simbólico grito, verbal o legal, de "¡foul"!

Estas situaciones, que en contraste con los pasatiempos están basadas más en la programación individual que en la social, pueden llamarse juegos.

La vida familiar y la vida marital, así como la vida en organizaciones de varias clases, pueden estar basadas, año tras año, en variaciones del mismo juego.

Decir que la mayoría de las actividades sociales consiste en jugar, no significa necesariamente que se trate de "diversión", o que los jugadores no están seriamente ocupados en sus relaciones.

Por otra parte, "jugar" fútbol u otros "juegos" atléticos puede no ser una diversión y los jugadores estar muy ceñudos; y si esos juegos se comparten con apostar y otras formas de "juego", tienen la potencialidad de ser muy serios, a veces hasta fatales.

Otros autores incluyen dentro de los "juegos" cosas tan serias como las fiestas de caníbales. De ahí que llamar al suicidio, al alcoholismo, a la toxicomanía, a la criminalidad o a la esquizofrenia, "juegos", no resulta irresponsablemente bárbaro.

La característica esencial de los juegos humanos no es que las emociones sean falsas, sino que están reglamentadas.

Esto se revela cuando se imponen sanciones

a una exhibición emocional ilegítima.

El juego puede ser horriblemente serio, hasta fatalmente serio, sin embargo, las sanciones sociales son graves sólo cuando se quebrantan los reglamentos.

Los pasatiempos y juegos son sustitutos de la vida real o de la verdadera intimidad.

Debido a esto pueden ser tomados como compromisos preliminares más que como uniones, por lo que son representados como sutiles formas de juego.

La intimidad empieza cuando la programación individual (generalmente instintiva) se vuelve más intensa, y tanto los patrones sociales como las restricciones ulteriores, y los motivos, empiezan a ceder.

Es la única respuesta completamente satisfactoria al hambre de estímulo, al hambre de reconocimiento y a la necesidad de programación.

Su prototipo es el acto de impregnación amorosa.

Introducción

La necesidad de programación tiene el mismo valor de supervivencia que el hambre de estímulo.

Y tanto el hambre de estímulo como el hambre de reconocimiento expresan la necesidad de evitar la inanición sensorial y emocional, las cuales llevan al deterioro biológico.

La necesidad de programación expresa el ansia de evitar el aburrimiento.

Si persiste algún tiempo, el aburrimiento se vuelve sinónimo de inanición emocional y puede tener las mismas consecuencias.

El individuo

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