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Kurt Danziger

florsilvaa31 de Julio de 2011

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La historia de la introspección revisada

Kurt Danziger

Vivimos todavía en las sombras de la oposición conductista contra la introspección y las actitudes de muchas autoridades en la disciplina están teñidas por esta oposición. La noción “psicología introspeccionista” es un producto del conductismo y ninguno de los que propusieron a la introspección como método básico de la psicología se denominaron a sí mismos “introspeccionistas”

Dos tradiciones filosóficas

La introspección no tenía el mismo estatuto en la tradición filosófica alemana que en la inglesa. En la última, la ecuación mente-conciencia había permanecido incuestionable hasta bien entrado el siglo XIX. De allí que la interrogación de la conciencia pudo parece el método obvio y básico para alcanzar la evidencia acerca de la naturaleza y la constitución de la mente humana. Este punto de vista fue presentado con particular fuerza por la escuela escocesa y por los Mills.

Por lo contrario, la tradición alemana en filosofía tuvo en Leibniz, impresa desde sus comienzos, la denegación explícita de la ecuación mente-conciencia. Este había sido un punto clave en la crítica de Leibniz a Descartes.

La importancia de la posición de Leibniz deriva de una implicación clara: si la mente no puede ser igualada con la conciencia no es posible esperar el descubrimiento de su naturaleza y constitución mediante la simple observación de la conciencia. La introspección no puede ser admitida como un método de confiabilidad incuestionable y de importancia fundamental. En esta tradición los métodos de la lógica y de las matemáticas han alcanzado de modo característico un estatuto mucho mas elevado que el de la introspección

Estas posiciones han quedado muy destacadas en la contribución de Kant al tema. Kant había establecido que la introspección se limitaba al conocimiento del yo fenoménico, un mundo de apariencias psicológicas que proveen materia prima para un conjunto de lecturas vulgares, pero que tienen escasa consecuencia cuando uno se propone seriamente la empresa de investigar la constitución de la mente humana. Para él, las verdaderas bases de nuestra vida mental son inaccesibles a la “experiencia interna”. La descripción del mundo del yo fenoménico permanece en un nivel puramente anecdótico y no puede aspirar al estatuto de una ciencia por la misma naturaleza de su materia.

En relación con la historia de la introspección la posición de Kant esencialmente refuerza a la de Leibniz, la observación de la conciencia no es una actividad científica legítima.

La tradición inglesa seguía a Mill, quien había asumido el papel, de defensor principal del estatuto central de la introspección. Para él y sus predecesores, la evidencia directa de la conciencia parecía proveer un terreno firme para la observación empírica, y su relegamiento conducía al peligro, o bien de la especulación metafísica. (Caso de Augusto Comte, para Mill)

Muchos psicólogos-filósofos británicos cuya actitud hacia la posición de general de Comte era mucho más afín que la de Mill, rehusaron seguir a Comte en su rechazo de la introspección, los psicólogos norteamericanos del final del siglo XIX permanecieron en la tradición británica en función del valor que adjudicaban a la introspección como una fuente del conocimiento de la mente.

A esto debe agregarse la posición de Titchener , psicólogo británico discípulo de Wundt, quien intentó reinterpretar las bases de la nueva psicología experimental alemana representaba por Wundt, para hacerla compatible con la tradición psicológica británica.

La extensa confusión dominante acerca de la relación entre introspección y experimentación no puede ser disipada a menos que se reemplace el mito del “introspeccionismo” de Wundt. Este autor había establecido que un programa sistemático de experimentación psicológica requería una reformulación del rol de la introspección. Presenta una psicología experimental y mentalista.

La introspección y el experimento según Wundt

Wundt elaboró su posición metodológica en el curso de dos grande debates de los fundamentos de la psicología, enfrentando oponentes muy diferentes en cada ocasión.

El primer período de clarificación metodológica ocurrió en los tiempos de la formación de su laboratorio de psicología. Su programa para una psicología experimental despertó cierto rechazo de parte de algunos filósofos y en su respuesta a las críticas, Wundt se vio obligado a clarificar su posición acerca de una psicología científica.

En el segundo período de controversia, la noción de la psicología experimental ya no era extraña sino que generaba considerable adhesión, los adversarios de Wundt eran experimentalistas a los que él había aportado su inspiración, pero planteaban la necesidad del uso sistemático de la introspección.

Las bases de la discusión inicial de Wundt acerca de la introspección provenían de su distinción inicial entre “autoobservación” (introspección) y “percepción interna” (las referencias a su obra en inglés usan indiscriminadamente el término “introspección” para ambos conceptos, impidiendo ver la contribución de Wundt al problema de la introspección)

¿Qué motivo la distinción entre introspección y percepción interna? Wundt tomaba muy en serio las críticas que se hacían a la introspección y que esta, por si no podía constituir una psicología científica. Aceptaba la validez de las mismas, pero señalaba que planteaban problemas que estaban fuera de la percepción interna.

La vieja psicología introspectiva había tenido problemas a causa de su identificación ingenua de la percepción de hechos subjetivos con su observación. Que los hechos subjetivos son percibidos es algo que no puede ponerse en duda, pero no se puede concluir de ello que sean también observables en sentido científico. La observación científica exige la clase de independencia entre sujeto y objeto que la introspección (autoobservación) justamente destruye.

La percepción interna también fracasa como método de una psicología científica, excluye toda investigación deliberada, por caunto tan pronto como comienza a saber de sí misma se convierte en autoobservación y se abre a toda clase de críticas válidas y bien conocidas. Esta es verdaderamente la base de una psicología de la conciencia, en el sentido de que los procesos conscientes deben ser percibidos para ser conocidos, pero para una ciencia esto no es suficiente.

Wundt piensa que pasa una psicología científica sería necesario manipular las condiciones de la percepción interna de modo de aproximarlas a las condiciones de la percepción externa.

Tal manipulación se cumple con el experimento psicológico. El método experimental produce un conjunto de condiciones bajo las cuales la percepción interna se aproxima a la externa y las condiciones del laboratorio pueden ser usadas para reducir las distorsiones y proveer la materia prima para una ciencia. Dentro de esto se inscribe la preferencia de Wundt por la utilización, en la investigación experimental, de observadores experimentales, los cuales constituían un medio para alcanzar propósitos precisos y definidos y no una cuestión de principios (fue en el círculo de Titchener donde el énfasis acerca del observador experimentado se volvió cuestión de principio).

La idea de la mente entrenada, necesaria para penetrar los elementos subyacentes más allá de la experiencia común se volvió parte de la tradición introspeccionista británica.

Tanto para los introspeccionistas británicos como para Wundt la habilidad del observador jugaba cierto papel ene l intento de superar los problemas de una psicología empírica de la conciencia.

Para la tradición introspeccionista británica el observador debía ser entrenado para percibir claramente los elementos que la doctrina censista requería. Para Wundt, el observador debía haber practicado con el propósito de incrementar una observación rápida y atenta, con un mínimo de los efectos perturbadores de la sorpresa y autoconciencia. De este modo esperaba que las condiciones de la observación psicológica se aproximarían mucho a las condiciones de la observación científica ordinaria de hechos externos.

Para Wundt el segundo rasgo esencial del método experimental, que permitía a la percepción interna aproximarse a la confiabilidad de la percepción externa, tenía que ver con el factor de la repetición.

Wundt propone que la percepción interna (no la introspección) podía proporcionar datos aceptables para la ciencia solo en la medida que las condiciones experimentales permitan una repetición de la experiencia interna a voluntad.

La validez de la introspección en condiciones experimentales descansa en la convicción de que percepciones idénticas o casi idénticas pueden ser producidas de modo confiable y deliberado por la presentación repetida de estímulos externos conocidos, limitando para Wundt la psicología experimental a aquellas áreas de la experiencia humana donde esa convicción puede ser observada: la sensación y la percepción (lo más investigado en su laboratorio)

En el otro extremo, hay dos áreas que Wundt excluyó de la posibilidad de investigación experimental: los procesos de pensamiento en sí mismos (que solo podían ser investigados

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