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LA COMPULSIÓN DE REPETICIÓN: LA TRASFERENCIA COMO DERIVADO DE LA PULSIÓN DE MUERTE EN LA OBRA DE FREUD


Enviado por   •  25 de Julio de 2018  •  Informes  •  59.867 Palabras (240 Páginas)  •  184 Visitas

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LA COMPULSIÓN DE REPETICIÓN:

 LA TRASFERENCIA COMO DERIVADO DE LA PULSIÓN DE MUERTE EN LA OBRA DE FREUD

DRA.  ALEXIS SCHRECK SCHULER

MEXICO, D. F.                                                                                  Agosto   2009


Alexis Schreck Schuler

La autora nació en México D.F. en enero de 1966, hija de padres suizos.  Estudió la licenciatura en psicología en la Universidad Anáhuac, la maestría en psicoterapia psicoanalítica en la Asociación Psicoanalítica Mexicana, donde también estudió el doctorado en investigación en psicoanálisis.  Su tesis de grado doctoral es el presente trabajo, como investigación sobre la obra freudiana, con la que se doctoró en noviembre de 2005, obteniendo la mención honorífica.

Actualmente es psicoanalista en formación de la Asociación Psicoanalítica Mexicana, investigadora y profesora del Centro de Estudios de Posgrado de la misma asociación, y tiene 19 años como psicoanalista y psicoterapeuta de adolescentes y adultos en su práctica privada en la Ciudad de México.


               No repito porque reprimo.  Reprimo porque repito, olvido porque repito.  Reprimo porque, en primer lugar, no puedo vivir determinadas cosas o determinadas experiencias más que sobre el modo de la repetición.  (...)  Eros y Tánatos se distinguen en que Eros debe ser repetido, no puede ser vivido más que en la repetición, mientras que Tánatos (como principio trascendental) es el que proporciona la repetición a Eros, lo que somete a Eros a la repetición.

                                                        GILLES DELEUZE

                                                         Repetición y Diferencia


 ÍNDICE

RESUMEN
INTRODUCCIÓN

Definición de términos

CAPITULO 1.         Primeras menciones del término ‘repetición’ anteriores a 1914

CAPITULO 2.         “Recordar, repetir y reelaborar” (1914)

CAPITULO 3.               “Lo ominoso” (1919)

CAPITULO 4.                “Más allá del principio de placer” (1920)

CAPITULO 5.               La compulsión de repetición a partir de 1920

POST SCRIPTUM

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


RESUMEN

Resulta imprescindible valorar la relevancia e importancia que representa la revisión de las teorías de Freud en lo que respecta a la teoría de la trasferencia.  “Más allá del Principio de placer” (Freud, 1920/1985) es la obra que introduce un vuelco fundamental en el pensar freudiano con relación a la pulsión de muerte y, sin embargo, no se puede decir que Freud haya desarrollado plenamente todo aquello que implicaban sus nuevas ideas con respecto a la trasferencia.

Freud no establece relación alguna entre sus ideas nuevas acerca de la compulsión de repetición trazadas en 1920 y los conceptos anteriores, por ejemplo, aquellos relacionados con la repetición y la teoría de la trasferencia en 1914.  

Aunque esto tal vez implique que sus ideas esenciales acerca de la trasferencia no cambiaron radicalmente con la introducción del concepto de pulsión de muerte, consideramos de suma importancia hacer una revisión profunda de estos movimientos conceptuales en la obra freudiana con la finalidad de dilucidar un concepto central en el psicoanálisis por ser el lazo que engarza a la teoría con la práctica, y porque la neurosis de trasferencia es, en particular, “el genuino objeto de estudio del psicoanálisis” (Freud, 1920/1985, p. 51).

El concepto de repetición sufre determinadas modificaciones teóricas a lo largo de la obra freudiana, y es en su articulación con el concepto de trasferencia como nos resulta importante, pues marca diferencias relevantes en cuanto nuestra posición y nuestra escucha en el quehacer psicoanalítico.

Cuando Freud menciona el concepto de compulsión de repetición en “Recordar, repetir y reelaborar” (1914/1985) lo hace en relación a la trasferencia como resistencia.  El analizado no recuerda nada de lo olvidado y reprimido sino que lo actúa, pero esta repetición es una escenificación de lo reprimido bajo las condiciones de la resistencia.  La trasferencia es sólo una pieza de esta repetición, y la repetición es la trasferencia misma del pasado olvidado, alimentada por las mociones pulsionales reprimidas.

En ese momento Freud sostiene que el trabajo terapéutico implica la reconducción al pasado mediante el discurso del analizado, pero el actuar del paciente le pone un límite a la rememoración, por lo que es menester maniobrar con la trasferencia para sortear las resistencias y así reconducir la repetición y el actuar al recuerdo.

 La trasferencia en 1914 es para Freud la expresión de una repetición ligante, “objetalizante” y simbolizante que le hace el juego a la pulsión de vida y permite la renovación y la integración de nuevos nexos a representaciones anteriores. El analista revela el sentido que posee esta repetición y reconstruye una historia.  Será con relación al problema de la trasferencia como resistencia en el que Freud subraya el influjo subjetivo del trabajo analítico e introduce aquello que quedará del lado del analizado: la reelaboración.

Sin embargo, el monto de displacer que genera la repetición trasferencial, ciega y dolorosa, lleva a Freud a postular la compulsión de repetición como un principio y a la pulsión de muerte como un factor pulsional de la misma clase de Eros.  Así, en “Más allá del principio de placer” Freud aduce que la compulsión de repetición proviene de una fuente más originaria y primaria, que resulta independiente del principio de placer, y advierte que la influencia de la repetición en la trasferencia es algo que está más allá del mero mecanismo del retorno de lo reprimido.  

De esta forma, a partir de 1920 aparece en el texto freudiano una compulsión de repetición mortífera, sistemática y dogmática, que le hace juego a la pulsión de muerte (ligada al superyó y al ello).  Es una repetición en la que interviene un goce tal, que con el tiempo se pierde de vista aquello que se está repitiendo para sólo quedar investido el puro acto de repetir en sí.

La pulsión de muerte, a diferencia de la pulsión de vida a la que el concepto de trasferencia pertenecía anteriormente (Freud, 1912/1985 y 1914/1985), no crea nuevos vínculos sino que busca un estado de inmovilidad y estancamiento.  Esta pulsión mortífera excede al campo de las representaciones, y por ello separa a la compulsión repetitiva de la vertiente simbólica de la trasferencia, aquella que anteriormente implicaba un desplazamiento de la libido, un enlace falso (pero enlace al fin) entre representaciones.

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