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LA ESTIMULACIÓN COGNITIVA COMO TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN HACIA LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER


Enviado por   •  13 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  1.953 Palabras (8 Páginas)  •  218 Visitas

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

Facultad de Letras y Ciencias Humanas

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TRABAJO INDIVIDUAL

Título        : La estimulación cognitiva como tratamiento y prevención hacia la enfermedad de Alzheimer

Nombre                                : C. Mónica Rojas Rios

Código                                : 20130237

Tipo de evaluación                : Trabajo 2 sobre Alzheimer

Curso                                        : Neurociencias

Horario                                : 7011 - 7021

Profesor                                : Alex Dávila

Jefe de Práctica                        : Midory Higa

SEMESTRE 2015-2

LA ESTIMULACIÓN COGNITIVA COMO TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN HACIA LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

La enfermedad de Alzheimer (EA) es una alteración neurodegenerativa que se manifiesta a través de deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Asimismo, Chira-Chira (2015), sostiene que la EA es una demencia de tipo irreversible, caracterizada por una pérdida de la memoria inmediata y de otras capacidades mentales debido a la muerte de neuronas, atrofiando distintas zonas del cerebro. A pesar de ser una enfermedad irreversible, es posible que ciertos tratamientos ayuden a que la enfermedad avance más lentamente y como prevención para las personas que aún no presentan síntomas. A continuación, se explicará cómo la estimulación cognitiva puede servir de prevención o de ayuda para que la enfermedad de Alzheimer no se manifiesta rápidamente.

Los síntomas de la EA son la pérdida de memoria y la incapacidad de crear nuevos recordar, por ejemplo el no poder recordar un evento del día anterior. Otras alteraciones cognitivas son la pérdida de orientación y de lenguaje, por ejemplo el no poder encontrar las palabras adecuadas para expresarse. Además de presentarse ciertos cambios conductuales como cambios en el ánimo, depresión, irritación y ansiedad. Los familiares al percibir estos síntomas, suelen llevar al individuo al médico quien lo evalúa clínicamente y después se le practica con una evaluación psicológica que tiene una duración de 2 horas para saber qué tan dañado están los procesos cognitivos del paciente.

Según Davicino, Muñoz, Barrera, y Donolo (2009), se espera que en los próximos años se duplique las cifras de personas con la EA que en el 2009 eran aproximadamente 18 millones de personas en el mundo y para el 2040 que la cifra se cuadriplique. Por esta razón, surge la necesidad de desarrollar políticas para la prevención, el diagnóstico y tratamiento de esta demencia.

Para Guerra (2012), uno de los factores de riesgo influyentes para desarrollar la enfermedad de Alzheimer está relacionado con la reserva cognitiva, el nivel educativo y la estimulación intelectual. Sobre esto, menciona que el tamaño del cerebro, así como la cantidad de conexiones sinápticas influye en el desarrollo de la EA. Además, sostiene que diversos estudios dan cuenta de que la reserva cognitiva permite afrontar de manera más efectiva las alteraciones que se producen en el cerebro durante el proceso de demencia.

Por lo tanto, la estimulación cognitiva es muy importante para prevenir y tratar la enfermedad de Alzheimer ya que ésta produce grandes alteraciones en diversas funciones cognitivas. Además, Davicino et al. (2009) menciona que la estimulación cognitiva en el tratamiento de pacientes con la EA tiene los siguientes dos propósitos principales: lentificar el progreso del deterioro cognitivo y restaurar las habilidades cognitivas en desuso, partiendo de las funciones intelectuales conservadas. También, tiene como objetivo el mejorar el estado funcional de la persona, desarrollando las competencias que le posibilite vivir de la forma más autónoma posible.

Davicino et al. (2009) define a la estimulación cognitiva como un conjunto de estímulos generados por la neuropsicología terapéutica con el objetivo de rehabilitar las funciones cognitivas preservadas, manteniendo la autonomía funcional del paciente. Es así que la estimulación cognitiva se basa en la planificación psicopedagógica de acciones dirigidas a la activación y mantenimiento de las capacidades mentales, considerando a aquellas capacidades cognitivas residuales para posibilitar la reorganización funcional del paciente. Además, es importante que esta estimulación se complemente con la terapia farmacológica, la orientación familiar y el abordaje social.

Chira-Chira (2015), también sostiene que es recomendable estimular cognitiva y afectivamente al paciente mediante el entrenamiento de memoria, técnicas de orientación a la realidad, musicoterapia, reminiscencias, técnicas de refuerzo positivo, ergoterapia, estimulación social, estimulación física, modificación del entorno.

Por consiguiente, existe una investigación realizada por Cassinello, Mestre, y Fernández (2008), en la cual comentan que hace unos años se pensaba que las personas con EA eran incapaces de aprender y, por tanto, cualquier intento de intervención cognitiva era en vano. Sin embargo, en los últimos años se ha comprobado que las personas con la EA en fase leve o moderada, son capaces de aprender, aunque de forma limitada. Biológicamente esto se debe a la neuroplasticidad cognitiva del sistema nervioso que permite las neuronas lesionadas puedan regenerarse y establecer nuevas conexiones.

Asimismo, sobre la plasticidad cognitiva, Cassinello et al. (2008), realizan evaluaciones dinámicas, tests de potencial de aprendizaje, entre otras, las cuales consisten en la presentación de una tarea cognitiva en una situación neutra y ver cómo la resuelven los pacientes. Estas investigaciones en ancianos han demostrado que la evaluación de la plasticidad cognitiva además de servir de instrumento diagnóstica para detectar el deterioro cognitivo temprano, también es un instrumento válido a la hora de estimar el posible potencial de rehabilitación en personas mayores. Estos resultados ayudaron a fomentar el uso de las terapias no farmacológicas, como la estimulación cognitiva, el entrenamiento en memoria e intervenciones psicosociales, las cuales tienen el efecto de retrasar el deterioro cognitivo producto de la EA y a la vez, potencia el efecto de los fármacos administrados.

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