LA SEXUALIDAD HUMANA: UN ACERCAMIENTO DESDE LA PSICOLOGÍA SOCIAL

LA SEXUALIDAD HUMANA: UN ACERCAMIENTO DESDE LA PSICOLOGÍA SOCIAL

Introducción

La sexualidad siempre ha formado parte de los seres humanos, donde ha ido evolucionando con respecto a las prácticas y a la mentalidad de cada individuo. Las teorías que existen sobre este concepto han sido estudiadas, analizadas y descritas desde diferentes enfoques siendo científicos, filosóficos, biológicos, sociales o artísticos. Por lo que los supuestos tienden a ser distintas, dependiendo del ángulo en el que se miran.

Su inicio se deriva cuando el hombre comenzó a evolucionar, pasando de un ser asexual a un ser sexual. Un ser sexual corresponde a la experiencia que el individuo desarrolla al tener contacto en un contexto sociocultural dado. Muchos teóricos manifiestan que la identidad sexual pertenece a una categoría del Yo, ya que el ser humano se caracteriza por ser un ser consciente y de esta forma se permite situar desde su perspectiva de conciencia a un sexo determinado. Sin embargo, cabe señalar que las dos formas normales de ver a la sexualidad pueden estar determinadas desde el contexto social, donde la cultura misma estableció dichas categorías sexuales como la base o bien las únicas clasificaciones sexuales permitidas dentro de la sociedad. Pero también existe la teorización religiosa, donde la religión católica es la predominante, y describe desde los inicios de la vida a un hombre y a una mujer (Adán y Eva) que fueron creados por un ser omnipotente, pero que, sin embargo también representan manifestaciones culturales.

También las diferentes culturas han ido construyendo los conceptos sobre la masculinidad y la feminidad que las misma personas han ido experimentando y construyendo a lo largo de su socialización, dando como productos subjetivos en el modo de ver a una mujer o a un hombre de una forma determinada o diferente, lo que representaría una diversidad sexual. Por lo que, las relaciones sexuales han tenido que ser reguladas, el comportamiento sexual debe adaptarse conforme al sentido ético personal, pero en especial en la ética social.

Sin embargo, los puntos históricos y las observaciones actuales, nos permiten ver diferentes concepciones de la sexualidad, pero que a su vez están basados en modelos respaldados por diversas ideologías. Pero cabe señalar que, el punto de partida de la sexualidad no es indiferente en las diversas manifestaciones teóricas, clínicas y educativas.

Por lo tanto, la finalidad de este ensayo consiste en realizar una aproximación al concepto de la sexualidad desde la perspectiva psicológica y social con base a referencias teóricas de autores como Freud, Foucault, entre otros.

Origen de la sexualidad

En esta primera parte abordaré algunos aspectos donde se consideran puntos de partida de la sexualidad en términos biológicos y sociales, además de una breve introducción a la manifestación del poder en la sexualidad.

Para empezar, la historia marca que la primera manifestación del término sexualidad se manifestó a principios del siglo XIX, pero su origen se deriva en el momento en que la reproducción sexual requirió de dos sexos que permitieran llevar a cabo la función de supervivencia de la especie. Al evolucionar se desarrolló el sistema sexual con el fin de reproducirnos pero también generó una sensación de atracción sexual, deseo sexual y del erotismo, formando parte del proceso sexual del individuo.

El dimorfismo podría ser un punto de partida biológico en el que se destaca las diferencias de un cuerpo anatómico a otro, pero si este término se utilizara desde su definición en particular como la existencia de seres con distintas características anatómicas y no solo como la formación de dos categorías diferentes, entonces se hablaría de una diversidad; donde entraría la sexualidad que se caracteriza por poseer una multidisciplina donde se integraría no solo al hombre y a la mujer, sino también la homosexualidad, la transexualidad y las diversas identidades sexuales que afronta el ser humano en su proceso sexual.

Pero el proceso sexual posee también características sociales, donde los comportamientos sexuales son regulados permitiendo obtener un orden social, donde se da un orden jerárquico de quienes tienen más libertad que otros.

En este sentido, las relaciones humanas son vistas desde el comportamiento sexual, tomando como principio universal la prohibición del incesto que permite la regulación de dicha actividad, donde su fin es evitar la endogamia y beneficiar a otros grupos por medio del intercambio sexual, además de incluir otros factores biológicos que llegarían a suceder al producto de una relación incestuosa, como deformidades, problemas mentales, entre otros. La regulación es necesaria para llevar a cabo la supervivencia de la especie.

 Pero lo que muchos autores remarcan sobre la regulación de la sexualidad, y en lo que concuerdo, es que dicha actividad es una fuente del control social. Se habla de una regulación entre hombres y mujeres, una regulación del deseo erótico y los comportamientos derivamos de él, manifestándose por medio de una represión sexual, que al reprimirlo se logra un importante control social (Foucault, 1976), y que dicha represión afecta primordialmente a mujeres, a homosexuales y a transexuales.

Y es aquí donde aparece la desigualdad y discriminación. La mujer desde tiempos antiguos ha sido considerada como un ser inferior, un objeto y la representación de la pasividad que solo es apreciada desde el punto de poseer una vagina que actúa como albergue del pene y recibe la herencia del vientre materno (Freud, 1923). Y que, para el resto de sujetos con orientación homosexual, transexual o transgénero repercuten también desigualdades simbólicas, donde ser diferente te coloca de igual manera como un ser inferior, enfermo e incluso peligroso.

Aproximaciones teóricas-conceptuales de la sexualidad

En esta segunda parte manifestare teorías-conceptuales acerca del término de sexualidad entre Freud y Foucault, que a mi perspectiva son primordiales con respecto al desarrollo y decisión de nuestra sexualidad.

Tomando como partida el mito científico de la horda primita que Freud describe en su obrar Tótem y Tabú; donde un macho alfa tenía el monopolio de las mujeres y ejercía poder a sus hijos, hasta el momento en que ellos deciden revelarse contra él y matarlo para poder tomar el control dentro de la horda. Pero en consecuencia ellos no generan satisfacción, si no remordimiento y una renuncia a la posibilidad de satisfacer el deseo que el jefe les había prohibido. En este sentido, se da la prohibición del incesto como regla universal, una prohibición que pasa a ser una norma que permita la regulación dentro la de sociedad, lo que da a entender que una prohibición no cancela una libertad si no que genera un control dentro del orden de la cultura; hay que renunciar a ciertos deseos para instaurar la cultura. El deseo de copular dentro de un grupo dado, el prohibirse dicho deseo al matar y venerar al padre muerto para que cuide, proteja y no castigue y posteriormente permitirse la sexualidad con mujeres de otros grupos, muestra el origen del orden cultural y las religiones, además del inicio del sujeto sexual.

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