LAS VÍCTIMAS DEL ÉXITO

Los sicoterapeutas dicen que hay demasiada gente joven obligada a seguir hábitos de trabajo que sacan de balance sus vidas. Lo peor es que muchos se dan cuenta que son alentados a traicionar, sus valores más profundos: El amor por la vida familiar, quizás, o simplemente su integridad básica, en la medida en que persiguen el éxito y la riqueza.

Muchos dicen a sus terapeutas que han perdido todo sentido de sí mismos, que se consideran como un fraude en su éxito y que el dinero se ha convertido en el símbolo principal de su valor humano.

Lo que inquieta a algunos sicoterapeutas es la creciente idea entre los expertos en salud mental de que el trabajo en la edad adulta puede tener tanto impacto en la persona como el desarrollo en la primera infancia.

Existen otros campos emocionales minados. En ocasiones la depresión en el pináculo de una carrera señala una aspereza perdida, una falsa fantasía de lo que el éxito podría significar. David Krueger, sicoanalista en la Universidad de Baylor de Houston, informa del caso de un empresario texano que fue a someterse a tratamiento por una depresión severa poco después que sus activos netos superaron el millón de dólares. En el curso del tratamiento quedó claro que el empresario había, inconscientemente, equipando el dinero con el amor. En su infancia, había superado por un hermano dos años mayores cuya destreza atlética cautivó la atención de su padre.

De joven se prometió secretamente derrotar a su hermano y ganar el favor y amor de su padre y fue la primera persona en la familia en lograr un millón de dólares. Dos décadas después alcanzó esa meta, y dos meses después de ello se sometió a tratamiento para la depresión.

Cuando consiguió su millón mágico - dijo Krueger - lo único que mejoró fue su posición financiera, no su felicidad, alegría o sentimientos de autoestima. Su gran esperanza se reveló como su fantasía. En esos casos, dijo Krueger, el esfuerzo por alcanzar el éxito es una lucha mal entendida, basada en una sensación de ser rechazado o no amado de niño.

El dinero para esos ejecutivos- y hay muchos así- es un símbolo concreto de su valor como seres humanos, y su enorme hambre emocional por más dinero, éxito y poder, deriva de un sentimiento de vacío y poco valor interno. Eso, afirman los sicoanalistas con la sensación de competencia y habilidad que subyace en la búsqueda del éxito.

Los sicoterapeutas afirman que ven muchos síntomas en sus pacientes jóvenes y con éxito, los cuales van desde la adicción a las drogas y el cinismo hasta la depresión y un intenso autocuestionamiento. En ocasiones, el resultado es la actividad criminal: algunos expertos consideran los recientes escándalos de negociación fraudulenta en Wall Street, notablemente el caso de Dennis Levin, un banquero de inversiones con ingresos por medio millón de dólares, es como un síntoma de una obsesión por alcanzar

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