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LO NORMAL Y LO PATOLÓGICO


Enviado por   •  24 de Octubre de 2021  •  Resúmenes  •  1.166 Palabras (5 Páginas)  •  748 Visitas

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LO NORMAL Y LO PATOLÓGICO

El involucramiento sobre lo normal y lo patológico, dentro de la práctica de la psiquiatría, cobra importancia más profunda por el involucramiento de problemas éticos, culturales, sociales y políticos, entre otros más, en el caso de la psiquiatría infantil, se añade la incertidumbre sobre el desarrollo y el lugar del niño que ocupa en la familia y la sociedad. Al profesional se le pide que explore a un paciente de menor edad, mismo que no ha solicitado ser valorado, se le solicita que elimine la conducta que la familia, la escuela o los servicios de asistencia social juzgan como inadecuados, basados en juicios externos; el psiquiatra también tiene que considerar factores intrínsecos complicados y que no son aparentes.  Los criterios de normalidad no pueden contenerse a la simple evaluación conductual, motivo de la valoración, ni resumirse a la enumeración de síntomas.

  1. Lo normal y lo patológico: Problemas generales

 Lo normal y lo patológico constituyen dos términos indisociables, no se pueden definir uno sin el otro (Canguilhem, 1966, como se citó en Ajuriaquerra y Marcelli, 1982). Las relaciones entre los términos anomalía, anormal y patológico giran alrededor de cuatro puntos de vista:

  1. Lo normal referido a la salud, en oposición a enfermedad.
  2. Lo normal como la media estadística.
  3. Lo normal como ideal o utopía a realizar.
  4. Lo normal como proceso dinámico, capaz de retornar a un determinado equilibrio.

Contraponer normal y salud, con anormal y enfermedad, constituye una confusión que forma una posición estática que no corresponde a la dimensión dinámica de la mayoría de las enfermedades, estas no se pueden reducir a sus signos lesionales; asimilar lo normal al promedio. No se debe olvidar la presión cultural porque ello habría de considerar como anormal toda conducta que de desvía de la media. Confinar lo normal a una utopía, nos remitiría inmediatamente a un sistema de valores, una normalidad ideal. Avalar normal el proceso de adaptación o la capacidad de reaccionar con la finalidad de recuperar el equilibrio perdido, representa introducir una valoración dinámica, pero en el área psicosocial se corre el riesgo de reducir el concepto de normalidad a un estado de aceptación, sumisión o conformismo; normal y patológico son dependientes entre sí.

  1. El problema de lo normal y lo patológico en la psicopatología del niño

En nuestra época debe también preocuparse no solamente por su rendimiento em estricto sentido comercial, sino también a su eficacia. Dos reflexiones invitan a reflexionar:

  1. La frecuencia de las debilidades mentales varía en función de la edad, ellas disminuyen considerablemente en la edad adulta ello quiere decir que: ¿la inteligencia aumenta con la edad o simplemente los criterios de evaluación sólo toman en cuenta su estado|?, ¿no es la simple asistencia a la escuela la que designa a cierto número de escolares como débiles?
  2. La desigual distribución en el sexo en la consulta paidopsiquiátrica: 70% para niños y 30% para niñas, y el problema es más agudo cuando en la población adulta sucede lo contrario: mayoría de mujeres que hombres en consulta psiquiátrica.

Frente a un niño en concreto, la evaluación de lo normal y lo patológico se plantea de forma diferente: se debe reconocer el síntoma, considerar su importancia y función dinámica e intentar situarlo dentro de una estructura.

Normalidad y conducta sintomática

La primera preocupación ante una conducta inusual es evaluar su carácter patológico o normal, estos términos no son los más adecuados, es preferible hacerse esta cuestión: ¿esta conducta (mental o manifiesta), tiene en el seno del funcionamiento mental del niño un poder patógeno o asume un papel organizador?

La descripción semiológica y la observación de una conducta no son suficientes para definir el papel patógeno u organizador, ellas deben unirse a la evaluación económica y dinámica. El punto de vista económico va a evaluar la medida en que la conducta señalada no es más una formación reactiva o, al contrario, implica una catexis de sublimación. El enfoque dinámico y genético valora la eficacia con la que la conducta sintomática sujeta la angustia conflictiva, continuando así el movimiento de maduración o por el contrario es ineficaz y bloquea dicho movimiento madurativo.

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