La AGRACIVIDAD EN LOS NINOS

Agresividad

Freud (1856) publicó los estudios sobre el psicoanálisis y señaló que “la conducta humana es motivada en amplia medida por impulsos afectivos; y que esta motivación es inconsciente, esto es, el sujeto ignora los móviles profundos de su comportamiento, atribuyendo ilusoriamente a razones falsas” (p.24 1). Es decir, la conducta que presentan los individuos y en especial los alumnos se deben al impulso afectivo que se le presentan en algunas situaciones y estos son incontrolables por lo que al suceder una causa el efecto viene dado de una manera rápida, o sea que la respuesta es inmediata.

En síntesis, el psicoanálisis investiga la motivación no racional e inconsciente de la conducta. En un principio esta teoría fue una psicoterapia: un procedimiento encaminado a curar trastornos de salud y conducta, cuyas causas no radican en lesiones orgánicas, sino que consisten en una perturbación funcional sin base orgánica, la cual se denominan enfermedades funcionales.

La agresividad es una manifestación externa de hostilidad, odio o furor que puede estar dirigida tanto contra sí mismo como contra los demás.

De igual manera, puede considerarse como un síntoma importante de desequilibrio e inadaptación respecto al medio ambiente En el niño de 6 a 10 años de edad, se presenta una elevada proporción de rabietas como un reflejo de oposición a la autoridad materna, en cuanto a la adquisición de hábitos y responsabilidades.

Es por esto que Noshpitz y Spielman (1983) señalan: “que los niños hiperagresivos, son aquellos excesivamente estimulados, siempre en busca de sensaciones o muy exigentes, cuyos deseos siempre han sido satisfechos por los padres y que, en consecuencia, no pueden soportar la más mínima frustración”. (p.128).

Este rechazo paterno provoca en ellos un enojo, una desconfianza de tipo paranoide, o bien puede convertirse en una hostilidad general. Así mismo, se producen en los niños manifestaciones como las rabietas, pataletas y berrinches que expresan impotencia, en forma de agresión externa, donde realizan las descargas afectivo-motriz directa de los momentos caóticos que vive el niño en el nivel de la I Etapa de Educación Básica, poer no tener mecanismos para expresar dichas emociones. Esto desaparecerá cuando él disponga de otros medios de descarga tales corno el lenguaje o cuando forman los berrinches y pataletas donde expresan una explosión destructiva y agresiva hacia los demás o sobre el cuerpo de dios mismos, golpeándose o dando patadas a los muebles o paredes.

Estos comportamientos pueden mejorar con la ayuda de especialistas como psicólogos o psiquiatras que tienen conocimientos acerca de estas conductas y pueden aplicar estrategias que faciliten el mejoramiento de estas conductas.

El psicólogo Dollar (1939) señala que “la agresividad es un acto de la conducta humana que se orienta directamente a dañar ‘a la persona hacia la que

se dirige esta conducta”. No obstante, para que la sociedad no quede suficientemente claro, si se consideran agresivos los comportamientos que son meramente intencionales (intención de hacer daño), pero que no se llevan a cabo, dejándose ver la actitud que está tomando en ese momento es de agresión hacia la otra persona que le está proporcionando el problema.

La agresión se puede enfocar desde dos puntos de vista como son: la agresión hostil definida como aquella que busca únicamente producir daño o dolor a los demás; motivada por contenidos como la ira, la cólera y la venganza, y la agresión instrumental que busca dañar a los demás, pero sólo como medio para conseguir un fin concreto .

Por todo lo antes mencionado se puede decir que la agresión es una conducta innata de todo ser humano que se refleja a medida que se le presente un problema o situación no aceptada en un determinado momento, la cual puede ocurrir en cualquier instante de la vida diana como consecuencia de la situación política, económica y social que ha llevado al venezolano a presentar una conducta emocional tan agresiva que ha afectado las relaciones familiares, sociales y escolares. De igual manera agudizando el comportamiento hostil en los educandos. La agresión es una conducta que impide el desarrollo normal del proceso educativo y limita la actuación de los miembros del grupo. La agresión se asocia a la violencia, la intimidación, el desorden y la incomunicación.´

1.3.1 Teorías que explican la agresividad

De acuerdo a Ballesteros (1983), las teorías que se han formulado para explicar la agresión, pueden dividirse en:

Teorías Activas

Son

aquellas que ponen el origen de la agresión en los impulsos internos, lo cual vendría a significar que la agresividad es innata, por cuanto viene con el individuo en el momento del nacimiento y es consustancial con la especie humana. Estas teorías son las llamadas teorías biológicas. Pertenecen a este grupo las Psicoanalíticas (Freud) y las Etológicas (Lorenz, store, Tinbergen, Hinde) principalmente.

La teoría Psicoanalítica postula que la agresión se produce como un resultado del "instinto de muerte", y en ese sentido la agresividad es una manera de dirigir el instinto hacia afuera, hacia los demás, en lugar de dirigirlo hacia uno mismo. La expresión de la agresión se llama catarsis, y la disminución a la tendencia a agredir, como consecuencia de la expresión de la agresión, efecto catártico.

Por su parte lo Etólogos han utilizado sus observaciones y conocimientos sobre la conducta animal y han intentado generalizar sus conclusiones al hombre. Con el conocimiento de que, en los animales, la agresividad es un instinto indispensable para la supervivencia, apoyan la idea de que la agresividad en el hombre es innata y pude darse sin que exista provocación previa, ya que la energía se acumula y suele descargarse de forma regular.

Teorías Reactivas

Son teorías que ponen el origen de la agresión en el medio ambiente que rodea al individuo, y percibe dicha agresión como una reacción de emergencia frente a los sucesos ambientales. A su vez las teorías reactivas podemos clasificarlas en teorías del Impulso y teoría del Aprendizaje Social.

Las teorías del Impulso comenzaron con la hipótesis de la frustración-agresión de

Dollar y Millar (1939) y posteriormente han sido desarrolladas por Berkoviitz (1962) y Feshbach (1970) entre otros.

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