La Caja De Pandora

LA CAJA DE PANDORA

Minerva Gonco

Cuando el amor y la habilidad trabajan juntos,

el resultado es una obra maestra

John Ruskin

Si cuestionamos a un profesionista que se ha desarrollado en la iniciativa privada, si es capaz de impartir clases, a lo mejor lo dudaría pero finalmente accedería a compartir sus experiencias y conocimientos con sus pupilos, pero si se le aclarará que es a nivel secundaría, probablemente se negaría a lidiar con adolescentes. Podemos analizar en la calle a ese grupo que “adolece” de estar entre la niñez y la etapa adulta para entender a ese profesionista. En cambio cuando se le pregunta a un profesor de secundaria por qué le gusta trabajar con esos adolescentes pocos contestaran que los adoran pero otros hablarían del reto que proponen día a día o el aprendizaje mutuo que obtienen.

Se sabe de la dificultad que existe para enseñar a los adolescentes pero lo que no se ha analizado es que hay una responsabilidad y un desempeño docente que mejorar año con año para lograrlo. La sociedad va evolucionando, el mundo va cambiando, ¿por qué la enseñanza no? Se sabe que el aprendizaje es un proceso humano y como tal se ve afectado por todo lo que se involucra con la vida del hombre. Si queremos formar mujeres u hombres capaces de pensar y decidir de manera autónoma, de formarse a sí mismos y participar en la evolución de la sociedad pues lo que podemos hacer es darles las armas o herramientas necesarias para lograrlo; confirmamos entonces que se debe cambiar la forma de pensar de los directivos, de los docentes, de la familia y de los mismos alumnos para lograr ese progreso, pero… ¿están dispuestos a hacerlo?

En el caso muy particular del docente se puede mencionar que cada año escolar se presenta la disyuntiva entre cambiar o seguir el guión del año pasado que ya tiene preparado desde hace mucho tiempo, no le produce ninguna dificultad pero, está pasado de moda, es aburrido y da resultados muy pobres y no le permite obtener resultados o metas como las mencionadas anteriormente. Al inicio del ciclo el docente cree enfrentarse a una Caja de Pandora cuando abre la puerta del aula y sólo espera que se desaten todos los males ahí dentro; dificultades, incidentes o experiencias que requieren de una solución inmediata, pero… ¿cuál? Aceptar la realidad sin protestar y apegarse a los reglamentos sin motivar un trabajo creativo es la solución más fácil para “controlar y tapar nuevamente la Caja” que propicio ese maremágnum. Una solución más compleja sería mejorar la acción docente y para ello se requieren: condiciones adecuadas, lo que implica de inicio querer enseñar y disfrutar la labor docente, un profesor que no disfruta su trabajo nunca será bueno y por tanto será una persona infeliz y eso transmitirá a los alumnos; por ello necesita saber dinámicas de grupos que agilicen sus clases, organización escolar para controlar los tiempos y contenidos, sicología del aprendizaje para entender la etapa por la que atraviesan los adolescentes en el colegio y sociología de la educación para entender el mundo que compone el colegio y finalmente poder, es decir, disponer de los medios (administrativos y materiales) y autonomía que permitan desarrollar esa función, en pocas palabras una docencia creativa, eficaz y estimulante. Los contenidos de esa acción docente deben incluir un discurso nuevo (no el del año pasado), una filosofía distinta (que motive a los dos) y un lenguaje adecuado; ¿cómo lo va a lograr el docente?… bueno, debe tener actitudes y acciones para conducir al alumno y NO mandar sino ayudar, obviamente lo logrará con prácticas innovadoras que permitirán transformar las cosas que se hacen o elaborarlas de otro modo. Un ejemplo sería enseñar lo que es la obra dramática creando un escenario con todas sus partes y representando una escena de una obra de teatro. Las estrategias que recomiendan los estudiosos del tema engloban una investigación

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