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La depresión, la industria, el Plan Pinedo y el comportamiento de los actores económicos


Enviado por   •  8 de Octubre de 2019  •  Apuntes  •  7.772 Palabras (32 Páginas)  •  60 Visitas

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Unidad 3: La década de 1930.

La depresión, la industria, el Plan Pinedo y el comportamiento de los actores económicos.

  1. Explique las características de la política económica durante la gran depresión (O’Connell)
  2. Cuáles fueron para O’Connell las principales consecuencias de la Gran Depresión en la Argentina.
  3. Describa las transformaciones que se producen en la clase dominante argentina a partir de 1930 y explique a partir de ese análisis los determinantes de las principales medidas de política económica y la reacción de los diferentes sectores.
  4. Explique según Murmis y Portantiero el proceso de constitución de alianzas de clases en la Argentina en la década del 30. A su vez, explique el papel del mercado interno en dicho proceso y el “mercado internismo”, previamente a la aparición del peronismo.
  5. ¿Cuáles fueron las respuestas de las corporaciones económicas al Plan Pinedo (1940)? ¿Por qué?

Respuestas:

  1. La vulnerabilidad externa de la economía argentina determinaba límites bastante estrechos a la autonomía de la política económica para contrarrestar el ciclo. La depresión se presentó como un caso particular agudo. Paulatinamente, fue quedando en claro que las exportaciones ya no podían ampliarse y que los mercados de capital, por lo menos en el corto plazo, estaban prácticamente, cerrados. No quedaban otras opciones, por lo tanto, de reducir las importaciones más de lo que la misma depresión había ocasionado o bien interrumpir el servicio del capital extranjero. El gobierno y los intereses británicos habían definido la estrategia para salvar sus problemas de pagos externos. No se puede desconocer, por lo tanto, las fuertes limitaciones que acostaban las iniciativas de política económica para enfrentar la depresión. El caso de deuda externa, en el que la Argentina fue uno de los poquísimos países del mundo en mantener su servicio, parece indicar que tales ideas influyeron más allá de las meras determinaciones externas.

Las autoridades a cargo del control de cambios fijaron prioridades para la adjudicación de divisas siguiendo los criterios distintos. En primer lugar, el servicio de la deuda pública, las importaciones básicas y las remesas de ganancias de los servicios públicos pertenecientes a empresas extranjeras, en ese orden, tenían prioridad frente a otras demandas y se desalentaba la fuga de capitales. En segundo lugar, una vez iniciada la política de tratamiento preferencial para los distintos clientes de Argentina, las autoridades adjudicaban las divisas de acuerdo con los países que debían recibir el pago.

Se ha sostenido del control de cambios fue la manera más efectiva de reducir las importaciones y por lo tanto una herramienta fundamental para lograr la industrialización de Argentina en aquellos años. El control de cambio sirvió para mantener el tipo de cambio a un nivel más bajo del que hubiera alcanzado en un mercado libre, haciendo este modo más competitivas las importaciones frente a la producción interna. En realidad, se admitió más tarde que no fue muy efectivo como instrumento para restringir las importaciones.

En lo que se refiere a los niveles del tipo de cambio, debo recordar que constituía éste un tema de controversia y conflicto entre exportadores e intereses rurales, por un lado, y acreedores por el otro. Un tipo de cambio, digamos, alto, favorece a los exportadores y perjudicaba aquellos que desean remitir beneficios del exterior. Es así, a pesar de los fuertes intereses de los exportadores, se realizaron varios intentos de estabilización antes y después de imponer el control de cambios. El margen de cambios permitirá recabar los fondos necesarios para financiar los precios mínimos para el trigo, el lino y el maíz, recientemente instaurados. Este margen terminó constituyendo, casi permanentemente una medida fiscal que ayudaba a los productores rurales. Algunas veces se les concedía una "rebaja" de tal impuesto en forma de un precio mínimo efectivamente superior al del mercado. Es así, que, vía el margen de cambios, los productores rurales no recibieron plenamente los beneficios de la devaluación de noviembre de 1933, si medimos que está por el tipo de cambio "vendedor".

Según los acuerdos que se firmaron con Gran Bretaña y con otros países europeos, a partir de mayo de 1933, el gobierno otorgaría divisas para los pagos a dichos países hasta el importe que alcanzasen sus compras de productos argentinos (deduciendo una pequeña parte para el servicio de aquella parte de la deuda pública contraída en otros países, principalmente los Estados Unidos). Tal monto de divisas se otorgaba a través del mercado oficial, es decir al tipo "vendedor" oficial, exceptuando ciertos casos como la tasa preferencial para los ferrocarriles ingleses. Para el pago de importaciones o de otros rubros con los demás países se debía recurrir al mercado "libre", siempre en el mercado oficial no hubiese bastantes divisas disponibles. En la práctica, este sistema significó que las importaciones desde los Estados Unidos (que el principal proveedor de la Argentina después de 1925) se canalizaban principalmente a través del mercado "libre", y entre las importaciones desde Gran Bretaña rara vez se verían impedidas de recurrir al cambio oficial. El mercado "libre", un mecanismo ideado para impedir los excesos de importación se aplica únicamente a unos pocos países, de los cuales los Estados Unidos en el más importante. El sistema de preferencias se vio amenazado por la mejora en la balanza de pago. En el ámbito de lo que habitualmente se consideraba la política comercial, hubo incrementos significativos tanto en los aforos (sobre la base de los cuales se fijaban los derechos aduaneros) como en los aranceles mismos. Pero incentivo de la política comercial fue, la puesta en marcha del bilateralismo. Al principio contrariaba frontalmente la estructura triangular del comercio y los pagos externos de la Argentina. No cabe duda sobre quien tomó la iniciativa del bilateralismo. Fue Gran Bretaña la que promovió aplicar, en sus relaciones con varios países, una serie de tratados que involucran preferencias especiales. En el caso de Argentina, con clausura sobre cambios y pagos.

  1. La depresión se puede considerar, por una parte, como un caso más, tal vez anormalmente grave, del ciclo económico argentino. Pero, por otra parte, la depresión aceleró el advenimiento de una nueva fase en la división internacional del trabajo y acarreó con ella toda una etapa en la que las transiciones interraciales perdían importancia. Como ya se ha visto, a que el crecimiento, en la fase previa había llevado a la Argentina a un alto rango la economía mundial, fue más lento durante la depresión. A raíz de la retracción general del comercio y el advenimiento de una nueva división internacional del trabajo en el sector agrario, las exportaciones perdieron parte de su importancia. Otra manera de visualizar como la economía argentina se iba cerrando en su aspecto comercial es la reducción de los coeficientes de importación. En proporción al PBI, las importaciones bajaron. La caída fue particularmente fuerte en importación directa de bienes de consumo. El capital extranjero privado de largo plazo, prácticamente, dejó de invertir en Argentina, si se lo mira en términos de balanza de pagos. Sin embargo, basándose en otras fuentes de financiamiento, el capital extranjero jugó un papel importante en la expansión de la industrialización manufacturera a través de empresas trasnacionales y capital europeo migratorio.

El lento crecimiento de la producción y los ingresos iba de la mano con bajas tasas de inversión.

Dentro del sector ganadero también un desplazamiento hacia la engorda de ganado más refinado, dado que las cuotas de exportación mantuvieron el mercado de carne refrigerada, pero redujeron apreciablemente el de la carne congelada. Una consecuencia de este desplazamiento relativo de agricultura hacia el engorde extensivo del ganado es la expulsión de la mano de obra. Es imaginable que la contribución de esta mano de obra desplazada hacia las actividades industriales y de la construcción haya sido importante para llenar la brecha dejada por la merma en las migraciones internacionales.

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