La existencia desde una nueva perspectiva

La existencia desde una nueva perspectiva

La existencia por definición es “el mero acto de existir”, proviene del latín existentia que está formada por “ex” (afuera) y “stare” (estar derecho). Se destacan distintos filósofos que contribuyen a la idea de la palabra otorgándole su propia explicación. No obstante, el ser humano tiene la capacidad de percibir y darle un significado según sus propias creencias y razones. Es importante observar y contemplar algunas de las definiciones por filósofos que han prevalecido a lo largo del tiempo para poder llegar a una explicación a raíz de una de ellas, analizar el propósito en sí de la palabra y si es posible su tamaño de carácter simbólico con base en una analogía geométrica.

“Pienso, luego existo”, frase memorable de René Descartes, quien asegura que de lo único que no podemos dudar es que dudamos y por consecuencia, si dudamos, el pensamiento existe y uno como ser también.

Por otro lado, Karl Jaspers plantea que las preguntas que se hacen de ¿quién soy? ¿qué quiero? y ¿cómo estoy en el mundo? aseguran la consciencia del existencialismo. 

Para Federico Nietzche y Soren Kierkegaard la existencia era previa a la esencia. Esto quiere decir que las cosas existen y luego se les asigna un significado.

En el caso de los empiristas, planteaban que la existencia nace de la experiencia y basado en la definición anterior se puede decir que existir es encontrar el sentido de la vida. Desde el momento en el se nace, la historia comienza y se queda como una huella marcada para siempre. Las emociones, aventuras, momentos y decisiones de cada segundo son los factores que forman, dejan experimentar con el fin de sentirse vivo y pleno.

No todos tienen el conocimiento de saber a que se viene al mundo ni cuál es el objetivo, pero todos viven, crecen y llenan la vida de recuerdos. El propósito de existir es encontrar el camino a seguir para llegar a la felicidad y enriquecerse de sabiduría para poder mejorar cada día, tener las ganas de despertarse y cumplir lo que en el día anterior no se pudo. A su vez, va de la mano con las nuevas experiencias que se construyen, ya sea de amor, amistad, cultura, social o cualquier otro aspecto.

Medir es “comparar una cantidad con su respectiva unidad, con el fin de averiguar cuántas veces la segunda está contenida en la primera” esta definición se basa a partir de algo cuantificable mientras que, la existencia es algo subjetivo por lo que no se puede medir.

Si se tratara de “medir” la existencia sería a través de cada instante que se permanece en este mundo. Tal vez y no haya un número o cantidad exacto como respuesta ya que, para cada persona, la cantidad sería muy diferente. No existe un libro que registre cada recuerdo, cada expresión o cada paso de la vida, pero al final la memoria permite registrar aquellos momentos especiales, importantes o significativos que al final son los que dan ganas de seguir viviendo, experimentando, y eso es existir.

No hay fórmula con la cual se pueda obtener un resultado sobre el tamaño o quizá el peso, pero lo que si se puede medir es lo que la conforma. Digamos que la existencia es un círculo que va aumentando el tamaño de su circunferencia. En el caso de la vida como ser humano, el círculo es sumamente grande por todo lo que somos, hacemos, sentimos, y vivimos. La cantidad de lágrimas, amores, sonrisas, enojos, pasos o inclusive latidos de corazón es un número quizá específico pero que jamás se podrá contar en su totalidad. Es así por lo que la memoria no conserva ese tipo de elementos precisos, sino se enfoca en lo más importante de nuestras vidas.

        Todo el contenido del círculo permanece porque se cuestiona y se piensa. Cada momento pasa por un proceso psicológico que retiene y procesa la información para hacerlo suceder. Pensándolo es la única manera de hacerlo existir y, por lo tanto, cada cifra de ideas o pensamientos son reflejo de aquella medida.

Existir es tener vida y si es así, entonces la vida es el tamaño de la existencia. Cada uno es dueño de si mismo y de las decisiones que se toman, en donde cada una influye directamente en aquel círculo. Esto hace a cada ser humano único en su totalidad al tener la libertad de hacerla crecer y conformarla para ser feliz.

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