La flor que afecta una estrella.
Diana MizukiEnsayo13 de Noviembre de 2017
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- Nombre de la escuela: Carl Rogers.
- Materia: Seminario de la formación del psicólogo.
- Titular: Lic. Lizeth Yasmith Guevara Cervantes.
- Alumna: Valenzuela Ibarra Diana Carolina.
- Fecha de entrega: 04/09/2017.
- Nombre del libro: Cartas a una joven psicóloga.
- Autor: Ignacio Solares.
Carta I[pic 4]
La flor que afecta una estrella.
-Resumen:
Y es que, hay que reconocerlo, las definiciones y los rumbos de la psicología son de lo más disímiles y casi nadie se pone de acuerdo en nada.
Que si es el estudio del alma (Aristóteles). ¿Pero cuál alma?, se preguntan los conductistas. ¿Quién la ha visto? (¿Tú has visto el alma de alguien?) Viendo al actuar, el hombre es de puros aspavientos, reacciones a estímulos exteriores, reflejos condicionados, los cuales se mueve o saliva como el hambriento perro de Pavlov cuando le sonaban la campanita antes de llevarle unas ricas croquetas. Por el contrario, será que nuestra mente es una especie de gran mar, con apenas unos cuantos islotes y palmos de agua apacible iluminados por el sol. Pero, piénsalo, tal vez lo que predomina en nuestras motivaciones es el instinto de poder, de dominio de los demás. ¿De dónde surge esa predisposición que nos lleva o incluso nos obligan a dedicar nuestras vidas a una actividad determinada, porque sabemos que sólo ejerciéndola nos sentiremos realizados y felices, dando a nuestros semejantes lo mejor que poseemos, sin la angustiosa sensación de desperdiciar nuestras vidas? ¿Y tendrá todo esto que ver con "algo más", en el sentido que dan las religiones al término? Preguntas que son como la apertura en el ajedrez; las cuales te encadenan y condicionan las siguientes jugadas, los ataques y las defensas, la protección o el lanzamiento de tus piezas más valiosas, además de que quizá te arriesgas al jaque mate del pastor sin darte cuenta, sólo puedo desearte que ames enloquecidamente la profesión que elijas.
-Conclusión:
Ver de un punto de experiencia a una persona que paso de fuertes frustraciones futuras para, maty. El pensar y discutir de temas, si un médico habla algo relacionado sobre su estudio lo escuchan y ponen atención, pero si un psicólogo habla sobre un caso lo ven mal, piensan que este está loco jamás digas que quieres estudiar la psicología. La mitología de monstros es del dichoso Freud. Todo es una base de aceptación de la humanidad correcta. Nuestros sueños y pensamientos son definitivamente diferentes, todos tenemos un sueño, pero si eso se uniera tendríamos un sueño universal, pero además del estudio de la psicología es difícil, pero se debe de tener más experiencia porque en si no títulos son los que los brindan así que fácilmente el psicólogo es su propio paciente, debes de sentirse feliz y realizado. Nunca debes de perder la vista de tu objetivo, ser todo más fácil a la vida; vida, muerte. Hay que parental la psicología con la literatura es lo más valioso de esta. “Simplemente se trata de que el psicólogo sea su paciente”
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Carta II
El descubrimiento del inconsciente.
-Resumen:
Los poetas le abrieron el camino hacia el alma infantil:
El artista se refugia, como el neurótico, en ese mundo fantástico de la infancia, huyendo de una realidad poco satisfactoria; pero, a diferencia del neurótico, sabe hallar el camino de regreso a la realidad. Además, al mostrar el inconsciente en sus obras de arte, consigue un espejo para reflejarnos todos.
Al mostrar que, en el hombre adulto, supuestamente razonable y formal, sobrevive siempre un niño, Freud proyectó una nueva luz sobre el drama humano. Por eso el origen de toda neurosis se remonta a la infancia y guarda una relación directa con nuestros primeros amores, o desamores.
En consecuencia, los psiquiatras rigurosos que saben poco de los personajes del teatro griego le tuercen el gesto y prefieren aplicar electroshocks al paciente, en lugar de perder el tiempo averiguando cuánto lo traumó su mamá por no acariciarlo nada, o por acariciarlo demasiado.
La frontera entre locura y razón se difuminó. ¿Cuáles locos? ¿Cuáles cuerdos? Por eso Freud llamó a este juego (truculento) represión. Recuerda el refrán, que ya mencionábamos: "no hay peor ciego que el que no quiere ver". Gracias a esa represión, el monstruito desaparece de nuestra vista.
Cuando Freud estudiaba medicina a finales de la década del 1870, se creía que las enfermedades mentales tenían un origen puramente físico. "Las enfermedades mentales son enfermedades del cerebro", decía Griesinger, decano de los psiquiatras del siglo xix, con un gran prestigio. Otro caso famoso, ya que fue de los primeros en la historia del psicoanálisis que se conoce como el de Ana O. Y que Freud atendió en colaboración con su colega, el doctor Breuer, trata de una paciente joven y guapa que sufría los más graves síntomas de la histeria: parálisis, convulsiones, inhibiciones, obscurecimiento de la conciencia.
Los sueños nos proporcionan otro claro ejemplo de los procesos primarios con que el Ello se procura placer, o por lo menos disminuye la tensión interior. La literatura ha dado muchas y muy bellas descripciones de nuestro dormir y soñar. Escucha ésta, de Petronio, que es mi predilecta: "El alma, sin el cuerpo, juega". O como dijo Shakespeare: "Estamos hechos de la misma sustancia que nuestros sueños". Borges, por su parte, dice que los sueños son una obra estética; quizá la expresión estética más pero el psicoanálisis no se reduce a los casos graves. A partir de que diluyó la frontera entre lo¬ cura y razón, también se ocupa de la vida cotidiana, a la que ilumina de manera insospechada con significados ocultos.
-Conclusión: [pic 6]
Bien decían que la mejor, grande y hermosa literatura era de la certeza, la intuición de los artistas, del inconsciente, pues Freud era un gran virtuoso y le otorgaron un premio el cual lo hizo tan famoso un diccionario. La literatura es y será muy abierta, y el psicoanálisis es muy grandioso; todo hombre tiene un dolor, un gran dolor del que varios no quieren saber nada en absoluto, claro no todos los hombres eran sanos, eso era una idea del “racionalismo, de religión y doctores los cuales tenían sus pensar, y de sus ideas”.
Freud decía que los niños eran “polimorfos perversos”, puesto que donde sea que se le observaba era un niño mal. Ya hace tiempo Frank Kafka escucho desde muy lejos una voz de su padre, pues este le dejo una marca.
Esta carta tiene casos relativamente interesantes los cuales eran el de una joven enamorada de su cuñado, y otro caso famoso el cual fue de uno de los casos más destacados y famoso de una joven que sufría de varios trastornos, pues los trastornos críticos eran muy profundos.
Cada uno habla de manera diferente y tiene un comportamiento diferente con sus amigos, familia, etc. Y nos ponemos cada uno de nosotros una máscara para ocultar nuestros rostros de dichas profundidades y de nuestros trastornos y muchísimos de nuestros sentimientos.
Y nos dice un caso más de un chico el cual no soportaba para nada las brujas, puesto que les tenía un pavor, este chico se dio cuenta que su mama era la dichosa bruja, pues debemos de entender el análisis.
Y una opción de un pequeño niño que se le da a escoger entre un helado y carrito, y el pequeño escoge el carrito dentro del su helado; y por supuesto se aplica el análisis según Freud.
Freud nos escribe “el principio del espacio son principios del tiempo, los impulsos, los deseos, son formas necesarias, no hay ningún reconocido, instintivos de cómo se comportan”.
Y comentaban que los sueños nos proporcionaban deseos a nosotros sin despertar, y que los deseos sexuales son lo más frecuentes en nosotros, pues son estos los cuales deseamos a personas prohibidas.
La maravillosa literatura nos da varias cosas para soñar, con lo nosotros estamos hechos de una sustancia para soñar, pues varios escritores que hablan de los grandes sueños y experiencias hablan más del cielo que del infierno.
Pues los escritores están “condenados” a escribir todo lo que viven.
Al final mary debía de leer los libros para ir juntos en su trayecto.
Carta III[pic 7]
El caso del pequeño Hans.
-Resumen:
Tan trascendente como abrir y mirar por primera vez el interior del cuerpo de un hombre, fue ese estudio de Freud. La información obtenida en el trabajo con pacientes adultos sobre el complejo de Edipo lo obligaron, decía Freud, a la "necesidad científica" de comprobar su teoría en el examen directo de un niño. Y así fue como salió a escena el pobre Hans. A los cuatro años de edad, pocos meses después del nacimiento de una hermanita, Hans desarrolló un miedo fulminante a salir a la calle. Los psicólogos lo llaman agorafobia: miedo a los espacios abiertos. ¿Pero miedo exactamente a qué? El miedo es ubicable: tiene un objeto que nos amenaza, sea el que sea: una fiera, un asaltante, una enfermedad. La angustia en cambio es difusa, no tiene un rostro del cual huir; en ocasiones, peor, crea la necesidad de huir de todos los rostros, lo primero que intentan los psicólogos con sus pacientes es transformar la angustia en miedo: encender una pequeña vela en las tinieblas que los rodean (Esta es la primera vela), las demás no harán sino completar y complementar el trabajo de iluminación. Si permanecía encerrado en su casa (acostado en su cama, y con su mamá haciéndole "cariñitos") se evitaba el espanto de "ver" siquiera un caballo en la calle. Este detalle impresionó a Freud puesto que consideraba al caballo como símbolo de la sexualidad masculina. Todo empezó con el nacimiento de la hermanita, hay que recordar, como te decía, que de niño el propio Freud había deseado la desaparición de su hermano Julius; cuando el bebé murió, Freud experimentó profundos sentimientos de culpa y concluyó que, en menor o mayor medida, todos los niños albergan sentimientos homicidas hacia sus hermanos menores.
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