La formación que tienen los maestros es variada y está marcada en muchas ocasiones por la inicial

 Navia, C. (2006).Incertidumbre y formación: En autoformación de maestros en los márgenes del Sistema educativo. (Pp.166-203). México: Ediciones Pomares

RESUMEN REFLEXIVO

     La formación que tienen los maestros es variada y está marcada en muchas ocasiones por la inicial; esta lectura da paso a la reflexión sobre nuestra propia formación y trastoca varias ideas que rodean al docente durante los años posteriores a ésta.

Plantea la incertidumbre de la relación que existe entre los saberes del maestro y  su práctica, en este marco Navia (2006) nos dice que se demandan conocimientos que vienen de diversos dominios, mayor versatilidad, flexibilidad en el desempeño laboral y diversas formas de autonomía en el ejercicio profesional. Se deja  claro que en la actualidad el docente es responsable de su competencia, de su formación continua; la incertidumbre que se genera en el docente gira en torno a la pérdida de capacidad para manejar los conflictos en su ámbito laboral.

Por otro lado Navia (2006) plantea la existencia de espacios de anonimato, que son los espacios en los que se propician procesos de formación entre maestros; estos no necesariamente son geográficos,  una plática en cualquier lugar puede ser considerada un espacio de anonimato; pueden estar disfrazados como un encuentro furtivo pero aun así tienen una relevante importancia, pues se da una interacción formativa entre docentes.

Los espacios del anonimato cumplen ciertas condiciones como son: no se dan en la escuela, ni en una reunión colegiada, es un intercambio casual de opiniones, se establece un dialogo en un sentido formativo; en este caso Navia (2006)  nos deja en claro que es visto como un espacio de interacción colaborativo, en el que se tiene la libertad de expresar los problemas y las vivencias que tiene el docente.

Como maestros hemos caído muchas veces en el discurso del error sin darnos cuenta; la lectura plantea una forma clara en la que los docentes menos precian sus saberes vivenciales por considerarlos errores de su práctica, por un lado plantea que la critica que surge en los docentes acerca del reconocimiento de sus errores está muy articulada con la idea de la existencia de un saber profesional, dejando ver la relación entre saber y error.

De esta manera caemos en la reflexión que los saberes experienciales  son vistos como un error gracias al programa oficial en un intento de profesionalización en el que plantea un tipo ideal del maestro, inalcanzable; como lo menciona Navia (2006)  deslegitimizando los saberes alcanzados por el maestro en su práctica docente. Todo esto nos lleva a institucionalizar el error, dicho de otra manera, lleva al docente a creer que los saberes que aprendió de sus vivencias no tienen el mismo valor que los saberes que se aprender en los cursos, en los talleres o en el marco de lo teórico, sometiéndolos a ser ellos mismos los encargados de vigilar y medir sus saberes.

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