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La reproducción social (calidad de vida) y la salud

andregomez3813 de Agosto de 2013

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Los determinantes fundamentales. La reproducción social (calidad de vida) y la salud

El conocimiento objetivo de la salud y sus problemas debe relacionar las formas de vida o de reproducción social que caracterizan a los diferentes grupos sociales, sus patrones de trabajo y consumo, sus modalidades de actividad práctica, sus formas organizativas y su cultura con el comportamiento de sus organismos y las enfermedades que los afectan. Tanto las modalidades de vida, en cuyo seno cobran existencia los procesos destructivos o deteriorantes, como los patrones de enfermedad que los expresan, son característicos en cada conglomerado o clase social.

Los miembros de cada clase social, de acuerdo con su especial modo de inserción en la esfera productiva, con sus patrones característicos de consumo, con sus formas específicas de organización y cultura, se desenvuelven en medio de un sistema contradictorio, en el que se oponen, por un lado, los bienes o fuerzas benéficas que protegen y perfeccionan su salud y el avance de sus procesos biológicos y, por otro, los aspectos destructivos que los constriñen y deterioran. Es precisamente ese sistema de contradicciones entre bienes y valores de uso que disfrutan y fuerzas deteriorantes (contravalores) que padecen, a lo que se ha denominado “perfil de salud-enfermedad”. Por fin, el conjunto integrado por el sistema de contradicciones (reproducción social) que modela la calidad de vida y los patrones de salud-enfermedad resultantes se denomina “perfil epidemiológico” .

La nueva epidemiología comprende la producción de enfermedades en el plano de lo colectivo y para hacerlo tiene que construir una idea científica de los procesos que operan como determinantes de las mismas. Tiene que rebasar el plano de los fenómenos empíricos, donde los llamados factores de enfermedad aparecen como abstracciones desconectadas y debe ampliar la explicación del principio de causalidad. Los aspectos más importantes de esta nueva visión son:

(205) la formulación de problemas epidemiológicos, que explican la génesis de la salud colectiva como partes integrantes de la vida social general, y la interpretación de que las causas de enfermedad no son entidades estáticas que pueden abstraerse formalmente, sino que tienen que ser interpretadas como parte del movimiento global de la vida social, que para poder transformarlas es indispensable comprender las leyes específicas de los procesos biológicos que se desarrollan en el seno de esa vida social más amplia. Por tanto, el trabajo de investigación epidemiológica que se realiza, no debe separar totalmente el estudio de la parte (la salud-enfermedad), del todo en que ésta existe, sino que debe observarla como producto de su vinculación con el todo. Vista desde este ángulo, la salud-enfermedad tanto la colectiva como la de los individuos, es una parte del todo social, y los fenómenos epidemiológicos que observamos en esa parte, en un momento dado, son dimensiones de la realidad con historia y futuro. La parte (objeto salud-enfermedad) es producto de su propia historia y de la historia del todo, el cual subordina el movimiento de la parte. El movimiento social general contribuye a explicar el desarrollo de la vida en los grupos constitutivos y la comprensión del avance de la vida en esos grupos contribuye a explicar la producción de trastornos de la salud que ocurren en los individuos Entonces la interpretación epidemiológica no se reduce a la búsqueda de conexiones entre partes, como las condiciones de agua y enfermedad diarreica aguda, sino que comprende que, si bien el todo social se compone de partes que podemos describir y medir empíricamente, la participación de esas partes en el todo genera una realidad compleja, superior, que resulta con cualidades, diferentes a la de las partes, aunque depende de estas para su existencia. El pensamiento científico, de esa forma, no sólo logra explicar la unidad de la realidad, sino que traduce las relaciones necesarias y jerárquicas entre los procesos que la conforman.

Al comprender la epidemiología de este modo, no sólo desaparece la falsa dicotomía entre lo social y lo biológico, sino que también se disipa la falsa relación entre lo general

(206) y lo individual que plantean las escuelas epidemiológicas convencionales. Es así puesto que la epidemiología científica establece que la realidad social no es la suma de lo observado en los individuos y luego relacionado estadísticamente, sino que, en realidad, los procesos individuales se entrecruzan y surgen como resultantes de fuerzas las económicas, políticas y culturales que operan como un todo, por encima de las circunstancias y voluntades individuales. Es decir, las condiciones y posibilidades individuales se funden en un todo social, en una medida total resultante común, que no anula la participación de lo individual, ya que los contingentes de los individuos contribuyen a esa resultante.

Las escuelas epidemiológicas tradicionales estudian la variación de factores aislados y comportamientos individuales a los cuales aíslan y reifican para poder manejarlos empíricamente, convirtiéndolos en “entidades causales”, en las que se establecen mediciones y se calculan magnitudes que son introducidas en los modelos matemáticos de asociación causal, de tal forma que la variable empírica adquiere el estatuto de ley epidemiológica. Es decir, la forma, lo probabilística, copa la explicación epidemiológica. La teoría epidemiológica moderna reconoced la relación dialéctica que ocurre entre las fuerzas determinantes más amplias y la posibilidad de que existan fenómenos singulares en los individuos; o sea, reconoce la necesidad de observar las leyes históricas de la producción y la organización de la sociedad para explicar las causas más profundas de la enfermedad, pero también reconoce que el único camino para comprender lo específicamente epidemiológico es saber cómo es que los procesos biológicos actúan y se transforman en el seno de ese movimiento más amplio, para originar los fenómenos epidemiológicos. Es así, porque el hecho de que operen leyes económicas, políticas y culturales en la base del movimiento epidemiológico, no quiere decir que no queda campo para que lo biológico no defina, como parte decisiva, su propia realidad. Por

(207) consiguiente, si bien los procesos de la naturaleza donde se desenvuelven la vida de una población y los procesos biológicos de carácter fisiopatológico y etiopatogénico que ocurren en los organismos de los actores de la vida social, se subordinan como parte de los procesos de la vida social más amplia, también participan como determinantes de esa vida y como condiciones decisivas del comportamiento epidemiológico. Esa forma de entender la relación entre lo social más general y lo biológico rompe con la idea de que entre esas dos instancias hay una separación como la que existiría entre esas dos partes distintas del mundo, que sólo se tocasen exteriormente. Por el contrario, entre lo social más amplio y lo biológico hay un profundo entrelazamiento. Lo anterior lleva a entender también de un modo distinto la relación entre los fenómenos colectivos y los fenómenos individuales respecto a la génesis de las enfermedades. Aquí acontece algo semejante a lo que sucede en el mundo de lo físico, donde, por ejemplo, la estocasticidad (lo imprevisto) de los movimientos moleculares en un gas subyace las leyes completamente determinísticas de los gases que relacionan temperatura, presión y volumen “…por tanto, los procesos aleatorios pueden ser las base de procesos determinados y viceversa” . Lo que sucede es que, de la misma manera que el movimiento de una molécula es consecuencia de la conjunción de un vasto número de procesos determinantes, cada uno independiente del otro y todos los cuales se combinan para producir la historia de esa partícula, historia que está determinada por el conjunto pero que es especialmente independiente de los procesos aislados, así mismo el surgimiento y distribución de condiciones epidemiológicas y enfermedad se dan en medio de una trama de procesos determinantes individuales y específicos. Un proceso puntual que participa en la producción de salud-enfermedad no es independiente respecto al conjunto de procesos delimitados por una ley epidemiológica más amplia, pero sí es aleatorio o libre respecto a cada una de las determinaciones más puntuales. Es importante

(208) comprender, en este sentido, que nuestras condiciones biológicas especiales, a diferencia de las que caracterizan a otros organismos, nos ha permitido un desarrollo histórico consciente, con el cual hemos trasformado los límites de la naturaleza y ampliado la libertad.

En este punto cabe un comentario sobre la relación entre reproducción social en una sociedad y la salud. La reproducción social analiza el movimiento de la vida social en un espacio histórico-natural concreto y permite formular el sistema de contradicciones que determinan ese movimiento.

La reproducción social se interpreta en dos dimensiones: la gran reproducción social en el nivel general, que en el caso de nuestras sociedades adquiere el carácter histórico de acumulación de capital, y dentro de ésta, las formas de reproducción social particulares de los grupos o clases específicas que la conforman. Estas últimas constituyen un sistema multidimensional de contradicciones que abarca, como eje de la determinación, el movimiento dialéctico de producción-consumo mediado por la distribución y que incluye también las relaciones con el entorno o medio geográfico o territorio (condiciones naturales externas), las relaciones político-ideológicas que definen las contradicciones

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