Labor docente preescolar

EL QUEHACER DEL DOCENTE EN PREESCOLAR

La labor como docente en preescolar trae por sí misma una gran responsabilidad, ya que consiste en trabajar con seres humanos (niños) para generar su crecimiento y madurez en todas las áreas de desarrollo; es decir, promover todas las potencialidades que le corresponden a su naturaleza y esencia humana.

Para poder lograr lo anterior, nosotros como docentes de preescolar tenemos que basar nuestro trabajo en diversos ámbitos de acción, tales como:

• El que nuestra labor como docentes en preescolar se refiera primordialmente al desarrollo armónico del niño, implica formar personas íntegras, promoviendo su madurez y enseñándoles a ejercitar su libertad de modo inteligente, es decir promover el recto ejercicio de la libertad, basándose no en lo que “pueden hacer” sino en lo que “deben hacer”, generando así que el niño asuma la responsabilidad de sus decisiones y formando a la vez  su conciencia y criterio.

• Promover una formación moral a través del buen ejemplo, con el fin de transmitir valores y virtudes a los niños para generar pautas de conducta correctas; ya que si bien es cierto que la palabra enseña, el ejemplo arrastra. De aquí que sea importante preocuparnos primero por nuestra formación personal (intelectual y moral) para poder transmitir este estilo de vida (forma de pensar y actuar) a los niños.

• Es nuestro deber impartir una educación diferenciada y adaptada a las características individuales de los niños, diseñando instrumentos adecuadas a cada situación personal; tratando a cada alumno de modo personalizado, dedicándole tiempo y un trato directo. Si el grupo es numeroso, se puede lograr con una mirada, gestos, expresión del rostro…

• Debemos enseñar a pensar y actuar sobre contenidos significativos, es decir que el alumno le de un para qué al conocimiento, de esta manera se generará un aprendizaje vivencial.

• Otra de nuestras funciones es fomentar la alegría de conocer, estimulando la voluntad de aprender e inspirando en el alumno el interés por conocer más; es decir, enseñar motivando a los niños a desarrollar sus capacidades, a través de actitudes por parte del docente basadas en el buen humor, la serenidad y la paciencia.

• A su vez debemos ayudar al niño a que se vuelva autónomo, independiente y capaz de “aprender a aprender”, promoviendo experiencias sociales en las que el niño pueda relacionarse con los demás.

• Es nuestra labor brindar una educación sin prejuicios ni etiquetas, enseñando a respetar la pluralidad, dar educación cívica e inculcar bases culturales, a través de una actitud ética, tolerante y de respeto hacia los alumnos.

• También es nuestra labor esforzarnos por los alumnos que tienen problemas en su aprendizaje, con el fin de saberlos encaminar o en su caso prevenir el aumento de su problema.

• Para poder desempeñar nuestra labor exitosamente, es decir, educar con calidad a través de una metodología que fomente la aptitud de vivir en común y la realización individual, es necesario contar con una formación y actualización didáctica: saber cómo trabajar en el aula, cómo planear el trabajo, realizar adaptaciones curriculares, diseñar una metodología adecuada, realizar una evaluación permanente y diseñar estrategias de intervención en función del aprendizaje del alumno; basándonos en un conocimiento didáctico integrador.

En conclusión, para que nuestra labor sea una experiencia global, de calidad y que dure toda la vida, considero que debemos enfocarnos en los 4 pilares de la educación que maneja el autor Jaques Delors en su libro “La Educación encierra un tesoro” y son:

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