Lic En Psicologia
paraguero20154 de Abril de 2015
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El libro trata principalmente de los aspectos individuales de los dos modos básicos de la existencia, pero en los capítulos finales me refiero a la importancia de estos modos en la formación de un Hombre Nuevo y de una Sociedad Nueva, y estudio las posibilidades de ofrecer alternativas al individuo enfermo y débil, y al catastrófico desarrollo socio económico del mundo.
La gran promesa, su fracaso y nuevas opciones el fin de una ilusión
La época industrial no ha podido cumplir su Gran Promesa, y cada vez más personas se dan cuenta de lo siguiente:
• La satisfacción ilimitada de los deseos no produce bienestar, no es el camino de la felicidad ni aun del placer máximo.
• El sueño de ser los amos independientes de nuestras vidas terminó cuando empezamos a comprender que todos éramos engranes de una máquina burocrática, y que nuestros pensamientos, sentimientos y gustos los manipulaban el gobierno, los industriales y los medios de comunicación para las masas que ellos controlan.
• El progreso económico ha seguido limitado a las naciones ricas, y el abismo entre los países ricos y los pobres se agranda.
• El progreso técnico ha creado peligros ecológicos y de guerra nuclear; ambos pueden terminar con la civilización, y quizás con toda la vida.
Debe despertar nuestra conciencia el hecho de que todos nos volvemos más inhumanos a medida que nos convertimos en superhombres”.
¿Por qué fracasó la gran promesa?
Premisas psicológicas:
1) La meta de la vida es la felicidad; esto es, el máximo de placer, que se define como la satisfacción de todo deseo o necesidad subjetiva que una persona pueda tener (hedonismo radical);
2) El egotismo, y la avaricia, que el sistema necesita fomentar para funcionar, producen armonía y paz.
La teoría de que la meta de la vida es satisfacer todos los deseos humanos fue francamente proclamada, por primera vez desde Aristipo, por los filósofos de los siglos XVII y XVIII. Este concepto pudo surgir fácilmente cuando “ganancia” dejó de los rasgos de carácter engendrados por nuestro sistema socioeconómico, o por nuestra manera de vivir, son patógenos y a la larga enferman al individuo y, por consiguiente, a la sociedad.
¿Qué es bueno para el desarrollo del sistema?
Esta interpretación se vio reforzada por una interpretación subsidiaria: que las cualidades mismas que el sistema requería de los seres humanos (egotismo, egoísmo y avaricia) eran innatas a la naturaleza humana; por ello, no sólo el sistema, sino la misma naturaleza humana las fomentaba: se suponía que las sociedades en que no existía el egotismo, el egoísmo y la avaricia, eran “primitivas”, y sus habitantes eran como “niños”.
Hoy día la gente se siente atraída por los objetos mecánicos, por el poder de las máquinas, por lo que no tiene vida, y cada vez más por la destrucción.
La necesidad económica de un cambio humano
El argumento que hemos expuesto aquí dice que los rasgos de carácter engendrados por nuestro sistema socioeconómico, o por nuestra manera de vivir, son patógenos y a la larga enferman al individuo y, por consiguiente, a la sociedad.
Mesarovic y Pestel concluyen, además que estos cambios económicos sólo son posibles “si ocurren cambios fundamentales de los valores y las actitudes del hombre, corno una nueva ¿Ética y una nueva actitud hacia la naturaleza.
”Una nueva sociedad es posible sólo si, en el proceso de desarrollarla, también se forma un nuevo ser humano, o en términos más modestos, si ocurre un cambio fundamental de la estructura de carácter del Hombre contemporáneo.
E. F. Schumacher: Su demanda de un cambio humano radical se basa en dos argumentos: nuestro actual orden social nos
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