Los Coristas

Los Coristas.

Para empezar, debo decir que los coristas de esta película son muy particulares. Bastante jóvenes, variados tonos de voz, múltiples personalidades, y sobre todo, con infinitas aventuras y sentimientos. ¿Y lo mejor?, es que esta crónica no sería mucho sin otros personajes, que de buena o mala manera, formaron a estos pequeños grandes coristas, en su juventud. Y es de esto, de donde nacieron mis ideas, entendimientos, críticas e hipótesis, sobre lo que yo pude observar y analizar en esta emocionante historia, las cuales daré a conocer mientras voy relatando la película vista.

Cuenta el relato escrito en un diario de vida de un humilde profesor, llamado Clement Mathieu, catalogado por el mismo como un músico frustrado después de varios años de fracasos, quien llega a ofrecer sus servicios al reformatorio llamado “El fondo del estanque”, donde se encontraban jóvenes de distintas edades y de distintas procedencias; algunos huérfanos, otros abandonados al llegar ahí, y también algunos que eran visitados en ciertas fechas por sus padres.

Al llegar todo comienza mal, un agradable hombre que sale a recibir a Clement a la entrada de la escuela, el cual era el encargado de muchas funciones como guardia, enfermero, encargado de almacén, entre otras, cae en la trampa de un alumno y tiene que dejar su puesto por un tiempo por salir herido en un ojo, a lo que el profesor nuevo, en su puesto de vigilante, queda con más responsabilidad.

Luego el director, quien se puede observar en toda la película que es una persona con un carácter difícil y dominante, y totalmente lleno de prejuicios al decir siempre que los alumnos no tenían remedio, o catalogar a algunos como inútiles, dio la orden de tocar la campana para hacer formar a los alumnos y preguntar quién fue el responsable de la trampa donde calló el guarda, pero se eligió un niño al azar para ser castigado en el calabozo por no encontrar al culpable. El pequeño elegido solo reclama un poco y después sigue la orden en silencio.

Aquí acabamos de observar rápidamente un aprendizaje por asociación, en la situación de que los alumnos al escuchar la campana van a formarse sin recibir ninguna orden directa, denominado Condicionamiento Clásico, específicamente Reflejo Condicionado por Pavlov (Santa Maria, 2001), donde se recuerda la frase “Cuando dos cosas suelen ocurrir juntas, la aparición de una, traerá la otra a la mente” (Aristóteles).

Siguiendo con la película, después de esa situación, el nuevo vigilante es informado sobre el verdadero culpable del accidente por otro docente del establecimiento, y decide guardar silencio por el momento. Luego, le hablan sobre el principio de reciprocidad “Acción – Reacción” aplicado a los alumnos, lo cual se repite a lo largo de la historia dicho por parte del director, quien era el que daba la orden de cumplir con esta idea.

Aquí nos podemos detener un poco más, para hacer un hincapié sobre este principio. Podemos deducir que en esto se puede ver claramente la aplicación de una metodología conductista, donde podemos hablar sobre la metodología experimental de Watson, no solo al escuchar decir al director que se aplique ese principio, sino también apreciando el hecho de ver que cuando el vigilante sin más remedio se dirige a conocer a su curso, al entrar al salón, se encuentra con un desorden inmenso pero el cual se detiene frente a su presencia, y así sucedía cada vez que una autoridad aparecía.

Claro está, que el principio que aplica el director funciona para mantener el orden, pero al mismo tiempo se puede analizar fácilmente de que esto solo funciona para corregir algo temporalmente, pero no a futuro, ya que si los alumnos quedaban solos en el salón, volvían a hacer desorden. Y aquí podemos hablar del Condicionamiento Operante de Skinner, quien sobre el enfoque de Watson del comportamiento observable, propuso en su teoría una metodología para reforzar o eliminar una conducta. Decía que si se buscaba que una conducta permaneciera, había que reforzarla, ya sea con un refuerzo positivo, que significa que el refuerzo, valga la redundancia, está presente, por ejemplo, dar premios o alabanzas luego de que se presente la conducta que se quiere mantener; y también está el refuerzo negativo, que es el que quitando una situación o sensación desagradable, logra que la conducta se mantenga, por ejemplo, está el condicionamiento de escape, que sería darle una galleta a un perro para que deje de ladrar, o el condicionamiento de evitación, que sería hacer ejercicio para lograr un estado físico deseado (Skinner).

También, dentro de este Condicionamiento Operante, está el castigo y el no refuerzo, y es aquí donde se observa el funcionamiento incompleto del principio del director de esta película, ya que se sabe, que si bien un castigo anula una conducta en el momento que es reprochada, si no se refuerza paralelamente con una conducta alternativa, puede generar resultados negativos, los cuales se reflejan en la actitud de la mayoría de los niños de la historia, como frustración, agresividad, o simplemente un deterioro del aprendizaje (Skinner).

El profesor Clement, luego de tener un percance por tropezar entrando a la sala en su primer día, logra darse a conocer a sus alumnos tal

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