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MARCAS EN EL CUERPO


Enviado por   •  5 de Mayo de 2013  •  2.667 Palabras (11 Páginas)  •  354 Visitas

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Título: Marcas en el cuerpo

Sub título: Huellas en el camino de la vida

Resumen:

El paso de la adolescencia deja marcas y muchas veces éstas quedan inscriptas en el cuerpo. ¿Por qué la necesidad de marcar el cuerpo? ¿Qué busca el adolescente al marcarse? ¿Por qué el cuerpo? Muchas son las preguntas que nos hacemos como adultos y educadores. No tenemos todas las respuestas pero consideramos que reflexionar sobre este tema es de vital importancia en nuestro rol y más aún el diálogo que podamos entablar con los jóvenes.

“Caminante, son tus huellas

el camino nada más caminante no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino, sino estelas en la mar”.

Antonio Machado

El texto de Machado hace referencia al paso de la vida. A las huellas que uno mismo inscribe en su transitar. Huellas que dejan marcas. Marcas que tienen diferentes significados y que quedan plasmadas en las diversas etapas. Una de ellas, la adolescencia, etapa de grandes cambios biológicos y psicológicos. En la adolescencia vuelve a aparecer el deseo sexual pero esta vez el cuerpo está preparado desde lo genital (aspecto biológico) por lo que habrá que ver qué salida hace al respecto. En este caso la remoción hará posible la tramitación del incesto y desplazará su deseo a otra parte, normalmente en una persona del sexo opuesto que no pertenezca al grupo familiar. Se evidencian además notables cambios físicos relacionados con la pubescencia (aparición de vello, aumento de las mamas, de las caderas, cambios en la voz, etc.).

Los cambios psicológicos hacen referencia al sujeto y su historia porque se vuelven a entretejer el pasado, presente y futuro con consecuencias verdaderamente fuertes porque implican pérdidas o duelos. Aberastury plantea cuatro duelos fundamentales como por ejemplo: Duelo por la pérdida del cuerpo infantil, duelo por la pérdida de la identidad, duelo por la pérdida de los padres de la infancia y duelo por la pérdida de la bisexualidad.

Todos éstos dejan marcas en el sujeto que según el grado de fortaleza yoica que posea lo tramitará. El adolescente busca estrategias permanentes, a veces inconscientemente, utilizando diferentes mecanismos de defensa. Por eso se vuelve ascético (se niega a comer), se fuga, se autoflagela autodenigrándose, provocándose marcas que para él son importantes porque afirman su identidad. Son marcas que no se heredaron y que sin dudas permitirán forjar desde su necesidad esa identidad buscada. Comentamos aquí un hecho ocurrido en una escuela primaria privada de la Ciudad de Buenos Aires correspondiente a una población escolar de niños de clase media trabajadora:

El día jueves estaba finalizando y 7º grado se disponía a subir al aula cuando Milagros mostró, a su maestra María, el dorso de su mano que presentaba una mancha rojiza comentándole lo que le pasaba. Dicho planteo fue atendido por la docente quien la mandó a colocarse agua oxigenada. Al día siguiente María le preguntó a Milagros sobre el estado de su mano. Ésta respondió:

- Bien seño. Mirá, ya no la tengo más. (Milagros la extendió mostrándosela.)

El día martes de la semana siguiente, también al finalizar el recreo, Milagros expresó una queja señalando que Juan la había lastimado. El lugar que ella señalaba era el mismo que había referido antes con la diferencia de que ya no se trataba sólo de una mancha roja sino de una escoriación bastante marcada exhibiendo un queloide que mostraba uno de sus extremos levantados como si faltase una parte de la “cascarita”. Seguidamente la maestra interrogó a Juan al respecto y éste le expresó:

-Pero seño, esto es algo que tienen todos los chicos, fíjate. Yo no le pude hacer todo esto, Milagros ya lo tenía, yo solamente la “choqué” y fue sin querer.

Atenta a la afirmación de Juan la maestra durante la formación dirigió la mirada hacia las manos de los demás alumnos observando que más de uno presentaba cicatrices exactamente iguales a la forma de este queloide. Decidió entonces recurrir a algo comúnmente usado por ella cuando alguna situación lo amerita. Este recurso consiste en “hacer cuevita” donde todos los chicos sentados en el piso y dispuestos en círculos, charlan sobre un tema específico que preocupa. Durante ésta los chicos expresaron que esto surgió como imitación de la conducta del otro 7º (cabe destacar que en cada uno de los 7º se encuentra un hermano mellizo). Relataron que como uno comenzó a hacerlo los demás lo comenzaron a imitar. Que no había una razón en especial o al menos no la sabían explicar. La maestra entonces comenzó a hablarles al respecto, refiriéndose a los tatuajes y a los piercing, señalando la importancia del cuidado del cuerpo, (uno de los mellizos tuvo un piercing y ante la solicitud de la dirección se lo sacó) desde la salud. Los chicos mostraron interés en la conversación, asintiendo y mostrando acuerdo con el planteo de la docente.

Este hecho nos movilizó y decidimos ahondar en la información al respecto de: ¿Por qué las marcas? ¿Por qué en adolescentes? ¿Qué busca el adolescente al marcarse? ¿Por qué marcas en el cuerpo? ¿Qué función cumple el cuerpo? ¿Tiene que ver con la búsqueda de la identidad? ¿Busca pertenencia grupal con esto? ¿Por qué dañarse a sí mismo? ¿Qué quiere decir esa laceración? ¿Se oculta algo? ¿Qué quieren significar estas marcas? Estas son algunas de las preguntas que intentaremos responder en este artículo.

En el vínculo madre-hijo es en la libidinización que realiza la madre sobre su objeto de amor lo que nos señala el comienzo de la historia de la marca en el cuerpo. Hablamos de cuerpo-soma donde la instancia articuladora con el psiquismo es el afecto.

“La madre es una presencia envolvente y genera cambios. Las excitaciones de la piel producen movimientos de aproximaciones o separación. Los cuidados físicos influyen en el desarrollo. La caricia no es un simple roce, es un modelado. La madre siente al niño y éste a la madre. El niño al comienzo desconoce que su cuerpo es suyo, Luego lo reconocerá, pero este diálogo de a dos se da en un juego en espejo: la madre se reconoce como tal en su hijo, y el niño se revela a su madre y a él mismo. De allí la importancia

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