MODELO DE ATENCION PSICOLOGICA PARA PACIENTES AMPUTADOS
rocioccr14 de Agosto de 2013
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INTRODUCCION
La amputación es una incapacidad que puede afectar a los niños, a los adultos y a los ancianos, ya que ocurre a cualquier edad de la vida humana. La manifestación primaria es el niño que nace amputado congénito, con una extremidad o extremidades incompletas. La última ocurre cuando se amputa un miembro a un individuo de mucha edad en un esfuerzo para ayudar a que su vida se prolongue unos meses o años más.
Los factores que influyen en el cuidado y tratamiento de un niño que ha nacido sin un miembro son muy diferentes de los que afectan al tratamiento de un adulto con una amputación traumática sufrida como resultado de un accidente de automóvil, y son también diferentes los problemas del anciano que ha sufrido la amputación de un miembro en sus últimos años a causa de la diabetes. Se ve claramente que los problemas de la amputación dependen en gran manera de la edad cronológica del individuo y están específicamente relacionados con los atributos psicológicos y físicos que son característicos de su edad.
La lucha permanente de la humanidad por la dignificación del hombre y el respeto a los derechos humanos en general, ha tenido profundas repercusiones sobre el tema de la discapacidad, especialmente a partir de la década de los ochenta.
El país no ha sido ajeno a estos cambios y para nadie es desconocido cómo ello ha influido en la atención que ha cobrado el tema dentro de la agenda del desarrollo social, y en la modificación necesaria de muchas concepciones y paradigmas.
La discapacidad es ahora vista como una condición integral de la persona, la cual excede cualquier ámbito sectorial, al momento de su atención. Por ello, y para una adecuada intervención “… se deben generar objetivos y estrategias desde la salud, la educación, el trabajo, el bienestar familiar y social y dirigir sus acciones más al fortalecimiento de las habilidades y potencialidades del individuo que a sus carencias”.
La OMS estima que el 98% de las personas con discapacidad que viven en los países en desarrollo están en total desamparo, puesto que no son beneficiarios de ninguna asistencia médica gratuita ni seguridad social.
I. GENERALIDADES
¿QUÉ ES UNA AMPUTACIÓN?
La amputación es el corte y separación de una extremidad del cuerpo mediante traumatismo (también llamado avulsión) o cirugía. Como una medida quirúrgica, se la utiliza para controlar el dolor o un proceso causado por una enfermedad en la extremidad afectada. En ciertos casos, se la realiza en individuos como una cirugía preventiva para este tipo de problemas. Asimismo, la amputación o separación de una extremidad del cuerpo puede darse de forma contundente a causa de un accidente automovilístico o de cualquier otra índole sobretodo en personas que realizan trabajos de riesgo.
Se reconocen los siguientes tipos de amputación:
• Pierna
- Amputación de dedos
- Amputación parcial de pie (Chopart, Lisfranc)
- Desarticulación del tobillo (Syme, Pyrogoff)
- Amputación debajo de la rodilla (transtibial)
- Amputación en la rodilla (desarticulación de la rodilla)
- Amputación arriba de la rodilla (transfemoral)
- Rotación de Van-ness (Rotación del pie y reimplantación de forma que la articulación del tobillo se utiliza como rodilla)
- Desarticulación de la cadera
- Amputación en la pelvis
• Brazo
- Amputación de dedos
- Amputación metacarpiana
- Desarticulación de muñeca
- Amputación del antebrazo (transradial)
- Desarticulación del codo
- Amputación arriba del codo (transhumeral)
- Desarticulación del hombro y posterior amputación
RAZONES PARA AMPUTACIONES
• Tumores cancerígenos en huesos (por ejemplo: osteosarcoma, osteocondroma)
• Heridas graves en las extremidades, en las que no se puede salvar el miembro, o donde los intentos de salvar el miembro han sido fallidos
• Problemas de circulación sanguínea
• Deformidades de los dedos o extremidades
• Cáncer avanzado
• Gangrena
• Infección en los huesos (osteomielitis)
• Amputación traumática (La amputación tiene lugar en la escena del accidente, la extremidad puede haber sido parcial o totalmente seccionada)
• Amputación en el útero (Amniotic band)
• Mastectomía (amputación de la mama) por cáncer de mama
Los diabéticos mayores de 65 años presentan 23 veces más amputaciones en sus extremidades que las personas no diabéticas, fruto de neuropatías, traumatismos por roce de calzado y zonas de hiperpresión en la planta del pie que refuerzan los efectos negativos de la enfermedad.
Se trata de uno de los datos dados a conocer con motivo de la celebración en Barcelona del 58 Congreso de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV), en el marco de la sesión organizada por la Sección de Pie Diabético de la organización.
Los expertos han recordado que los pacientes diagnosticados con diabetes mellitus tipo 1 con una evolución de la enfermedad por encima de los 12 años presentan algún déficit neurológico sensorial en sus pies, lo que les hace tener un mayor riesgo de desarrollar úlceras plantares.
De hecho, la afectación vascular es tres veces superior en hombres diabéticos y ocho veces más en las mujeres diabéticas respecto a la población que no sufre la enfermedad.
II. ALCANCES EMOCIONALES
El alcance o dimensión más afectada en el paciente amputado es la emocional, con gran variedad de sentimientos y reacciones que lo confunden.
Al enfrentarse a una pérdida, surgen sentimientos como depresión, tristeza, llanto e ira, los cuales dependen de la personalidad del individuo, que a su vez está influenciada por diferentes factores del entorno.
No se puede negar, la imagen corporal es importante para el individuo y para el entorno. Vivimos en una sociedad completamente superficial y materialista donde una de las cosas que más importancia tiene es la imagen corporal, la estética y el aspecto exterior, sin importar lo que se lleva por dentro, lo que es en realidad una persona.
La satisfacción de necesidades de autoestima produce la confianza en sí mismo y sentimientos de valía, fortaleza, capacidad, utilidad y competencia, así como el deseo de contribuir al desarrollo de la sociedad. La frustración de tal necesidad conduce a la aparición de sentimientos de impotencia, inferioridad, desaliento y, en casos aún más serios, a comportamientos neuróticos o compensadores.
La persona que ha tenido la pérdida de un miembro de su cuerpo (amputación) por la razón que fuere, generalmente caerá en una depresión donde sentirá que no vale nada, que nadie vale nada, que su vida acabó, su mundo se derrumbó y no tiene control sobre su vida. Es un sentimiento que hace sentir ira y rabia contra sí mismo y los que están alrededor, es tal la intensidad que puede llegar a ser destructivo y ocasionar daños irreversibles.
La ansiedad provoca un estado emotivo de tono desagradable, indefinido e indefinible, en el que la falta de un componente de seguridad, lleva a sentir sensaciones de miedo, culpa, inquietud y pesimismo.
Reducir la ansiedad y los malestares emocionales es una de las principales funciones que debe asumir el terapeuta, brindando una ayuda específica e identificar los patrones que la causan, creando así mecanismos que compensen este sentimiento. Es necesario trabajar de forma conjunta con otros miembros del equipo de salud para lograrlo. Hacerle ver al paciente que no es imposible ser feliz a pesar del dolor, mientras se pueda vivir con lo que se tiene, resulta fácil estar bien o por lo menos lo mejor posible.
La vida cambia de manera radical y la aceptación no se logra de la noche a la mañana, por el contrario, es necesario un proceso para lograrlo. Influye el concepto que de sí mismo tenía el individuo antes de la amputación, porque puede cambiar o continuar firme.
III. ALCANCES SOCIALES
En el alcance social, los aspectos laboral, y socioeconómicos son los más comprometidos. La falta de un miembro no afecta tanto al medio familiar y cultural del amputado, por lo general los aspectos laborales y los económicos son los que se hacen sentir. En contraste, las respuestas de los pacientes reflejan la importancia del apoyo familiar en el proceso de aceptación y adaptación a su nuevo estilo de vida.
Indiscutiblemente, el apoyo de las personas significativas para el paciente representa la motivación más grande para salir adelante. Siempre que se rodea a una persona enferma y triste de amor, comprensión, cariño y colaboración, se logra que retome fuerzas y comprenda el proceso de adaptación en forma adecuada.
Si la situación no es fácil para la persona que pierde de forma traumática uno de sus miembros, tampoco lo es para su familia y amigos. Por lo general se desarrollan sentimientos de impotencia por no ser capaces de hacer más, y de tristeza porque comparten el sufrimiento de una persona a quien de un momento a otro le cambia la vida de manera radical.
IV. ESTADÍSTICAS EN PANAMÁ DE CONSULTA EXTERNA EN EL COMPLEJO HOSPITALARIO
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