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Madurez comportamental y psicología en la adultez temprana


Enviado por   •  12 de Octubre de 2023  •  Ensayos  •  4.208 Palabras (17 Páginas)  •  35 Visitas

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Madurez comportamental y psicología en la adultez temprana

La adultez temprana es un período que se sitúa entre la adolescencia y la adultez media, generalmente abarcando desde los 18 hasta los 40 años. Según la teoría del desarrollo de Erik Erikson, cada etapa de la vida se caracteriza por un conflicto central, y la resolución de estos conflictos es fundamental para el crecimiento psicológico de una persona. Durante la adultez temprana, el conflicto central es la "Intimidad frente a aislamiento". Desde los 25 hasta los 35 años, los adultos están particularmente centrados en su crecimiento personal. Esto puede manifestarse tanto en el ámbito laboral, donde buscan establecerse en sus carreras y desarrollarse profesionalmente, como en el ámbito personal, donde buscan encontrar una pareja que comparta sus metas y proporcione apoyo en la realización de sus objetivos.

La mayoría de los jóvenes finaliza la escuela y se enfrenta a decisiones cruciales, como elegir entre trabajar a tiempo completo o continuar su educación. Independientemente de la elección, esta etapa se caracteriza por importantes cambios emocionales. Los teóricos del desarrollo hacen hincapié en la importancia de fortalecer las relaciones sentimentales y definir objetivos a largo plazo.

Igualmente durante esta etapa, las personas comienzan a buscar relaciones más íntimas que exigen un compromiso mutuo. Estas relaciones proporcionan una sensación de seguridad, eliminando la sensación de soledad y generando confianza en uno mismo. Resolver este conflicto de "Intimidad frente a aislamiento" es esencial para el bienestar emocional. Si una persona evita la intimidad y se aleja de relaciones cercanas, corre el riesgo de experimentar aislamiento emocional, lo que podría conducir a la depresión. La incapacidad para establecer conexiones emocionales profundas puede llevar a la sensación de soledad y desconexión social.

Características físicas en la Adultez Temprana

La adultez temprana se encuentra en el camino de transición entre la adolescencia y la adultez media. Si bien esta etapa no está marcada por cambios físicos tan notorios como los de la adolescencia, sigue siendo un período crucial en el desarrollo humano en el que se producen cambios físicos y de salud significativos que sientan las bases para el envejecimiento posterior.

Una de las características más notables de la adultez temprana es la vitalidad y la energía que experimentan la mayoría de las personas entre los 25 y 35 años. En este período, la fuerza y la resistencia muscular están en su punto máximo, lo que les permite llevar a cabo actividades físicas con facilidad. Aunque la estatura se estabiliza alrededor de los 30 años, es importante destacar que el desarrollo físico continúa de manera interna y externa.

Por ejemplo, la agilidad manual es una habilidad que se desarrolla significativamente en esta etapa, con gran destreza en los dedos y movimientos de las manos. Estas habilidades motoras mejoradas contribuyen al desarrollo general de la coordinación ojo-mano y establecen las bases para futuras destrezas físicas, sin embargo, esta mejoría sólo se perfecciona conforme se practican los movimientos manuales, haciéndolo, aumentamos las posibilidades de que esas habilidades permanezcan con nosotros por el resto de nuestras vidas.

El desarrollo físico en la adultez temprana no solo se debe a la biología, sino que también está influenciado por el comportamiento y la herencia genética. Los hábitos de vida desempeñan un papel crucial en la salud y el bienestar físico durante esta etapa. La alimentación, el sueño, la actividad física y el consumo de sustancias como el alcohol, el tabaco y las drogas tienen un impacto significativo en el desarrollo físico y la salud.

Además, los factores genéticos, como las enfermedades hereditarias, pueden influir, es importante tener en cuenta que tanto el comportamiento como la herencia genética pueden interactuar de manera compleja para determinar el estado físico y de salud de un individuo.

El crecimiento en este estadio no se limita a cambios externos evidentes, como la estatura y el peso. También implica desarrollos internos importantes, especialmente en el cerebro y los órganos sensoriales. En el caso del cerebro, alcanza su máxima madurez en términos de tamaño y peso durante estos años. Este desarrollo cerebral se debe al crecimiento y arborización de las dendritas, así como a la mielinización, un proceso que facilita la comunicación entre las neuronas. Aunque la mielinización comienza en la infancia, no se completa completamente hasta alrededor de los 30 años.

Los órganos sensoriales internos también experimentan mejoras en su agudeza. Aunque la elasticidad de los ojos comienza a deteriorarse a partir de los 40 años, la mayoría de las personas experimenta un buen funcionamiento visual y auditivo, así como un agudo sentido del gusto, olfato, tacto y percepción.

Por otro lado, la conservación de la salud es esencial para promover un desarrollo físico favorable. La adopción de hábitos saludables, como el ejercicio físico regular y una dieta equilibrada, mejora la salud general y previene enfermedades. El ejercicio físico, por ejemplo, no solo aumenta la fuerza muscular, sino que también tiene efectos positivos en la salud pulmonar, la capacidad pulmonar y la salud mental, incluyendo la reducción del estrés, la depresión y la ansiedad.

Otro punto es que, la falta de una adecuada nutrición puede llevar a la obesidad o al otro extremo, la anorexia, lo que aumenta el riesgo de enfermedades de todo tipo.

Factores psicológicos, sociales y demográficos en la sexualidad en la Adultez Temprana:

Los individuos experimentan una serie de cambios físicos y biológicos a medida que avanzan hacia la madurez. Estos cambios pueden incluir el desarrollo de la sexualidad, la aparición de signos de envejecimiento y la adaptación a las transformaciones corporales. La forma en que una persona acepta y se adapta a estos cambios puede influir en su experiencia sexual. Aquellos que mantienen una imagen corporal positiva y saludable tienden a disfrutar de una vida sexual más satisfactoria. Por otro lado, las preocupaciones sobre la apariencia física pueden generar inseguridades que afectan negativamente la intimidad y la autoestima.

Este estadio también es un período en el que las personas comienzan a reconocer su vulnerabilidad y la importancia de las relaciones íntimas emocionales. A medida que se enfrentan a desafíos personales y profesionales, la capacidad de compartir emociones y apoyarse mutuamente se vuelve fundamental. Aquellos que pueden abrazar su propia vulnerabilidad y buscar conexiones emocionales tienden a tener relaciones más saludables y satisfactorias. La autoestima y el bienestar emocional se ven reforzados cuando las personas pueden expresar sus necesidades y sentimientos en un contexto de apoyo.

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